No es por llevar la contraria a nadie, y aunque pueda parecer un bicho raro os diré que yo no he tenido el menor problema con mi lactancia, ni siquiera habiéndo pasado por una cesárea. No he acudido a ningún grupo de apoyo, cosa que en el pueblo donde vivo ni siquiera hay. Es más, hace un par de semanas me he enterado de que recientemente se ha formado un grupo en Palencia, que está de donde yo vivo a una hora de viaje, y es lo más cerca que hay.
Lo lo único que hice fue informarme sobre la lactancia con los libros de Carlos González y con revistas, y eso me fue suficiente para estar convencida de que yo podía dar el pecho a mi hijo y de que iba a hacerlo. De hecho estaba tan segura de la lactancia que cuando con menos de un mes me dijeron que mi hijo lloraba por hambre y que le diera biberón me negué en redondo y no lo hice, porque estaba absolutamente segura de que ese llanto no era por hambre. Y efectivamente no lo era.
Y creo que dar la teta es tan fácil como puede ser coger un lápiz y garabatear, puede que haya que coger algo de practica antes, pero es fácil hacerlo. Otra cosa son las dificultades que teneis algunas de vosotras para compaginar lactancia y trabajo, que a veces la verdad es que no me extraña que se acaben lactancias por ese tema, por que algunas lo teneis realmente difícil.
Respecto del colecho desde luego que no es la panacea, pero en mi caso concreto también ha sido la solución en épocas muy malas en las que si lo hubiera hecho de otro modo no hubieramos dormido nada ni mi hijo, ni mi marido ni yo.
En cualquier caso me parece que son dos profesionales con los que podemos discrepar o no, pero lo que no les quita nadie es el interés que tienen por el bienestar de los niños, por que no se les deje llorar y porque estén bien alimentados, y eso, en definitiva, es lo que nos hace que recomendemos la lectura de sus libros. Son dos personas que quieren bien a los niños, y eso sobre todo es lo que nos gusta de ellos.