Mis padres tenían trabajos normales, mi madre funcionaria administrativa y mi padre electricista. Ingresos normalitos, coche normalito, casa normalita, heredabamos libros, ropa, mi madre cosía, etc. Vamos, una casa normal de los 80. Pero mis padres querían que tuviéramos una educación muy buena, y nos llevaron a los 3 hermanos a un colegio privado con solo una clase por curso. El colegio en cuestión estaba a media hora de casa, muy a desmano de todo. Los compañeros que tuve la mayoría eran hijos de políticos, empresarios ricos, abogados de prestigio aquí, etc.
Ahora ya os tengo puestas en situación. Nunca fui capaz de encajar en aquel colegio. Nunca pude entender a aquellos niños, ni ellos me entendieron a mi. Como Manuel, yo tenía mis "amiguitos del alma", y tampoco solía jugar con mis compañeros al futbol. La diferencia es que a mi si me gustaba, y jugaba al salir de cole con amigos que tenía fuera del colegio (lo mismo que Manuel, solo que futbol y no voley, pero es lo mismo). Recuerdo la EGB con mucha tristeza. No sé la de veces que le pude pedir a mi madre que me sacara de aquel colegio, pero claro, con los 3 hermanos allí no le venía bien. Aún hoy se lo "agradezco". Once años, once me pasé allí. Nunca me pude integrar en el grupo, cuando lo intenté ya no era posible.
Una vez en 3º de EGB se ve que había una epidemia de gripe o algo así, y les faltaba uno para jugar, total, que me puse, y como yo jugaba, pues le metí un chicharrazo por la escuadra al "líder" de la clase. Su cara no tenía precio, el cabreo y la humillación que sentía, la ira que tenía en sus ojos no se me olvida. Me anularon el gol porque lo metí yo.
Sé que esta anécdota puede parecer trivial, pero describe lo que es un grupo de niños cerrado. Cuando no perteneces a la manada, la vida puede ser muy dura, o por lo menos, solitaria y triste. A los 4 años todavía el grupo está abierto, quizá a los 8 ya no lo esté. Y son muchas horas al día, muchos días de tu vida, para estar solo o casi solo, o para sentirte como un pulpo en un garaje.
Por suerte mi vida cambió cuando pasé a BUP y salí del colegio. Lo paradójico es que soy una persona muy extrovertida, me suelo llevar bien con la gente con facilidad, he llevado equipos de trabajo, etc. Pero eso ya es otra historia.
Espero que hayáis entendido como mis vivencias motivan mis opiniones. Me siento muy identificado con Manuel, y espero que no pase lo que yo. Quizá alguien al leer ayer no le gustó lo que puse, pero pensad que lo hago con la mejor intención.
Por último, estoy con Sole en que no tiene que ver el fútbol de un recreo con el fútbol profesional. Lo bueno del fútbol es que con una pelota y dos jerseys tienes todo lo que necesitas para jugar.
De los cumpleaños que habláis ni idea, todavía ni he llegado.