Estaba cambiándole a Javi el pañal, ya nos íbamos para camita a momir (como dice Tani) y tirar de teti.
En siete meses de vida que tiene nunca nos había pasado, pero todo llega, sin darme tiempo a ponerle el pañal limpio, ni a reaccionar, le salió un pis, parecía un chorro a presión, directo a su cabecita, el pobre se llevó tal susto que se puso a llorar desesperado y a Tani y a mi nos entró tal risa que Javi se quedó callado, nos miró y se empezó a reir con tal fuerza que aún nos hizo reír más aún a las dos. Doblaba tanto la risa... pobrecito.
Y allá fuimos los tres otra vez para la bañera, pero con unas risas que no podíamos parar.
Qué buenos ratos me hacen pasar ,
son lo mejor de mi vida.