Del balbuceo a las palabras
Desde el momento en que nace, su bebé está aprendiendo a comunicarse. El o ella progresa y pasa del simple llanto o los ruiditos tiernos, a hablar con frases y, a la larga, a emitir oraciones cortas conforme avanza hacia los primeros años de la infancia. Como la primera maestra (o maestro) de sus hijos, usted puede ayudar a que su bebé desarrolle destrezas del lenguaje sólidas practicando la conversación, el canto, los juegos y la lectura juntos.
Aunque su bebé aún esté a varios años de distancia para convertirse en un lector, al nacer él empieza a desarrollar las destrezas indispensables para la lectura y la escritura. Si bien él no practicará estas actividades por algún tiempo, usted puede ayudarle desde ahora a inculcarle el amor por el lenguaje y los libros. El empezará a escuchar y a emitir sonidos y palabras, habilidades que pueden propiciar el desarrollo del lenguaje y la lectura. La comunicación por medio de los juegos es clave para fomentar un vínculo emocional y el desarrollo de un lector floreciente. El hecho de hablar acerca de las cosas que le interesan a su bebé, recitarle versos infantiles, jugar "a dónde está" y a otros juegos, así como el leerle libros de pasta dura son maneras sencillas pero importantes para dar comienzo.
Averigüe como la comunicación promueve la lectura, qué tipo de plática de los padres es la más interesante para los bebés, cuándo podría esperarse que su bebé muestre interés por los libros y la escritura y qué es lo que usted puede hacer para ayudar a que su hijo desarrolle sus facultades y se convierta en un lector y un escritor.
De 18 a 36 meses de edad:
Se aprende a querer a los libros
Cuando a los niños entre 18 meses y 3 años se les introduce a la magia de los libros, ellos desarrollan el cariño por la lectura que puede durarles de por vida. El lenguaje es el fundamento de la lectura, por lo que usted puede ayudar a su hijo, de entre 18 y 36 meses de edad, a prepararse para la lectura al incorporar en sus actividades diarias el hábito de escuchar y conversar. A pesar de que los niños aún están desarrollando el lenguaje, la lectura es muy importante a esta edad. Cuando usted le lee a su hijo(a) entre 18 y 36 meses de edad, le puede ayudar a que aprenda nuevas palabras, conceptos, las letras y que aprenda sobre la manera cómo funciona el lenguaje escrito. El hecho de leerle a su pequeño(a), de hablarle sobre los libros y sobre la palabra escrita, así como el proporcionarle muchas oportunidades para que experimente con la escritura, le ayudará a prepararse para aprender a leer.
Su hijo pequeño es por naturaleza un explorador, su curiosidad propiciará el desarrollo del lenguaje, la lectura y la escritura. El escucha atentamente a los adultos para aprender nuevas palabras, se interesa en la forma cómo funciona el lenguaje y cuando habla experimenta con el uso de formas gramaticales nuevas. A los pequeños de esta edad les encanta que los adultos les lean cuentos en voz alta y en especial, les gusta oír que les repitan la misma historia. Al escuchar la misma historia una y otra vez, su hijo(a) aprende la manera cómo los cuentos están estructurados, lo que le ayudará a convertirse en un lector(a) y un(a) escritor(a) conforme se acerca el momento.
Usted puede ayudar a que su hijo entre 18 y 36 meses de edad se vuelva un lector y un escritor incorporando la conversación y la lectura en sus actividades cotidianas. Acciones tan sencillas como el hecho de mirar las señales cuando va en el autobús, ver las letras en el mercado, leer los dos juntos un libro de rimas o crear álbumes de fotografías y hablar de éstas ayudarán a que su hijo desarrolle la habilidad del lenguaje sobre la cual se cimienta la lectura. Aprenda más sobre otras formas cómo usted puede apoyar a su hijo pequeño conforme avanza hacia la práctica de la lectura.
De 3 a 4 años de edad:
Entreteja mundos con las palabras
A esta edad, su hijo usa sus destrezas lingüísticas, cada vez más importantes, para convertirse en un "gran conversador" y adquiere conciencia del poder de la palabra escrita. Al jugar con las letras y sus sonidos, los padres y los cuidadores de los niños de kindergarden pueden ayudar a desarrollar las habilidades de los niños y a que se conviertan en lectores y escritores, procurando los juegos imaginarios, valiéndose de los personajes de los libros y leyendo juntos muchos libros.
Por medio de sus propias vivencias, su hijo de kindergarden aprende a diario más y más sobre la forma cómo funciona el mundo y el lugar que él ocupa en éste. Al mismo tiempo, será capaz de utilizar su vocabulario y sus habilidades lingüísticas cada vez más desarrolladas para compartir, con otros niños y adultos, sus observaciones al igual que sus ideas y sus mundos imaginarios. Los niños más jóvenes pueden ser narradores de historias muy entretenidas, compañeritos de conversación interesados y negociadores frustrantes. Durante los años de kindergarden, su hijo tomará conciencia de que su mundo está repleto de letras y puede que empiece a reconocer ciertas palabras que le son familiares.
Usted puede ayudar a que su hijo de kindergarden se vuelva un ávido lector y escritor entablando conversaciones sencillas y leyendo junto con él. Ayuda el hecho de planear y establecer un horario para leer con su hijo pequeño y para conversar con él sobre las cosas de la vida diaria que le interesan. Usted puede convertir sus experiencias cotidianas, tales como cuando espera formado en la cola, al realizar sus compras o al viajar en el autobús, en momentos para entablar la conversación. Cuando usted habla sobre las ideas, las observaciones y los sentimientos de su hijo, prepara a su pequeño para que él lea y escriba acerca del mundo.
ALBA Lactancia Materna
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HUGO (21/01/2005)
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EMMA (25/08/2009)