Hay ciertas cosas que decididamente no quiero que Fèlix haga: comerse el pienso de los gatos y sacudir el equipo de música con una cuchara de madera, por ejemplo.
Cada vez que hace algo de esto, le digo "no" (y el ya lo entiende) y le explico el porqué e intento distraerle, pero es como si esas cosas tuvieran un imán...
Cada vez que me oigo diciendo "no" siento que lo estoy haciendo mal, pero me cuesta encontrar una alternativa. Ahora es muy pequeño, pero quiero aprender a reaccionar de otra forma para más tarde.
¿Cómo lo hacéis vosotr@s?