Pero desde que ha empezado el cole le da pena y la deja toda la noche en nuestra cama, porque además no quiere ser menos que Brad Pitt.
Esta noche no sé qué le pasaba que roncaba como un oso cavernario (no suele hacerlo).
De repente a las 5 de la mañana me ha despertado mi hija hablando muy bajito: "ama, pon el puchero de agua calienteeeee".
Yo: ¿ehhhh?
Ella: El puchero de agua caliente como los tres cerditoooooos
Yo: ¿eeeeeehhhhhhhh?
Ella: sí, sí, para quemarle al lobo el culo y el rabiiiiiiito
Yo: a qué lobooooo?
Ella: al que ha entrado por la chimeneaaaaa.
En lugar de eso le hemos dado al lobo unos buenos codazos en el costillar y hemos seguido durmiendo.
Gabriel Miró