Que no tenga ninguna duda, que el niño entre en infantil, que deje Atención Temprana, que es posible que necesite algún apoyo o quizás... no.
Que ella no ve ningún problema en Mario, que tengo yo más dudas(es que no lo puedo evitar), que el niño puede necesitar un pequeño "empujón" al principio, pero que luego ni siquiera eso.
Que puede y debe ir a un colegio normal, que él es normal, repitiéndolo una y otra vez.
Que está hecho un fiera, que vaya lengua que tiene, que en fin, sin problemas.
Y mientras hablábamos allí estaba Mario intentando ponerse la cremallera del chaquetón, levanta la cabeza, nos mira por encima de sus gafitas(le hemos puesto gafas de mayor, está guapísimo y muy interesante), y nos dice, encogiendo los hombros: NO-SE-PUEDE... Y mamá: anda, ven Mario, que te ayudo..., y él: GA-SIAS...
Ay, me lo hubiera comido a besos y achuchones, que ORGULLOSA estoy de todo lo que está logrando.
Ahora, una nueva meta, la valoración del MEC, a ver qué pasa, seguro que cuando llegue el día estaré hecha un flan, pero ya os mantendré informadas.
Gracias por "escucharme" siempre