En primer lugar, Adrián cada vez está más rebelde y las herramientas que antes me servían ahora ya no. Por ejemplo, el otro día estaba planchado y todo su empeño era desenchufar el cable de la plancha. Le expliqué por activa y por pasiva que eso es peligroso, que no se puede tocar, que es pupa y él partiéndose de risa. Le alejaba del enchufe y allá iba él otra vez a tocarlo. Yo cada vez más seria y el riéndose más. En estos casos cuando las explicaciones no daban resultado, mi truco final era decirle que me iba a enfadar mucho y que si quería que mamá se enfadara, entonces su respues era no y asunto resuleto. Pero ahora me dice que sí, que quiere que me enfade, con lo cual yo tengo la sensación de que me está vacilando. Algo parecido ocurre con la comida, cuando no quiere más, pone el plato boca abajo o escupe lo que tiene en la boca, y así en otras muchas situaciones más que me desesperan y no sé cómo atajar. Las madres que recurran a los azotes solucionarán el problema más facilmente, pero ¿cómo hacemos aquellas que hemos optado por otro tipo de crianza?. Me niego rotundamente a pegar al niño, pero parece que todo el mundo está esperando que lo haga, porque creen que es la única solución para no convertirlo en un consentido y maleducado.
Luego está el asunto de dormir. Desde los 18 meses colechamos, antes no lo hicimos porque él no quería. Desde entonces nuestras noches mejoraron pero, aún así, de vez en cuando me siento rendida porque no puedo descansar por varios motivos: porque tiene que estar constantemente tocándome y no le vale el pijama sino la piel, con lo cual tengo que dormir con el pijama desabrochado de delante y sin poder darme la vuelta, ni cambiar de postura porque se despierta; cuando tiene el sueño intranquilo no para de darme patadas y sólo se relaja tocándome los pezones . Afortunadamente hay noches que descanso medio decentemente pero son muy de vez en cuando y a lo sumo puedo encadenar tres horas seguidas.
Y por último, esta mañana no hemos sido capaces de recoger una muestra para hacerle un análisis de orina porque se ha puesto a hacer pis antes de tener el vasito preparado. Y ya es el cuarto intento...
Siento, el rollo que os he metido, pero necesitaba expresarlo porque parece que cuando compartes las penas son menos penas. Imagino que dentro de un rato me sentiré mejor y que cuando este medidía llegue a casa y le vea esa cara de granuja todo se me olvidará.
No sé, chicas, hay días en los que se ve todo negro y no siempre podemos achacarlo al síndrome premenstrual .
Gracias por permitirme este desahogo.