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- Jue, 11 Oct 2007, 15:23 #194361 es un tema que ha propuesto guiomar dentro de un post en el foro de salud. pero me ha parecido que allí se va a perder, asi que lo recupero.

Nada más para reiterar que el centro cerebral de la saciedad y el hambre es el mismo que el del placer.
O sea, que por eso mucha gente come para sentirse mal o deja de comer como una forma de autocastigo.

Y eso como muy bien dicen Sole y Bitmajo se lo enseñamos a los niños desde que nacen.

Anoto algo más: ¿alguna de ustedes se ha parado a pensar cuánto tiempo dedica al día en pensar en la comida de los hijos? EN qué les van a dar de comer, en qué van a comprar para comer, en cómo se lo va a comer, dónde se lo va a comer, cómo lo van a preparar,... Por favor díganme cuánto tiempo al día lo hacen, más o menos.
Es una tarea que les pongo

La pregunta viene a cuento de la segunda parte de la tarea:
¿Cuánto tiempo al día dedicas a pensar en otras cosas que te dan placer? Como el sexo, ¿Cuánto tiempo dedicas a planearlo, recrearlo, prepararlo, revivirlo? Piensa en otras cosas que te causan placer, ¿cuánto tiempo le dedicas?

No se si estáis notando que todas os olvidáis del tiempo que dedicais a comer. A dar de comer a los hijos y a comer vosotras. Si lo medís en minutos para muchas (sobre todo las que trabajaís fuera de casa) es mucho tiempo (algo cercano a dos horas díarias).
A lo que voy, a parte de plantear la cuestión que parece que se nos va de tema pero no es a que a la comida dedicamos muchas horas de placer o de sufrimiento (Según como veamos el tema) y a lo largo de nuestra vida enfrentaremos los problemas como la comida o convertiremos la comida (o su ausencia) en un problema. Y eso se lo enseñamos a nuestros hijos.

esta es al propuesta inicial de guiomar. me parece un tema precioso para reflexionar lo que realmente transmitimos a nuestros hijos.

RECUERDA: las recomendaciones del foro NO PUEDEN sustituir a la consulta con un medico (NI LO PRETENDEN)

- Jue, 11 Oct 2007, 15:48 #194376 adoro la comida. soy tauro, y por tanto se supone que adoro la comida, el sexo y los placeres terrenales. y en mi caso es completamente cierto.

formo parte de ese grupo de personas que celebra sus alegrias comiendo, se quita las penas comiendo, y habla de la comida con cariño (voy a comer un cocidín ). por tanto son una gorda en potencia. bueno, en este caso en la practica tambien. . no obesa, pero si largamente pasada de peso. y como decia un anuncio: yo no me pongo a dieta, yo vivo a dieta.

adoro comer, disfruto de la comida, tengo curiosidad por comer cosas diferentes, por probar lo mismo preparado de otro modo.

adoro cocinar: me apasionan las texturas, los olores, la magia de la cocina. hasta tal punto que disfruto cuando me sale un puré de verduras especialmente sabroso. quiero decir que no tiene que ser un pastel de tres pisos para que disfrute cocinando.

adoro programar comidas especiales. planear sorpresas. incluso cuando la comida especial es la cena de mis hijos los dias que tengo un poco mas de tiempo.

cuando voy a un pais diferente del mio no se me ocurre comer nada que se parezca a lo mio de diario si puedo evitarlo y ademas lo segundo que hago despues de comer es comprar varios libros de cocina del pais. disfruto leyendolos aunque muchas cosas nunca podre prepararlas por falta de ingredientes.


y creo que de este disfrute he transmitido a mis hijos cierta pasión por la comida. lo prueban todo. comen lo suyo, despues lo mio, da igual que sea verde rojo o amarillo. y creo que lo he hecho por dos motivos: que se resumen en uno: tengo clarisimo que comer ha de ser un placer. por tanto jamas les he dado a comer un puré que no haya probado yo previamente y me haya parecido rico. y jamas he permitido que el momento de la comida fuera algo diferente de una hora de disfrute. para esto no hace falta estar un dia planificando. un pure exquisito solo lleva cebolla y calabacín. ni organizar complicados menus, sino comidas en las que se incluya mas o menos los principales grupos de alimentos. tampoco es necesario pasar horas y horas en la cocina. es mas esto es contraproducente: no sirve de nada pasar una hora preparando algo realmente complicado, si no estamos dispuestas a aceptar con deportividad que ese dia nuestro hijo solo quiera medio vaso de leche.

duele cuando te has esmerado en hacer unas ricas empanadillas y esa noche te dicen que no. pero jamas hay que dejarlo ver. jamas. ellos no saben de horas en la cocina. y pedirles que se coman las empanadillas para que nosotras veamos recompensado nuestro esfuerzo es contraproducente: le estamos diciendo que le querremos mas (que nos decepcionará menos) si come aunque no tenga hambrre, para que nosotras nos sintamos bien. (esto me ha pasado hace 48 horas).

comer es un placer, y como todos los placeres solo lo es realmente si se degusta cuando apetece. nunca jamas un placer lo es a la fuerza o bajo coacción o simplemente como pago por los servicios recibidos (enlazando con el post de la violencia y el deseo).


por otro lado, enseñamos a nuestros hijos a amar la comida solo si les permitimos formar parte activa de todo el proceso: enseñarles los pescados en la pescaderia, permitir que elijan que fruta quieren comprar, que seleccionen las piezas. que lueo en la cocina saboreen el pimiento crudo y luego cocinado, que perciban los diferentes olores. las especias, las texturas al amasar. el calor del horno, el cambio de color y consistencia de la pasta al cocer, o del pan al hornearse. y finalmente, permitiendo qeu coman con los dedos.


¿que tiene que ver esto con otros placeres? pues de algun modo siento que todos tienen una raiz similar. en casa ponemos tambien las primeras piedras de sus relaciones emocionales o sexuales. al enseñarles el placer de recibir una caricia, de aceptar las suyas con placer. de hacerles saber que es legitimo pedir un contacto fisico (caricias abrazos) cuando se necesita. permitirles explorar su cuerpo.

pero tambien enseñandoles que, al igual que cuando no desean comer, no deben hacerlo solo para dar gusto a la cocinera, cuando no desean ser besados o acariciados no deben permitirlo por obligación. por tanto tambien les enseñamos a hacer caso de sus señales de "hambre y saciedad" emocional o de contacto.


en definitiva todo ello se trata de enseñarles que son dueños de su cuerpo en todos los aspectos. permitirles aprender a hacer caso de las señales que su cuerpo y su cerebro envian. enseñarles en definitiva a confiar en ellos mismos.


menudo pedazo de folio que acabo de largar. lo siento

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- Jue, 11 Oct 2007, 19:25 #194413 Lo que yo quería decir, Sole, es que con la comida mantenemos una relaciòn de placer-frustración.
Aprendemos de nuestras madres y padres cómo relacionarnos con la comida:
- hay quien deja de comer si se enoja (se castiga)
- hay quien come si tiene un disgusto (se consuelo)
- hay quien necesita chocolate o dulce si está frustrado
- hay a quien le da nauseas la comida si algo le perturba
- hay quien vomita si algo le da asco...
Y así podemos seguir.
Aparentemente no es nada grave pero ese puede ser el germen de
muchos desórdenes alimenticios:
- anorexia, bulimia, obesidad,...
La adicciòn a la comida es, si no me equivoco, la más difícil de combatir.
Eso se lo transmitimos a nuestros hijos.
Y como Sole dice: si le decimos al niño "acábate el plato" le estamos diciendo: "yo sé más de cuerpo que tu" Minamos mucho más que su apetito, minamos su autoestima.
Imagínense que le digamos al niño: "AHora no vas a hacer pis, te esperas". "Ahora no es momento de hacer caca" O lo contrario: "Haz caca, vamos"
Si al niño le prohibimos sistemáticamente comer entre horas, aunque lo necesite, le estamos lastimamos. Ahora como dice Clara Davis, la "trampa" consiste en dar alimentos saludables.
Si temes que tu hijo no coma de todo: ponle todo en la mesa a la vez. Y déjale que elija lo que come. La sopa, o la verdura y la carne y el pescado y el postre que vaya a comer. Y si empieza por la mandarina o el yogur no lo consideres anormal. Es lo que necesita.
Comer es también un hecho cultural, lo repito mucho. Lo sé.
Comemos en las fiestas y los funerales. Por comer comemos hasta en la Iglesia. Ayunamos como sacrificio, como forma de purificarnos, de ser mejores (por eso entre otras cosas cuesta tanto bajar de peso) o como forma de hacer sufrir a otros.
Ahora bien, hay elementos culturales que son definitivamente nocivos para la salud como esa costumbre tan arraigada en España de acabarse el plato y entonces, cuando lo ven vacío, te sirven más.
Mi madre, que se educó en Francia, nos enseñó que había que dejar algo en plato como muestra de saciedad, para que no te sirvieran más. Mi padre que creció en la postguerra consideraba que dejar algo en plato (aunque fuera el hueso de la chuleta) era una aberración.
Mi abuela era de las que te aunque le dijeras que no quieres más, te llenaba otra vez el plato. Solo te perdonaba el postre.
Mi abuelo, que era un caballero, decía que nunca había que llenar la copa de vino a alguien que decía que no. Pero no decía lo mismo con la comida.

La gente se empeña en decirnos cuánto debemos comer, qué debemos comer. ¿Pirámide, rueda? ¡Da igual! Pero hacemos juegos malavares por comer tantos días verduras, tantos legumbres...¿verdad? Cuando yo estudiaba había un doctornado que estaba trantado de seguir una dieta "perfecta" para cubrir todas las ingestas necesarias que indican las tablas y descubrió que era imposible por muchos, muchos motivos.
Pero repetimos lo mismo con nuestros hijos. Les privamos de la capacidad de escuchar a su cuerpo, de saber cuándo deben parar, de saber lo que les está fallando. De sabesr lo que necesitan, lo que les gusta, lo que les brinda placer, lo que les brinda frustración. Y como dice Sole, eso puede traer consecuencias en otros campos.
Y como hace mucho que no cuento anécdotas voy a contar una. Llevaba yo una temporada sin soportar comer carne, solo la veía y me daba asco. Raro en mí, carnívora por naturaleza. Empecé por otros asuntos a ir de médico en médico y tiro porque me toca. Me hicieron análisis y fui al especialista. Tenía el hierro alto. Me dijo que los análisis estaban mal y no me hizo caso. Fui entonces con mi médico de siempre, el que nos conoce de verdad a todos. Y se los enseñé. Y comenzamos a hablar. Entonces me dijo algo así como: " Tu cuerpo sigue sabiendo mucho más de alimentación que tu": Tienes un principio de intoxicación por hierro, menos mal que la carne te da asco. Tu hígado te lo va a agradecer en estos momentos." He de reconocer aquí entre nos, que yo preocupada por mi aversión a la carne y amamamtando estuve en un tris de automedicarme un tratamiento con hierro por si tenía anemia... A veces el conocimiento me juega malas pasadas... Y es que como dice una buena amiga mía: "primero revisa el mantenimiento".

- Jue, 11 Oct 2007, 22:56 #194490 Guiomar me encanta que hayas vuelto. Te explicas como nadie

Cani+Patri 9/12/2004

- Jue, 11 Oct 2007, 23:10 #194493
Joer en la vida voy a tener una dialectica como vosotras...
Os explicais como nadie!!!!!

- Vie, 12 Oct 2007, 04:19 #194536 A Sara cuando era pequeña, no le gustaba nada, era sufrir y sufrir, le camuflaba la comida, le contaba un cuento con cada trozo que comía, le adornaba los platos, pero bueno, al final algo comía, pués ahora de repente, le gusta todo, todo lo prueba y todo lo come, tambien tendrá que ver que su padre y yo tenemos un buen saque, y todo lo celebramos también con una buena comida

Pués hoy me ha dicho algo que me dejó veníamos de las mini vacaciones y pregunto en el cohce, bueno chicos qué hacemos paramos a almorzar ó hago cualquier cosa en casa? Contestación de mi hija: mamá en casa, que lo que tu haces está más bueno que en cualquier sitio del mundo. y un reguero de babas que se me cayó por el camino.

Me siento orgullosa, ya que a mi hija le parece lo mio mejor que cualquier esquisitez que se coma por ahí, le encanta que cocinemos juntas, claro que yo siempre la he dejado que se pringe y me he pringado yo claro, que me gusta más que a ella en fín, lo peor que llevo de la comida on mis kilos de más, pero, no se puede tener todo.

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- Vie, 12 Oct 2007, 12:10 #194584 no se trata solo de si comen de todo o no.

se trata de respeto. en esto como en todas las facetas de la vida de un bebe.

como no saben hablar nos empeñamos en que eso significa que no conocen sus necesidades.

les damos la comida que creemos que necesitan (es mas, muchos se devanan los sesos y agonizan delante de cada puré para intentar averiguar si contiene la composición exacta). cuando clara davis demostró que bebes a partir de 6 meses son perfectamente capaces de elegir libremente de entre 30 alimentos diferentes, y lograr con su libre albedrio y sin intervención por parte de los adultos una dieta completa en cuanto a nutrientes y variada. es mas, muchos niños en estas mismas circunstancias logran tantas dietas diferentes como niños diferentes y todas ellas por igual equilibradas.


el truco, como dijo guiomar tan solo es que haya a su disposición comidas sanas. es decir, comida y no chucherias. variadas y presentadas de modo que puedan comerla solos de acuerdo con sus capacidades motrices.

¿que puede tener que ver el comer por ansiedad en la edad adulta con el hecho de que a un bebe cada vez que llora su madre le enchufe un biberón sin mirar primero si lo que necesita es contacto o cambiar el pañal?


les ponemos a la fuerza la chaqueta que seguro que necesitan, cuando estando en casa ellos no perciben frio. ¿no es mejor dejarle salir a la calle sin la chaqueta y que nos la pida el una vez que tiene frio?

les abrazamos y besamos cuando a veces estan dando muestras evidentes de irritación y por no parecer bordes no se los quitamos a la abuela. les obligamos a besar a su tia, a saludar a personas que no conocen.....

en realidad la mayor parte del tiempo desde que un bebe nace hasta que sabe decir no nos dedicamos a hacer caso omiso de las señales de su cuerpo, dandoles lo que nosotros creemos que necesitan. no le cojas que se acostumbra. ¿no es eso ignorar que el niño necesita contacto fisico tanto como comer? ¿no le estamos enseñando qeu no tiene derecho a pedir un abrazo cuando le hace falta? ¿de verdad eso no repercute en las relaciones del futuro?


incluso cuando ya saben decir que no, muchas veces les ignoramos. les forzamos "por su bien". evidentemente no podemos dejar qeu un niño se queme para que entienda que el fuego es peligroso, como decia rousseau en el libro "emilio o la educación". pero de verdad es necesario ponerle la chaqueta en casa cuando la temperatura ronda los 2o grados? ¿no es mejor enseñarle a reconocer la sensación de frio y dejar que sienta la necesidad de abrigarse?


nada de esto tiene que ver con comer mejor o peor o disfrutar de la comida..........o si.

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- Vie, 12 Oct 2007, 15:16 #194638 En primer lugar decir que coincido con Cani y Mamicris en decir que Guiomar y Solecilla os expresáis tan bien que da gusto leeros una y otra vez.

Pero bueno voy a intentar dar mi opinión sobre este tema que me parece muy interesante.

Para mí la comida también es un placer, pero yo a diferencia de lo que comenta Sole soy un poco asquerosilla, hay un montón de cosas que no me gustan, me lo pienso mucho a la hora de probar cosas nuevas, aunque hace unos años hice el Ciclo Formativo de Cocina y una de las obligaciones de todo buen cocinero es probar todo lo que se cocina (cosa obvia por otro lado) y desde entonces he cambiado el chip un poco. Pero disfruto mucho cocinando, me relaja y cuando tengo tiempo hago mis pinitos cocinando cositas nuevas.

Con mis hijas he intentado hacerlo de la mejor forma posible, ofrezco cosas nuevas y no fuerzo. Sí me preocupa la cantidad de lo que come, pero intento "comerme" esa preocupación y no transmitírsela, para eso ya está mi marido que es el que me aguanta . Creo que el cuerpo es muy sabio como decís. El otro día me sorprendió mucho mi hija. Ella come muy bien, casi demasiado y el otro día le ofrezco su plato de puré y después de dos cucharadas (tomadas sin muchas ganas) me dijo que no quería más. Me sorprendió, insistí un par de veces y la respuesta seguía siendo que no quería. Total que nos pusimos a comer mi marido y yo. De segundo plato teníamos san jacobos de jamón york y queso que a ella le gustan mucho y le partí unos trocitos y se los di para que los comiera y tampoco quiso. Ahí ya me preocupé bastante, pero le retiré el plato y seguí comiendo. Llegó el postre y yo me puse a comer melón y ahí ella sí me pidió le di un trocito de melón y lo chuperreteó, se lo comió y cuando terminó, me señaló el plato de puré, le ofecí y se lo comió todo. No sé el motivo de que quisiera primero el melón (puedo suponer que las encías tienen algo que ver) pero sé que hice bien dejándola elegir. Si me hubiera empeñado en que comiera el puré, habríamos acabado las dos con un cabreo impresionante y sin comer. Y respetándola comió lo que necesitaba cuándo ella quiso.

Siento extenderme tanto, pero también quería comentar, que como bien dice Guiomar, la comida es cultura, y casi todo se celebra con una comida o cena. Y creo que es muy importante involucrar a nuestros pequeños (aunque sean muy pequeños) en estos actos. Que conciban la comida como algo para compartir una alegría o lo que se celebre; que noten que es un día especial y hemos ido a un sitio distinto a comer y nos hemos juntado con más gente. No digo que no haya momentos en que sea mejor por el tema de los horarios dejarlos en casa con alguien de confianza, pero creo que como integrantes de la familia es muy importante que sientan que son uno más, que disfruten de esos momentos, que prueben las comidas especiales.

- Lun, 15 Oct 2007, 12:50 #195419 Pues yo soy de las del grupo de Sole:

- me encanta comer y disfruto haciéndolo, para mi comer es todo un placer

- me encanta cocinar, me da igual hacer unas lentejas que un superpostre, disfruto igualmente mientras planeo lo que voy a hacer, haciéndolo, y después comiéndomelo

- cuando vienen amigos a comer a casa para mi es como una fiesta, planear lo que voy a hacer para comer, cosas normales, pero con un toquecillo que las haga especiales, poner la mesa, y disfrutar de la comida y de la compañía. Tengo una amiga que siempre dice que me imagina haciendo tartas y mermeladas caseras para venderlas

- mi cocina está llena de libros, revistas y recortes de recetas, siempre estoy en busca de nuevos platos, distintas maneras de preparar los ingredientes de siempre, para variar un poco la rutina

- aunque al final lo que me fastidia es el poco tiempo que tengo para preparar la comida la mayoría de los días, a pesar de lo cual jamás compro empanadillas ni croquetas, ni nada que pueda hacer yo en casa, con la única excepción de la masa de hojaldre

- y desde luego, a veces me tomo un trocito de chocolate negro sólo por el goce y el disfrute de sentir todo su sabor mientras se funde en mi boca

Creo que en buena parte todo esto se debe a que nunca me han obligado a comer en casa, o al menos no guardo ningún recuerdo de ese tipo. En mi casa siempre hemos comido de todo. Pero por gusto, no por obligación. Después de unos meses de estancia en Inglaterra volví aborreciendo el pollo, que era lo que comía allí un día tras otro, y hasta que volví a probarlo, jamás me obligaron en casa a hacerlo, aunque entonces yo tenía 22 años, pero jamás me dijeron nada en casa.

Y por supuesto esa es la misma tónica que empleo yo con mi hijo. Le ofrezco comida, se la pongo a la vista, pero no se la meto por la fuerza, a pesar de que a veces me da cargo de conciencia por que hay cosas que al final acaban en la basura.

Ayer contemplé una escena que me pareció increible, y no era la primera vez que pasaba delante de mi. Una de mis cuñadas insistiendo a un sobrino de 27 años en que comiera más, porque según ella no comía casi nada. No era que le estuviera ofreciendo más comida, no, sino que era casi un imperativo. "Come más porque has comido poco". Me pareció increible, subrrealista. ¡Con 27 años!

No quiero que a mi hijo le obliguen sus tías ni a comer ni a nada. Y espero que él mismo sea capaz de decidir lo que come, y de contestar a sus tías cuando se pongan pesadas, por que creo que callarse tampoco es la solución, sino una invitación a que sigan insistiendo en lo que hay que comer o en otras cosas.

- Lun, 15 Oct 2007, 13:16 #195444 no tengo tiempo de ller ahora el post (pero esta noche me lo voy a "zampar" enterito
En mi familia hay problemas relacionados con trastornos alimenticios. Yo misma he estado en mi pubertad al borde de padecer estos trastornos.
Jamás obliguéis a comer ni siquiera de manera sutil: acábate el plato, si quieres pastel termina los garbanzos...date prisa que eres el último....

Este finde semana me hablaba mi primo d esu bebé de dos meses y el biberón: claro, se zampa 210 ml d elche en el biberón, como ellos no tienen conocimiento (no tiene un pez, tiene una preciosa niña a la que no alimentan a demanda)

Una vez dicho esto, y una vez que la relación con la comida es saludable y placentera....yo soy d elas que ponngo los ojos en blanco con un huevo con papas fritas, se me sale del alma un ummmmmque rico y creo que las endorfinas se me ven por los ojos. Aunque como por ansiedad, como por pena, como por alegría, como nervios....como mucho

Y la relación con el sexo.....pues también s eme ponen los ojos en blanco

Mamá de JULIO (3/12/2004)

- Lun, 15 Oct 2007, 21:08 #195673 pues yo para llevaros la contraria, voy a ser la unica a la que no le gusta comer!
A ver, no es que no me guste y golosa soy un rato, incluso me gusta bastante cocinar peeeero no disfruto comiendo para mi es lo mismo comer un bocadillo que un cordero, en serio, comida es al fin y al cabo, y eso que ahora me gusta todo (menos las visceras) Lo que suelo comer es mucho potaje (legumbres) y ensaladas y fruta y verdura, o sea, como muy sano y me gusta comer asi, pero es que ya desde pequeña pensaba que comer era una perdida de tiempo, mi madre lo pasaba fatal porque no queria ni macarrones con tomate que es algo que gusta a casi todos los niños!!! lo que hacia era decirme que me lo guardaba para merendar, y luego para cenar, conclusion, cuando tenia hambre me lo comia. Eso si, desde muy pequeña comia fruta yo solita (mi madre me dejaba el frutero a mi alcance) y pan y leche a tope, el pediatra le decia que mientras comiera eso que no se preocupara.
A los 17 años empecé a probar todo y a gustarme todo. Recuerdo que un año (con 8 años creo) fui al comedor del colegio, siempre salia la ultima pero no lo recuerdo demasiado mal, la madre Pura (que era la encargada del comedor) me acababa perdonando que me dejara la comida entera.
Aun asi crecí bte (mido casi 1.70 y peso unos 55 kg antes de parir, ahora 57) Nunca he tenido problemas para mantener mi peso incluso comiendo chuches (el chocolate no me mata, excepto al ppio de la lactancia que me volvi adicta perdida, ya se me ha quitado) porque me encanta hacer deporte y como todo lo que como es bte sano. Si en navidad engordo un par de kg (como todo el mundo) a la vuelta ceno mas ligero y enseguida recupero mi peso normal.
En mi familia somos todos delgados (yo creo que la genetica es importante) pero sobre todo estoy convencida de que yo estoy delgada porque no pienso en la comida ni disfruto tanto comiendo, veo gente a mi alrededor que sufre porque quiere perder peso y no pueden dejar de pensar en tal o cual restaurante. Yo sencillamente pienso en otras cosas, digamos que tengo otros hobbies.

Creeis que lo mio es normal? es que como a casi todo el mundo le gusta tanto comer y a mi me da bastante igual...

Sin embargo mi bolita es una tragona!!! le encanta comer, todo lo que ve en la mesa le interesa (tb es porque desde que podia ver la sentaba conmigo mientras yo comia) le gusta todo lo que le he dado (menos los biberones, es mas lista....) y aunque de momento le dan asco las cosas solidas como un grano de arroz, medio guisante... todo lo que sea pure o fruta entera para roer le encanta. A ver si tengo suerte y sigue asi! Tb pienso como vosotras con lo de obligar a comer. pero es que es una maravilla que lo quiera probar todo! ya se que es muy pequeña pero me hace ilusion que sea asi... Tal vez es que como yo ahora como de todo y le doy a probar, hasta judia verde cruda le di una vez y le gusto!
Ah, zanahorias enteras (es uno de mis aperitivos favoritos y lo unico que me quitaba las nauseas en el embarazo) tb le encantan!

- Mié, 17 Oct 2007, 22:36 #197047 Qué reflexiones más interesantes...Da gusto leeros a todas.

Nosotros los dos somos comilones, yo disfruto comiendo, preparando comidas, organizando comidas con amigos...Cómo cuenta Sole.

En mi caso yo como de todo y me encanta probar nuevos sabores, en el caso de mi marido es más selectivo y no le gusta algo básico como las verduras, sólo come pure de Verduras, crema de calabacín, esparrágos y últimamente tomate...Y yo creo que todo viene porque en su casa le obligaban a comer las verduras él recuerda que le dejaban las judias verdes de la comida para la cena y sino para el desayuno y claro acabas por aborrecer la verdura.

Por eso nunca obligo a comer a mi hijo, quiero que disfrute con la comida y que se capaz de comer cuando tenga hambre, que sepa distinguir las señales de su cuerpo me parece muy importante.

Tengo una sobrina a la que su madre nunca le ha dado biberón a demanda, su madre sufre cada día porque la niña no come bien, la niña esta estupenda gordita y feliz pero su madre esta convencida que es porque la obliga a comer....Y es que es dificil pensar que nuestros hijos tienen capacidad de decisión aunque sean pequeños, que saben lo que quieren y lo que les gusta.

Me alegro mucho de poder participar y compartir todo esto con vosotras me haceis reflexionar cada día.

Belén

Soy un niño y me llamo Victor


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- Jue, 18 Oct 2007, 17:15 #197593 Coñeeeeeeee, pero como me gustan vuestras reflexiones!!! Ojalá mi mente diera para escribir cosas como las que escribís.

Yo también soy de las que disfruto con la comida, innovar, cambiar....y comiéndola por supuesto. Aunque muchas veces reconozco que necesito mis chuches, como ahora que me acabo de zampar una bolsa de palomitas, jeje, y lo que he disfrutado!!!

- Vie, 19 Oct 2007, 15:51 #198141 Me uno al club de las que igualan comida y placer, y os recomiendo dos libros de Laura Esquivel: Como agua para chocolate (conocido por la pelicula) y otro tutulado "Intimas Suculencias" tratado filosofico de cocina.
Con recetas incluidas...
Cito la contrasolapa:
"Uno es lo que come, con quién lo come y cómo lo come. La nacionalidad no la determina el lugar donde uno fue dado a luz, sino los sabores y los olores que nos acompañan desde niños"