- Lun, 13 Mar 2006, 17:54
#23573
Siempre decíamos mi maridín y yo, que cuando me pusiera de parto, no avisaríamos a nadie hasta que la niña ya estuviera nacida y todo hubiera pasado, (mis papis se ponen muy nerviosos y todos en general), pero no pudo ser así:
En una revisión con la matrona, me vió las piernas muy hinchadas, la tensión muy alta y cara de “parir” (según ella) (yo estaba de 8 meses) y me mandó para el hospital.
Al llegar me ingresaron, (esto era un viernes), y decidieron tenerme en observación y en reposo.
El domingo, tenía de visita a toda la family (papis, suegros, abuelos, hermana, cuñado y sobrino) y a las cinco de la tarde, Tani, dijo oyes ya que estás todos, falto yo y rompí aguas.
No veáis que nervios, todos se pusieron un pelín histéricos y fui yo quien los tuve que tranquilizar, los mandamos irse a casa y que ya los llamaríamos, pero mi madre y mi suegra decidieron quedarse y allí aguantaron estoicamente en la sala de espera del hospital las 11 horas de parto.
Según me pasaron para la sala de dilataciones, me pusieron la oxitocina de las narices (aquí se pone muy pronto) y yo creo que por culpa de ella, tuve contracciones muy seguidas todo el tiempo, primero se espaciaban 5 minutos, después 3, después 1 y después eran seguidas y así 11 horas.
Fue muy largo y doloroso, pero estuve muy tranquila y relajada y lo llevé muy bien. Hacía mucho calor, Óscar el pobre sudaba y sudaba dándome aire y de tanto darme rompió el abanico.
No daba dilatado, creo que estuve en 4 cm un montón de horas, y al final como sólo 7, decidieron pasarme al paritorio, porque ya habían pasado muchas horas desde la rotura de la bolsa.
Tuve que empujar muchísimo, y creo que tras unos 7-8 empujones, una gran episiotomía (que tardó en cicatrizar un montón), nació Tani.
Fue precioso como la sentí salir y cuando me la pusieron en mi barriguita, pero enseguida me la retiraron, porque estaba muy azulita y no lloraba. De hecho no lloró. El test de apgar le dio muy bajito, yo creo que fue porque fueron demasiadas horas y la pobre ya empezaba a sufrir, pero a los quince minutos cuando se lo repitieron ya le dio más alto.
Me acuerdo que salió con un ojo cerrado, porque no lo podía abrir hasta que se lo limpiaron, pero el otro lo tenía muy abierto y miraba mucho para un foco que había allí.
Me sentí la mami, más afortunada del mundo y cuando me la volvieron a dar y se agarró a su “tetiña” y ahí estuvo casi una hora mamando, entendí que era el mejor regalo que le podía dar.
Ayyyyy, qué rollo y qué bonito recordarlo.
Gracias por este post.
Ah, pesó 2870 y midió 49 cm, que para 8 meses, creo que no está nada mal.