Tengo que decir que iba mucho más tranquila porque veo a mi hija mucho mejor. La estoy llevando por las tardes porque me lo pide, aunque luego en la puerta se medio arrepiente y le tengo que asegurar que voy a recogerla veinte veces porque según parece teme que vaya a abandonarla para siempre. Ese tema es repetititvo, supongo que ahora mismo más que problemas en el cole es ansiedad de separación.
Lo primero que hizo fue disculparse por el episodio del otro día (lo de llevársela violentamente en volandas sin dejarme ni despedirme). Me explicó que me vió en mitad del patio con las dos niñas mojándome y que vino a ayudarme, que se aturulló entre el griterío de los niños y la lluvia. Me recordó que podía seguir utilizando la recepción para despedirme a solas de mi hija y que ella bajaría a recogerla hasta que el problema pasara. De la recepción al aula de mi hija hay 50 metros. La verdad es que la vi muy avergonzada e incómoda con el asunto.
Luego me estuvo contando cosas sobre el curso (qué hacen, cuál es la visión, la misión y todas esas cosas del colegio). Algunas cosas las leía de unos papeles. Cuando pasaba por encima de cosas que no me gustaban nada, sobre todo sobre la dichosa independencia de los niños, le interrumpí para recordarle con una sonrisa lo bien que estaba ella correteando por las calles de su aldea a la edad de mi hija (he hecho de detective y he descubierto que proviene de la misma aldea que mi suegra, jeje) con sus padres, sus veinte primos y sus abuelos sin pisar un colegio para nada. A partir de ahí debo decir sin modestia ninguna que me la he metido en el bolsillo.
Le he dicho que ya conozco el contenido de esos papeles, que ya me los leyeron el curso pasado y a cambio le he hecho hablar de mi hija. Me ha dicho que le parece una niña muy sensible y dulce, pero que se ha dado cuenta de que se relaciona bien y no le encuentra ningún problema. Me ha gustado que se haya dado cuenta de que le encantan los cuentos, de que se le dan muy bien los puzzles (ha ido a buscar alguno más difícil para ella a otro curso) y de que hay que estar atenta en el patio porque trepa a todo y cualquier día se va a dar un porrazo. Ve que lo está pasando mal, aunque le parece que ahora lo lleva mejor. Yo le he contado tambíen cómo veo yo a mi hija y cómo creo que se saca lo mejor de ella.
No le he criticado por nada, al contrario, le he dicho que me han hablado muy bien de ella y que espero que mi hija sea feliz en su clase. Esto lo había decidido antes, no veía ninguna utilidad en confrontarle con las cosas que me dice mi hija para que ella se encastille y me diga que no es cierto.
Al final me ha dicho, "entre nosotras", que para ella lo más importante es que los niños estén bien, y que aprendan o no los números en inglés le preocupa bastante menos, que ve el curso de 3 años como una prolongación de la guardería.
La impresión que me ha dado es de que no es demasiado lista y que es muy influenciable y muy necesitada de aprobación, pero no me ha parecido mala gente y mucho menos un peligro para mi hija.
Por otro lado la mejor demostración de que las cosas no van mal es que mi hija va poco a poco mucho más contenta.
Gracias por interesaros por nuestras cosas
Gabriel Miró