Pues no, soy yo la que más lo está sintiendo. No hace ni dos semanas, pero siento que es definitivo. Incluso el domingo, estando en la cama me pidió teta, pero... simplemente por su forma de pedirlo yo ya sabía que no era lo mismo. Y además, después de semana y pico, apenas produzco ya leche; ya se me quedan grandes los sujetadores. Mamó un poquillo pero por el gusto de hacerlo, sin leche además es un poco molesto. Se soltó y no insistió más.
Cuánto echo de menos el momento de irnos a la cama! Recién bañada y con su pijama puesto me pedía teta con una mirada picarona llena de sueño. La llevaba a 'apa' al sillón de la teta y nos comíamos a besitos, se regocijaba en el momento de ponerse a mamar. Antes, casi siempre se me quedaba dormida casi enseguida (bueno... en realidad las dos ... qué momento, tan suavita, y tan tierna, y tan calentita). Poco a poco, cada vez la llevaba más veces despierta a la cama, pero siempre ya muy relajada.
Es que ha sido tan de repente, todo. Bueno, sé que se ha ido fraguando, pero son tantos cambios en apenas un mes... va al baño solita (cuando quiere, y entonces ni se te ocurra intervenir), se desviste ella sola (como te descuides y le saques la camiseta sin querer ¡se la vuelve a poner para quitársela ella!), se pone ella solita el DVD con el cuento que ha elegido (sabéis, la colección esta que sacó hace poco El País? Son cuentos de Andersen, con unas imágenes preciosas, contados con gusto, de menos de media hora), normalmente elige el cuento en voz alta, atina con el DVD correcto, se lo pone... ¡y se encarama ella sola en el sillón a verlo!. Me siento tan rara viéndola tan formalita. También estamos desechando la trona, al menos para la cena y los desayunos de fin de semana, quiere sentarse en la silla de mayol; me dice muy seria: - Mami, te pometo que no me levantaré de la silla, vale?. Mentira cochina, qué va aguantar la pobre! . La semana pasada me sorprendió haciéndome recados: trayéndome el móvil que estaba en el bolso, sacando cosas del frigo o la despensa para la cena, poniendo la mesa, ¡¡guardando su ropa limpia en su armario!!...
¡En apenas un mes! Qué orgullosa... y qué sensación... de haberla perdido definitivamente como bebé. No es lo mismo acostarme con ella a contarle cuentos y frotarle la espalda mientras se duerme. Me encanta hacerlo, pero el ratico ese de la teta... eso es irremplazable. Siento que he perdido algo valiosísimo, sé que también es otro signo más de su crecimiento como persona, pero no estaba preparada para que fuera tan rápido... y tan pronto. Sí, pronto. Ojalá hubiera podido alargarlo un poco más.
Disfrutar de ello mientras podáis, las que estáis amamantando. El día que se acaba, se os irá algo tan entrañable, entrañable tanto por la ternura como por el componente atávico, de puro instinto de mamífero, algo que 'sale de las entrañas'...
Bueno, ya me desahogué un poco.
Un beso.
P.E. No os imagináis lo que se han reído de mí cuando lo he contado a los más allegados. No es justo. No duele menos porque mi hija no tenga seis meses!