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Puede decirse que es más sana la envidia infantil, pues los niños carecen de los recursos para obtener lo que desean y dependen de sus padre o representantes.
Los adultos, en cambio, como seres dotados de incontables posibilidades para satisfacer sus expectativas,no pueden justificar el estancamiento emocional de la envidia, el cual es, por cierto, repudiado socialmente, pues la sociedad tiende a valorar a sus héroes y líderes, a aquellos que se han esforzado para sobresalir, ganar, triunfar
http://www.gestiopolis.com/Canales4/rrhh/elvirus.htm
Con todo esto creo que queda bastante claro que el sentimiento de la envidia es cosa de adultos no de niños
A la gente le hace mucha gracia pedir las cosas a los niños para ver si se las dan en plan "fijate si me quiere que me da su paleta" no es otra cosa que eso, en fin, si lo que quieren es eso que se compren un perro y le enseñen a dar la patita, joer
Y la unica forma de enseñar al niño a compartir es predicando con el ejemplo, es decir que el nos vea compartir con los demas y con él, no exigiendo que nos den algo quieran o no, te copio un articulo muy interesante y que lo explica muy bien.
:: El arte de aprender a compartir
| 24-36 meses | Comportamiento |
Desde temprana edad su hijo debe conocer esta cualidad del ser humano. Usted como padre tiene la responsabilidad de promoverla en el pequeño.
“Aunque esta galleta es de mis preferidas, quiero compartirla contigo”, es una de las frases que debe comunicar a su hijo para que empiece a comprender el significado de compartir. El modelo a seguir es usted; por ende, debe ser el primero en promover este importante valor y hacerlo evidente en su familia.
El proceso es fácil. La sicóloga clínica Adriana San Martín explica que la socialización del menor ocurre entre el sexto y el octavo mes. “Durante este tiempo los padres deben hablarle sobre la existencia de otras personas, el respeto por los turnos y la importancia de compartir”, afirma la especialista.
A los 2 años se presenta el ‘cuasi compartir’, es decir, cuando el bebé tiene un objeto y lo ofrece, pero no lo entrega. Esta situación es algo normal y es el primer paso que el infante da para compartir.
A los 3 años se da el juego paralelo, que es cuando el niño está alrededor de otros, pero ninguno comparte, cada uno tiene su juego.
Es a partir de los 4 años que los infantes empiezan a integrarse con otros en el juego. Sin embargo, hasta los 7 años se les torna muy difícil compartir. Pero no es que sean egoístas. Solo que a esta edad comprenden el verdadero significado de este valor.
Cómo promoverlo
Son muchos los adultos que no se toman la molestia de explicarles a sus hijos que compartir es prestar sus juguetes por unos minutos, y no para el resto de su vida.
Para que el proceso de compartir se dé en excelentes condiciones, usted debe decirle a su hijo que no solo se comparten los objetos, sino los sentimientos y las actividades diarias.
“También se logra cuando los padres introducen el verbo compartir en su vocabulario. Por ejemplo: “¿quieres que compartamos los dos haciendo este rompecabezas?”. “Fíjate cómo compartimos nuestro amor”, explica Paula Bernal, sicóloga.
Es necesario que usted le enseñe a tomar turnos y a esperar, eso hará que el niño comprenda que el tiempo también se debe compartir.
Evite
Obligar a los niños a compartir, porque eso no promueve la generosidad sino el resentimiento.
El castigo si no quiere compartir.
No juzgue al menor ni lo maltrate sicológicamente.
Uno puede sugerir pero no castigar.
Haga
Léale al niño acerca del significado de compartir.
Apoye o elogie al menor cuando comparta.
Sea buen ejemplo para él.
Comparta con otras personas en presencia del pequeño.
Beneficios
El niño aprende a socializarse más rápido.
Va a sufrir menos, porque no tendrá que entregar los objetos con dolor.
Va a ser menos apegado a lo material.
Le será más fácil compartir sus sentimientos y repartir su tiempo.
Cómo enseñar a sus hijos a compartir?
Por Laura Álvarez Bravo, M.Psc.
Psicóloga Enfoque a la Familia
lalvarez@saborysalud.com
¿Nacen los niños egoístas? Los niños no nacen con el egoísmo, ese sentimiento se desarrolla posteriormente y por ello es muy importante el ayudar a los niños a compartir.
Para esto debemos tomar en cuenta la edad del niño. El aprender a compartir es algo que se desarrolla lentamente. Durante los primeros años de edad se resisten a prestar y compartir sus pertenencias porque apenas empiezan a entender que algo es suyo, inician a sentir que algo les pertenece, el sentido de propiedad es un nuevo despertar. El no compartir es una manera de marcar su territorio, ellos están entendiendo que tienen sus cosas, que son importantes y sienten que son el centro del universo. Todavía no tienen el concepto que si prestan algo que es suyo se lo devolverán, por el contrario ellos creen que si lo prestan ya lo perdieron y no lo volverán a ver.
A partir del año y medio a los dos años empiezan a desarrollar su identidad, ya reconocen sus cosas: “esto es mío, mi juguete, mi casa”. Inclusive muchas veces llegan a demandar como suyo algo que no lo es, por lo que hay que ponerles límites y decirles, esto es mío, esto es tuyo con el fin de que aprendan a diferenciar y que no todas las cosas le pertenecen.
En el primer año de edad no se les debe obligar a compartir. No le preste sus juguetes a nadie sin antes preguntarle, pues esto lo hará sentirse inseguro y posteriormente le costará prestar sus cosas.
Cuando se presente alguna situación o pelea con su hermano o amigo, una manera de ayudarlos es desviar la atención sobre otro juguete, interesándolo en otras cosas. Por ejemplo: “tu hermano está usando tal cosa, vení vos y jugá con esto otro”. En esta edad es mejor que cada uno tenga sus juguetes pues ellos todavía no tienen la capacidad de expresar lo que desean.
A los 2 años ya están más dispuestos a compartir pues el jugar con otros niños les empieza a llamar la atención. El que usted juegue con él y que él vea que pueden jugar juntos, compartiendo, es una gran ayuda pues irán entendiendo que no siempre son los primeros y los únicos.
Entre los tres y cuatro años el sentido de tiempo no está interiorizado, el esperar se les dificulta, para esto se puede organizar actividades con otros niños que los obligue a compartir juguetes y situaciones, por ejemplo: rompecabezas, dibujos en conjuntos, disfrazarse.
Antes de que llegue algún amigo a jugar usted le puede preguntar al niño cuales juguetes quiere compartir y cuales no, para guardar éstos. Si surge alguna discusión ayúdelos a que la discutan entre ellos. Una manera de ayudarlos es poniendo turnos y tiempos para que jueguen, o decidiendo a suerte quien usa primero un juguete y quién después, es importante supervisarlos. Si cuando usted le pregunta qué juguetes va a querer compartir y le responde que ninguno, tenga juguetes que sean específicamente para compartir y explíquele. Si su hijo se niega a compartir algún juguete explíquele a su amigo o hermano que él es el que decide prestar sus cosas y que no se le puede obligar. Dígale a su hijo que sería un gesto muy bonito si él decidiera compartirlo. Recuerde que poco a poco irá adquiriendo la capacidad de compartir.
A partir de los 5 y 6 años, ya el tener amigos es parte muy importante, ya entienden que si comparten sus cosas otros las van a compartir con ellos, que el compartir además les ayuda a tener amigos. Cuando su hijo haga tratos para prestar cosas asegúrese que halla entendido las condiciones del mismo.
El compartir es algo que ellos deben ver en los que están a su alrededor, sus padres, sus hermanos. En actividades cotidianas usted puede ayudarles a compartir, por ejemplo:
Un día usted va en el asiento de adelante y el otro día su hermano
Actividades grupales son de gran ayuda(football, gimnasia)
Hábleles en positivo
Fortalezca su autoestima con el fin de que ellos se sientan seguros de sí mismos
No lo compare ni ridiculice delante de nadie, ni permita que otros lo hagan.
Así le callas la boca un tiempo a tu "linda" suegra
Hija que mala suerte tienes
En cuanto a lo de al envidia, pues que decir de ello, es lógico que los niños quieran lo que tienen los demas, para mi la envidia es otra cosa, para mi el envidiodo es aquel que tenga lo que tenga simpre esta margado porque quiere lo que tiene el otro, es decir, que el envidioso tiene oro, y tu tienes mierda, y el envidioso está amargado porque quiere tu mierda... es que no se como explicarme... son gente que da lo mismo lo que tenga o lo que sea que no puede vivir pensando en el vecino.
sheila, estoy con curiosona y Marlauz, que tu madre no se refiere a la envidia sino al egoismo y que lo que quiere es que tu hijo comparta.
Pues dile a su abuela que envidiosa es ella en este caso la definicion exacta de envidia es: La envidia es un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro, con lo cual es la abuela la que desea la paleta que tiene el niño, las uvas que tiene el niño, envidiosa sin duda la abuela que quiere a toda costa lo que el niño tiene.
Y rencorosa, que dice querer al niño sólo cuando ella le da lo quiere..
Muy buena, Marlauz.
curiosona: es que acá la gente los usa igual envidioso y egoista,lo correcto sería egoísta,pero bueno,y si,les hace una gracia tener a los niños de "bufones" a ver hazme ojitos, a ver una carita, a ver como hace el chango ,y mira, tenemos perro,y cada que hay visitas el pobre no se escapa de que la suegrix lo ponga a hacer el tonto
nang: como me caes rebien condenadota!!!!!! abachooooomaxxi para ti
mariuca: si,lo que quiere es que comparta,creo me equivoqué pero la buenaza de Marlauz corrigió mi embrollo..aaahh y no es mi mamá :shock: es la de mi señor marido
.--eres un envidioso,ya no te voy a querer por que no me diste paleta
Frases asi estuve oiendo una temporada. Lo corte rapido. Como? Dirigiendome a mi hija "lo que dice la iaia no es verdad, ella siempre te va a querer" y girandome a la abuela "verdad, iaia?".
Porque no solo estan haciendo chantaje, sino también contando una mentira.
Por cuestiones de salud, desde que nuestra hija tiene uso de razón la estamos educando en que no puede coger la comida de los demás, ella solo puede comer de lo suyo. Y optamos en que ella fuera quien decidiera en si dar o no dar.
Esto implica en preguntarle: quieres darle una uva a x? Si la respuesta es no, fin de la conversación. En el caso que la respuesta sea si, le damos a X su uva y entonces le explicamos que gracias a su gesto X se ha puesto muy contento y que es muy bonito ver a la gente contenta.
Pero siempre que sean nuestros hijos los que decidan. Y respetarlo (aunque creamos que no tienen razón)
Neus escribió:
Por cuestiones de salud, desde que nuestra hija tiene uso de razón la estamos educando en que no puede coger la comida de los demás, ella solo puede comer de lo suyo. Y optamos en que ella fuera quien decidiera en si dar o no dar.
Neus,muy acertada tu respuesta,pero esta parte me hizo sonar la alarma,estoy comenzando poco a poco a trabajar en ello con Derek,ya que el es alérgico a la proteína de la leche de vaca...
Muchas gracias,de verdad