¿y si hablamos de derribar prejuicios?¿y si hablamos de tolerancia?
casualmente buscando información sobre el lobo feroz para carlos, he encontrado una alternativa al cuento de caperucita para trabajar los prejuicios. y a raiz de esa se me ha ocurrido la alternativa al cuento de los cerditos. Os pongo la historia completa que he fabricado en mi mente.
niños....¿quereis que os cuente un cuento?
siiiiiiiii
tengo un problema. el cuento qeu yo se, es un poco diferente de los que sabeis vosotros, porque me lo conto un lobo en un parque zoologico. el pobre estaba tan triste, lloraba en una esquina, que me acerque para interesarme por su historia, y esto es lo que me contó:
yo antes era un lobo feliz (que o feroz, palabra que algun malintencionado ha difundido). vivia en un bosque del norte de este pais, todo el dia corriendo por mi territorio y libre.
un dia, en invierno, pillé un constipado monumental. no hacia mas que tener mocos y estornudar tooooodo el dia. y los estornudos de lobo son estornudos gigantes (feroces, ya que estamos). ese dia, en el limite de mi territorio aparecieron tres cerditos, cantando y tocando la flauta y el violin. me pareció una musica muy alegre, y los cerditos, encantadores. de su conversación pude deducir que pretendian quedarse en el bosque y hacer allí una urbanización. como me resultaron simpaticos, no quise recordarles que aquello era mi territorio y que no habian pedido permiso. me pagarian el sitio con su musica.
constuyeron sus tres casas, una de paja, una de troncos y otra de ladrillo. una vez terminadas, me anime a acercarme a la primera de ellas, por dos motivos: avisar al cerdito de que vivir en una casa de paja en un sitio tan lluvioso era una mala idea, y preguntarle si sabia algun remedio para mi catarro. justo llegué a la puera y dije "¡cerdito sal un momento que tengo que hablar contigo!" y el muy grosero no me abrio y se hizo el orejas. en ese momento estornudé con tal fuerza que derribe la casa. fue sin querer. el cerdito salio despavorido hacia la casa de madera. hacia ella me dirigí, con las mismas pretensiones, añadida la de pedir disculpas por el accidente y ofrecer mi ayuda. "¡cerditos, abridme la puerta que necesito deciros unas cositas!". la misma mala educación ¿que les enseñaran en las granjas a los cerditos hoy en dia?. otro estornudo...otro mas......y la segunda casa volo por los aires. y los dos cochinillos a correr hacia la casa de ladrillos. ¡menos mal! pense yo: allí si que estan bien protegidos. una vez mas llame a la puerta para disculparme por los incidentes y preguntar lo del remedio para el catarro (a estas alturas imaginé que se habrian dado cuenta del problema). "¡cerditos, abridme un momento por favor, que tengo algo que deciros!". nada. espere y espere, un estornudo detras de otro y nada. de repente, vi salir vapor de la chimenea, y pense: vaya.....¡que gran idea han tenido! con unos vahos, seguro que se me desatasca la nariz, y subi al tejado con el fin de aprovechar el vapor de la chimenea para despejar la congestion. con tan mala suerte que di un traspies y me caí por la chimenea adentro. me abrasé la cola en el agua hirviendo. y a todo esto, los muy salvajes en lugar de preocuparse por mi o ayudarme, se ponen a cantar ¡¿quien teme al lobo feroz, al lobo, al lobo!
hui, pies para que os quiero. ya no queria seguir viviendo allí en compañia de aquellos cerditos maleducados y malos vecinos.
tras mucho vagar, encontre otro bosque.
El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo limpio y ordenado. Cuando...
Un día soleado mientras estaba recogiendo la basura dejada por unos excursionistas, sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y ví venir a una niña vestida en forma muy divertida, toda de rojo y con su cabeza cubierta, como si no quisiera que la vieran. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunté quien era, a dónde iba, de dónde venía, etc.
Ella me dijo, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo. Me pareció una persona honesta, pero estaba en MI bosque y ciertamente parecía sospechosa con esa ropa tan extraña. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y vestida en forma tan extraña. Le dejé seguir su camino, pero corrí a la casa de su abuelita. Cuando llegué vi a una simpática viejita y le expliqué el problema y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La viejita estuvo de acuerdo en permanecer oculta hasta que yo la llamara. Y se escondió debajo de la cama.
Cuando llegó la niña, la invité a entrar al dormitorio donde estaba acostado, vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran para oírla mejor. Me gustaba la niña y trataba de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos salidos. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme mal; la niña tenía una bonita apariencia pero era muy antipática. Sin embargo, seguí la política de poner la otra mejilla, y le dije que mis ojos me ayudaban a verla mejor. Su siguiente insulto si que me encolerizó. Siempre he tenido problemas con mis dientes tan grandes, pero esa niña hizo un comentario muy desagradable. Sé que debía haberme controlado pero salté de la cama y le gruñí enseñándole mis dientes y le dije que eran grandes para comerla mejor.
Ahora seamos serios; ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe, pero esa niña loca empezó a correr alrededor de la habitación gritando, y yo también corría detrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita, me la saqué, pero fue peor, de repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme. Yo lo miré y comprendí que corría peligro, así que salté por la ventana y escapé.
Me gustaría decirles que éste es el final de la historia, pero, desgraciadamente no es así, pues la abuelita jamás contó mi parte de la historia. Y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz de yo era un lobo malo. Y todo el mundo empezó a evitarme. No se que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero yo nunca más pude ser feliz...
decidi buscar refugio en el zoo, al menos aqui la gente, como me ve atrapado detras de unas vallas no me tiene miedo. y ha dejado de llamarme lobo feroz. pero se de muchos de mi especie que sufren un acoso similar. incluso me han dicho que los lobos estamos desapareciendo como especie en esa zona dle norte de españa.
¿Cuáles eran tus sentimientos hacia el Lobo en la Caperucita Roja, antes de haber oído este cuento?
Ahora que escuchaste la historia del Lobo, ¿Cómo te sientes respecto a él?
¿Cuáles eran tus sentimientos respecto a Caperucita Roja antes de oír este cuento?
¿Qué piensas ahora de Caperucita Roja?
¿Ha existido en tu vida una situación en que has pensado de una manera y has cambiado de opinión al escuchar el punto de vista de la otra persona?
¿Qué has aprendido de esta historia y de su discusión?
lo que esta en cursiva verde es mi aportación. lo que esta en azul es lo que encontre en esta web:
http://www.educarueca.org/article.php3?id_article=21
espero que os guste.