- Sab, 13 Oct 2007, 01:33
#194784
Bitmajo, descúbrete, quién eres hija?
Es más vieja en el foro que yo (creo que solo la gana Rafi) y no sabemos quién es. Ahora que dice verdades como templos también.
Yo sospecho que no dice ni su nombre porque es una generala de alto rango del ejército insurgente.
Ahora en serio: ¿Realmente necesitas saber quién es? ¿No te lo ha dicho ya? Porque a mi sí. Me habla de su congruencia, de su valentía, de su coraje (y de sus corajes), de su cultura, de su ternura, de sus luces y de sus sombras, de su pasado y de su presente. A mi es que en realidad me importa un cuerno si se llama Pilar o Verenice y si vive en Pamplona, een Numancia, en Lima o en Sevastopol. Será porque yo ya se quien es.
Gracias por estar ahí, amiga.
Sobre eso de la libido yo pensaba el otro día que es como la comida. Vivo en México hace diez años y tengo muy complicado comer algunas cosas de allá por más que se parezcan. A veces tengo un antojísimo de fabada y tengo que ir a un mercado especial y carísimo a conseguir unos ingredientes parecidos (porque nunca serán las fabes de Potes ni el chorizo de Trescares): Cuando puedo lo preparo mucho, aunque me sepa parecido, nunca igual, a la fabada de mi tía.
Otras veces me conformo con rememorarlo. Recuerdo ingredientes, sabores, olores y demás.
Con el sexo he aprendido a hacer lo mismo. Si puedo lo preparo y a veces sale un chasco que no veas (igual que con mis pésimas fabadas) y otras sale algo bueno y otras algo muy bueno. Pero cuando las circunstancias no son apropiadas me conformo con rememorarlo, con acordarme de algún acontecimiento especial tengo de sobra para alegrarme un rato.
Eso a parte de lo que dice Bitmajo porque la libido no está, la libido es. Bendito idioma el nuestro que nos permite reforzar esa diferencia.