- Jue, 07 Feb 2008, 15:50
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Nosotros tenemos juguetes específicos para el coche, algunos que pueden colgar de las manetas laterales, una vaca sonriente que abraza la parte trasera del asiento que ve la Keira, mordedores varios para los dientes, protección solar en las ventanas, aunque los cristales ya están tintados y en viajes largos hacemos pausas frecuentes.
Siempre hablándole y cantándole y poniéndole caras.
¡Buena suerte!
Por cierto, ¿has encontrado el puzzle?
Aquí tienes lo que dice Elizabeth Pantley:
Llorar en la sillita del coche
Algunos bebés se duermen casi antes de que arranques el coche, pero otros no estarían nunca más de cinco minutos en sus sillitas del coche. Normalmente, esto es debido a que el bebé está más acostumbrado a la libertad de movimientos y a la atención que recibe cuando no está confinado en su asiento.
A pesar de que es un problema difícil de tratar, recuerda que la seguridad del bebé y la tuya propia es lo más importante. Los padres a veces sacan al bebé del asiento, pero es una acción tremendamente peligrosa que además dificulta al bebé a acostumbrarse a utilizarlo. En algunas ocasiones, cuando los bebés lloran, los padres toman decisiones arriesgadas en la conducción, poniendo en peligro a todos los ocupantes del coche. O bien se para el coche y se intenta calmar al bebé, o bien se conduce, pero jamás debe intentarse hacer las dos cosas a la vez.
Las buenas noticias son que algunas ideas, un poco de tiempo y la madurez ayudarán a que el bebé sea un viajero feliz en coche. (Lo sé porque tres de mis bebés odiaban ir sentados en su sillita del coche).
El viaje a la felicidad en la sillita del coche
Una o más de las siguientes estrategias pueden ayudarte a resolver el dilema del asiento del coche. Si la primera falla, elige otra, y luego otra; de esta manera, encontrarás la solución adecuada para tu bebé.
Confirma que el bebé está sano.
Si es la primera vez que llora en el coche, y el bebé ha estado particularmente inquieto en casa, puede ser que tenga una infección de oído o algo parecido. Es conveniente una visita al médico para descartar cualquier dolencia que pueda tener.
Lleva la sillita a la casa y deja que el bebé se siente y juegue con ella.
Una vez le resulte un objeto más familiar, muy probablemente le será más fácil aceptar ir sentado en él dentro del coche.
Guarda una caja con juguetes para el coche que usará sólo en allí.
Si son suficientemente interesantes, puede que mantengan su atención y le distraigan.
Cuelga o engancha juguetes para que los vea.
Puedes hacerlo en la parte trasera del asiento que el bebé tiene delante o poner una cadena de juguetes ligeros desde el techo usando cinta adhesiva fuerte y una cuerda. Ponlos justo al alcance de su mano, así el bebé podrá tocarlos y balancearlos desde su asiento.
Haz un móbil para el coche.
Haz una cadena larga de plástico de un extremo del coche al otro. Cuelga nuevos juguetes en la cadena en cada viaje.
Cuelga un póster para bebés en la parte trasera del asiento que ve tu bebé.
Estos pósters son habitualmente en blanco, negro, rojo y colores primarios fuertes. Algunos tienen bolsillos para así poder cambiar las imágenes. (Recuerda cambiarlas porque esto ayuda mucho).
Experimenta con diferentes tipos de música en el coche.
A algunos bebés les gustan las nanas o las canciones especialmente creadas para ellos; otros pueden sorprenderte calmándose tan pronto como pones tu música favorita. ¡Algunos bebés disfrutan escuchando a papá o mamá cantar más que nada en el mundo!
Prueba el "sonido blanco" en el coche.
Puedes comprar CDs de sonidos naturales o ¡puedes grabar el sonido del aspirador!
Practica con viajes cortos y agradables cuando el bebé está de buen humor.
También ayuda que alguien se siente a su lado y lo entretenga. Algunas buenas experiencias pueden cambiar un mal hábito y convertirlo en uno bueno.
Utiliza un chupete o un juguete para los dientes.
Cuando el bebé tiene algo para chupar o mascar, puede que esté más relajado y feliz.
Cuelga un espejo.
De esta manera el bebé puede verte (y tú puedes verle a él) mientras conduces. Hay algunos espejos ya diseñados para tal uso. Cuando estéis en el coche, el bebé puede pensar que no estás allí, y sólo viendo tu cara puede sentirse mejor.
Pon un protector para el sol en la ventana.
Puede ayudarte si sospechas que el sol está molestándole.
Haz pausas frecuentes.
Si no tienes prisa y evitas estar en el coche durante periodos de tiempo largos, es efectivo realizar paradas frecuentes.
Asegúrate de que el bebé no es demasiado mayor para el tipo de sillita.
Si las piernas no le caben o los cinturones están demasiado ajustados, puede ser que esté muy incómodo y no quiera ir en ella.
Intenta abrir una ventana.
El aire fresco y una buena brisa pueden calmarle.
Conclusión
Si todo lo demás falla . . . ¡toma el autobús!