Segundo, pediros disculpas por entrar sólo un segundillo, con Tani así y mi familia por casa me fue imposible conectarme más. Quise hacer esa escapadita porque sabía que estaríais preocupadill@s.
Os cuento con un poquito más de detalle.
Por la mañana tempranito, fuimos a hacer las pruebas al hospital, análisis, electro y RX.
Como siempre y una vez más nos demostró lo fuerte y valiente que es, en los análisis, no lloró, se le veía que le dolía porque en plena extracción le rompió la venita, pero gracias a dios no tuvieron que volver a pincharla, los ojitos los tenía empañaditos, pero aguantó. Después RX y electrocardiograma con su sonrisa puesta.
Cuando salimos de las pruebas la dejaron ir a desayunar. Se zampó dos churritos y un zumito de naranja. A partir de aqui empezó el ayuno, hasta las 4 que sería la operación.
Cóntabamos quedarnos ingresados ya, pero no, nos dijeron que fueramos a dar una vuelta y que volviésemos a la una, así que fuimos a casa de mis suegros (donde estaba Javi) y pasamos allí el resto de la mañana. Jugamos, cantamos, reimos…..Javi tomó tetita y a la una regresamos al hospital.
Nos asignaron habitación, subimos y a Tani le hizo mucha ilusión, todo estaba tremendamente adornado con detalles navideños, y todo estaba precioso.
Le pusimos el pijamita y nos pusimos a recortar y pintar con un montón de cosillas que llevábamos y con otras que los padrinos y abuelos le compraron para ese día.
No pidió agua ni comida en todo el tiempo (este niña mía si le dan bien, sino pasa y ni se inmuta).
Eran ya las cuatro de la tarde, yo no paraba de mirar el reloj, mientras seguíamos recortando y dibujando y empapelando la pared de la habitación (por cierto quedó preciosa, jeje), y no fue hasta las 5 cuando vinieron a por ella.
Nosotros le habíamos explicado en su idioma que iba a ir a un sitio con unos doctores muy buenos que le iban a quitar una pupita que tenía en la garganta.
La bajaron en la cama, todos nosotros a su lado (abuelos, padrinos y papás), cuando llegó la hora de entrar en quirófano, le di el beso más grande del mundo y un abrazo, se me llenaron los ojos de lágrimas pero sonreí y ella también. Nos dijo adiós con la manita y nos echó un beso.
Mientras cerraban la puerta, ví como una chica se acercaba a ella y algo le decía y ella se reía.
Fueron 25-30 minutos, los más largos de mi vida. (he de aclarar que sé que era una operación menor pero teníamos miedo de la anestesia, miedo a sus convulsiones, miedos...a montón). Estábamos en una sala esperando. Sentí llamar, familiares de Tania y salí disparada. Era el otorrino, dijo que todo había salido estupendamente, que tenía la pobre unas amígdalas tremendas y muchíisimas vegetaciones. Que además había sido la niña más campeona que todos habían visto en sus vidas.
La prepararon, la pincharon y la durmieron y no perdió la sonrisa y el cotorreo (no paró de hablarles) hasta quedarse dormidita.
Me dejaron pasar a reanimación, he de reconocer que cuando la ví me puse a llorar. Sangraba por la boca y la nariz y estaba quejándose bastante con los ojitos cerrados. Me pusieron una sillita y estuve acariciándola a su lado. Los doctores me explicaron con más detalle todo y no pararon de alabarla, dijeron que ya quedaba en sus corazones el resto de sus vidas.
Estuvieron a mi lado también la media horilla que estuvimos allí. Limpiándole la naricita y la boca, cuidándonla....
A la media hora o así la subieron para la habitación, seguía quejándose bastante. Al llegar a la habitación, le pusieron un supositorio (tenía fiebre) y se quedó dormida.
De vez en cuando despertaba, nos miraba, se tocaba la cara, la boca, decía me duele mami, y se quedaba otra vez dormida. Así pasó la noche.
Por la mañana a las 8 despertó, se sentó en la cama y dijo que quería levantarse. Dijo que quería hacer pis. La llevé al servicio y dijo que tenía pupita en la boca pero que si alguna vez le volvía a salir que podíamos volver a llevarla al hospital, pobrecita mía. Le dije que ya nunca le volvería a salir, y que emperábamos no tener que volver, me sonrió y me dijo, como quieras mami.
Le dijimos que papá noel, había dejado algo para ella en el arbol de navidad del hospital por ser tan campeona y le dijo al papi si iba a por él. Era un puzzle, un estuchito, una libreta y un cuento. Pasamos la mañana hasta que nos dieron el alta con esto.
La tarde en casa la pasó durmiendo y la noche también. Estuvo dos-tres días con fiebre, sobre todo por las noches. Lo de comer es lo peor, llevamos desde el día de la operación a base de miga de pan, yogures, actimeles, leche y sobaos. No quiere nada más. Supongo que es normal.
Qué le notamos? primero no se la siente respirar, parece que Tani ya no está, aún esta noche durmio en nuestra cama y ni la oyes, ya no ronca. Segundo la voz ya no es nasal, le ha cambiado un montón, ahora tiene una vocecita dulcitaaaaaaa. Le miras la garganta y tiene un espacio enormeeeee, donde antes entre amigdala y amigdala apenas le quedaba un hilillo.
Contaros también de Javi, la noche de la operación se quedó con mis suegros. Óscar no quiso irse para casa, se quedó también en el hospital.
A las nueve de la noche me lo trajeron, le di el pecho en el coche, en el aparcamiento del hospital. Después se fueron y les durmió todaaaaa la noche, hasta las 8 y media de la mñana. Alucinante porque en casa despierta a tomar teti cada hora o cada dos como mucho.
Tan pronto nos dieron el alta fuimos a buscarlo y le di otra vez tetita, pobrecito casi me la comeee, jeje.
La primera noche en casa también durmió toda la noche, fue un regalo para que pudiéramos descansar todos, ahora ya ha vuelto a su normalidad de mil despertares nocturnos.
Y bueno nada más, que ya me he enrollado bastante. Besos y gracias de corazón.
Ahora ya ha pasado todo, Tani está muy bien y una vez más ha demostrado que es toda una campeona.
un abrazo