Leyendo sus distintas secciones, en la de escuala de padres he visto estos consejillos, con los que estoy de acuerdo en parte:
[b]Consejitos para tener en cuenta ante una de mis rabietas:
Vuelve a tu tarea mientras dura mi rabieta. No me regañes, ni me grites, ni intentes hacer lo mismo que yo (recuerda que eres mi modelo).
Si estabas conversando y te interrumpí, continúa haciéndolo.
No me mires, eso será un motivo más para prolongar mi rabieta.
Cuando mi llanto disminuya, invítame a jugar o a pasear, como si nada hubiera pasado.
No cedas aunque haya logrado cansarte.
Explícame que estás cansado de mis gritos.
Llévame a otra habitación y aclárame que podré regresar cuando me tranquilice.
No te preocupes, sólo lloro porque soy muy buen actor y sé que es la mejor herramienta para conseguir lo que quiero.
Es indispensable que tu “NO” sea “NO“ en todo momento; inclusive cuando haya visitas, estés cansado o fuera de casa.
Lo ideal es que nuestros niños desde muy pequeños conozcan los LÍMITES. Si por alguna razón no siempre ha sido así es muy importante que asumamos que a medida que los niños crecen, las rabietas deben desaparecer y los responsables de que así sea somos nosotros, los padres. Por esto, debemos recordar que NO PODEMOS CEDER aunque nos cueste y nos duela; cuando el niño lo vea, comprenderá que no solo no gana nada, sino que además pierde, pierde tiempo de juegos, alegrías y recompensas. Esto los AYUDARÁ A CRECER, MADURAR y nos permitirá a nosotros formar personitas con las que será agradable pasar un tiempo.
Yo creo que algunas de estos consejos están bastante equivocados.
La amistad sólo podía tener lugar a través del desarrollo del respeto mutuo y dentro de un espíritu de sinceridad. Dalai Lama