Por supuesto, me encanta, pero superando los 30 minutos, o me quedaba dormida junto a ella; o empezaba a sufrir pensando en la cena, mi marido, etc...
AVANCES “EMPATICOS”
1) Ya no me pellizca la mano (cuantisimas veces le he explicado que no me gusta porque me hace daño). He llevado heriditas de sus uñas
2) Desde el verano, mientras la acostaba, le iba explicando: "Que yo no había cenado y que tenía hambre; o que tenía que recoger la mesa; o que me tenía que lavar los dientes, pero si no quería que me fuera, me quedaba con ella hasta que se durmiera". De algo servía. Me iba, picaba un poco de cena y volvía con ella, relajada
3) Fijaos: para que no le contara mi rollo, empezó a llamar a su papi para que la durmiera (alucinante!!!). Su padre emocionado, claro
4) Ultimamente, me preguntaba siempre "¿Has cenado mami?". Y yo le dije anoche: "Sí, pero me falta la leche". Vale. Me siento en la silla en lugar de tirarme en la cama junto a ella. "Duermete mami". "No, que me falta la leche". Vale. Y coge y se duerme en el acto, sin darme la mano y dejándome con la boca abierta
¿Casualidad? ¿Cansancio?. Ahora me da miedo: ¿qué hago esta noche?. Sé que voy a echar de menos sentirla dormirse, porque como "aquel", yo también me siento "protegida al verla dormir".
Así que debo elegir, ¿empatía o ser mi bebé para siempre?