Decepcionantes
Nos las venden casi como imprescindibles para el desarrollo de nuestros hijos. Sin embargo, tras un análisis de las principales marcas del mercado, comprobamos que las leches de crecimiento no son necesarias.
La leche es fundamental en los primeros estadios de crecimiento del niño. El aporte de calcio que proporciona es muy importante para su desarrollo. De hecho, es el único alimento que pueden tomar los recién nacidos. Idealmente será leche materna; y en su ausencia, leche de inicio (hasta los seis meses), seguida de leche de continuación (de seis a doce meses), leches especialmente tratadas para la alimentación del bebé. Luego, una vez cumplido el año, el organismo del niño ya está preparado para asimilar una dieta variada que incluya la leche de vaca.
Hace pocos años apareció un nuevo tipo de leche infantil, llamada de crecimiento, enriquecida con vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Recomendada para niños de uno a tres años, nos la presentan como una leche de transición entre la materna y la de vaca. Hoy en día la encontramos fácilmente en el supermercado o en la farmacia junto a la oferta más corriente de fórmulas de inicio y de continuación.
Pero, ¿sabemos cuáles son las características que, en teoría, la hacen tan recomendable para nuestros hijos? A lo largo de este artículo, conoceremos las luces y sombras de este alimento recién llegado a los hogares.
Demasiadas calorías
De todas las leches de crecimiento que podemos encontrar en el mercado, hemos sometido a estudio las más habituales. En total han sido seleccionadas 19 marcas, 12 líquidas y 7 en polvo. En el análisis comparativo se han incluido aquellas presentaciones que mezclan la leche con cereales, frutas o cacao.
Empecemos por el principio: la leche, sea de vaca o de otro tipo, contiene hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. La proporción de estos elementos diferencia una de otra... pero ¿hasta qué punto?
- Lo primero que nos ha llamado la atención es el alto valor energético de la leche de crecimiento respecto a la de vaca. En algunos casos, es más de tres veces superior. Un niño de estas edades debe consumir unas 1.400 Kcal al día. Con tres vasos de leche de vaca alcanza el 13% de la energía diaria necesaria. Sin embargo, si empleamos la de crecimiento para proporcionarle la misma cantidad de leche (3 vasos) el porcentaje de calorías ingerido es del 32%. Estas diferencias son muy apreciables y se deben tener en cuenta para no sobrealimentar al niño.
- El único azúcar que existe en la leche es la lactosa. La presencia de otros azúcares contribuye claramente a ese elevado valor energético de la leche de crecimiento. Además, no ayudan al niño a la hora de adquirir pautas correctas de alimentación.
- En cuanto al contenido proteico, en algunas marcas los valores son ligeramente más bajos que en la leche de vaca. Es cierto que en la materna ocurre lo mismo debido a que el riñón del niño, menor de un año, no está adaptado para asimilar una mayor concentración de proteínas. Sin embargo, a partir de esa edad ya no hay ningún motivo para que sea así. Destaca, no obstante, Puleva cacao, que tiene un porcentaje muy parecido al de la leche de vaca.
- Los contenidos en materia grasa son adecuados en la totalidad de las muestras. En todas son muy parecidos a los de la leche de vaca entera. Sólo Nutribén tiene valores algo más bajos, sin que haya motivos para ello. No resulta tan similar el perfil de grasas, es decir el tipo de ácidos grasos. El contenido en grasas saturadas es muy inferior al de la leche de vaca, salvo en Hero Baby junior, Milupa cacao y Pascual. Sin embargo, las monoinsaturadas y poliinsaturadas (estas últimas son fuente de ácidos grasos esenciales) aparecen en mayor proporción que en la leche tradicional.
No al azúcar
Otro punto importante para la salud de nuestros pequeños es el contenido en azúcares. Como hemos visto, el único que existe en la leche es la lactosa. También presente en la de crecimiento, aunque generalmente en mayor cantidad que en la leche de vaca para asemejarse a la materna, no se encuentra, sin embargo, sola. Le acompaña otro azúcar, la sacarosa o azúcar común, claramente inútil y cuya presencia es, además, inadecuada en la leche.
La hemos detectado en más del 60% de las marcas analizadas. Tomando como referencia los valores de azúcar de la leche de vaca y de la materna, varias muestras presentan cantidades muy superiores. Marcas como Puleva cereales, Puleva cacao o Milupa cacao obtienen, en este sentido, valoraciones muy malas.
Además, el sabor dulce que la sacarosa proporciona a la leche no contribuye a crear buenos hábitos alimentarios al niño. Cuanto menos se acostumbre a ella, mucho mejor.
Vitaminas de más
La leche es una fuente de minerales esenciales para el desarrollo físico y mental del niño. Hemos comparado los contenidos de varios de estos elementos con los que hay en la leche de vaca. El más importante es, sin duda, el calcio. Salvo en una muestra, Nestlé crecimiento con cereales, que presenta un contenido mayor, los niveles son parecidos a los que puede tener la leche tradicional. En cuanto al fósforo, que permite la asimilación del calcio, los valores son similares, si bien algunas marcas tienen contenidos algo menores. Es el caso de Almirón, Aptamil, Miltina, Nestlé crecimiento, Nestlé cereales y Nestlé frutas. Sin embargo, la relación entre fósforo y calcio, tan importante para la correcta absorción de éste, no se cumple en la mayoría de las marcas analizadas.
En cuanto a la presencia de vitaminas, no hemos encontrado deficiencias. Al contrario, todas las marcas de nuestro análisis tienen una cantidad superior a las de la leche de vaca.
Sin embargo, los aportes extra no son necesarios para una alimentación adecuada. No olvidemos que a partir de un año el niño ya toma todo tipo de alimentos. Por lo tanto, todos estos nutrientes pueden ser incorporados en la dieta diaria a través de las frutas, verduras, carne, pescado, huevos, cereales y, por supuesto, la propia leche de vaca.
Por tratarse de un alimento infantil, los criterios microbiológicos deben ser exhaustivos. Aún así, no hemos detectado microorganismos en ninguno de los productos de nuestro análisis. Podemos afirmar que las normas de higiene se cumplen perfectamente en todas las muestras analizadas.
Dieta variada y equilibrada
Las conclusiones finales de nuestro análisis son bastante decepcionantes y pocas leches se salvan.
Especialmente inaceptable nos ha parecido la presencia de sacarosa, que ha marcado negativamente la calificación global de los productos que la contienen.
Si ponemos en una balanza los supuestos beneficios de la leche de crecimiento y sus claras desventajas, vemos que, realmente, no son necesarias.
La mejor opción es una dieta variada y equilibrada, en el supuesto de un niño sano. Sólo si existe algún problema de inapetencia se recomienda tomar este tipo de leche. Por supuesto, siempre después de consultar al pediatra para descartar cualquier otro problema en la salud del niño.
No hay Compras Maestras
Como ya hemos visto, este estudio comparativo nos ha descubierto la inutilidad de las leches de crecimiento. Incluso tienen aspectos lo bastante negativos como para no recomendarlas más que en casos muy concretos. Por lo tanto, esta vez no podemos ofrecer una Compra Maestra.
Cuando sea necesario tomar este tipo de leche, recomendamos cualquiera de las que tenga valoración superior a aceptable en su calificación global. Aunque insistimos en que debe ser el pediatra el que lo aconseje.
http://mcs.ocu.org/map/show/26131/src/270352.htm