- Jue, 11 Oct 2007, 19:25
#194413
Lo que yo quería decir, Sole, es que con la comida mantenemos una relaciòn de placer-frustración.
Aprendemos de nuestras madres y padres cómo relacionarnos con la comida:
- hay quien deja de comer si se enoja (se castiga)
- hay quien come si tiene un disgusto (se consuelo)
- hay quien necesita chocolate o dulce si está frustrado
- hay a quien le da nauseas la comida si algo le perturba
- hay quien vomita si algo le da asco...
Y así podemos seguir.
Aparentemente no es nada grave pero ese puede ser el germen de
muchos desórdenes alimenticios:
- anorexia, bulimia, obesidad,...
La adicciòn a la comida es, si no me equivoco, la más difícil de combatir.
Eso se lo transmitimos a nuestros hijos.
Y como Sole dice: si le decimos al niño "acábate el plato" le estamos diciendo: "yo sé más de cuerpo que tu" Minamos mucho más que su apetito, minamos su autoestima.
Imagínense que le digamos al niño: "AHora no vas a hacer pis, te esperas". "Ahora no es momento de hacer caca" O lo contrario: "Haz caca, vamos"
Si al niño le prohibimos sistemáticamente comer entre horas, aunque lo necesite, le estamos lastimamos. Ahora como dice Clara Davis, la "trampa" consiste en dar alimentos saludables.
Si temes que tu hijo no coma de todo: ponle todo en la mesa a la vez. Y déjale que elija lo que come. La sopa, o la verdura y la carne y el pescado y el postre que vaya a comer. Y si empieza por la mandarina o el yogur no lo consideres anormal. Es lo que necesita.
Comer es también un hecho cultural, lo repito mucho. Lo sé.
Comemos en las fiestas y los funerales. Por comer comemos hasta en la Iglesia. Ayunamos como sacrificio, como forma de purificarnos, de ser mejores (por eso entre otras cosas cuesta tanto bajar de peso) o como forma de hacer sufrir a otros.
Ahora bien, hay elementos culturales que son definitivamente nocivos para la salud como esa costumbre tan arraigada en España de acabarse el plato y entonces, cuando lo ven vacío, te sirven más.
Mi madre, que se educó en Francia, nos enseñó que había que dejar algo en plato como muestra de saciedad, para que no te sirvieran más. Mi padre que creció en la postguerra consideraba que dejar algo en plato (aunque fuera el hueso de la chuleta) era una aberración.
Mi abuela era de las que te aunque le dijeras que no quieres más, te llenaba otra vez el plato. Solo te perdonaba el postre.
Mi abuelo, que era un caballero, decía que nunca había que llenar la copa de vino a alguien que decía que no. Pero no decía lo mismo con la comida.
La gente se empeña en decirnos cuánto debemos comer, qué debemos comer. ¿Pirámide, rueda? ¡Da igual! Pero hacemos juegos malavares por comer tantos días verduras, tantos legumbres...¿verdad? Cuando yo estudiaba había un doctornado que estaba trantado de seguir una dieta "perfecta" para cubrir todas las ingestas necesarias que indican las tablas y descubrió que era imposible por muchos, muchos motivos.
Pero repetimos lo mismo con nuestros hijos. Les privamos de la capacidad de escuchar a su cuerpo, de saber cuándo deben parar, de saber lo que les está fallando. De sabesr lo que necesitan, lo que les gusta, lo que les brinda placer, lo que les brinda frustración. Y como dice Sole, eso puede traer consecuencias en otros campos.
Y como hace mucho que no cuento anécdotas voy a contar una. Llevaba yo una temporada sin soportar comer carne, solo la veía y me daba asco. Raro en mí, carnívora por naturaleza. Empecé por otros asuntos a ir de médico en médico y tiro porque me toca. Me hicieron análisis y fui al especialista. Tenía el hierro alto. Me dijo que los análisis estaban mal y no me hizo caso. Fui entonces con mi médico de siempre, el que nos conoce de verdad a todos. Y se los enseñé. Y comenzamos a hablar. Entonces me dijo algo así como: " Tu cuerpo sigue sabiendo mucho más de alimentación que tu": Tienes un principio de intoxicación por hierro, menos mal que la carne te da asco. Tu hígado te lo va a agradecer en estos momentos." He de reconocer aquí entre nos, que yo preocupada por mi aversión a la carne y amamamtando estuve en un tris de automedicarme un tratamiento con hierro por si tenía anemia... A veces el conocimiento me juega malas pasadas... Y es que como dice una buena amiga mía: "primero revisa el mantenimiento".