Es un rollomacabeo, de verdad que si queréis leerme coged aire (os lo agradezco ).
Resulta que el miércoles que viene mi padre cumple 55. Su mujer, que no es mi madre, le quiere hacer una merienda-cena en casa.
Hasta aquí de narices, a mi me encanta la idea, yo por supuesto que voy, con Jan y Juan un rato (el que se pueda, porque a las siete y media Jan está para el arrastre, vamos directos a baño y dormir).
Pues me salta y me dice, “si quieres ya lo pago yo, pero poned un canguro a Jan, lo dejáis en casa durmiendo y os venís a cenar”.
Hombre, pues no. Le he dicho que no, que no me gustaba la idea, que prefería ir juntos disfrutar el rato que podamos y luego a casita.
“Es que viene más gente que tus hermanos –ha invitado a mis tíos, que dudo yo que a mi padre le haga muchísima gracia, pero vamos, ella como siempre a lo grande- y alomejor vienen un poquito más tarde, ya sabes, la gentes tiene sus compromisos.
Bueno, yo no tengo compromisos pero tengo a mi hijo, y lo quiero poner a dormir y justamente ahora quiero velar su sueño, porque tiene moquitos, se despierta, y no quiero que el pobre se despierte y esté allí una persona desconocida....
Insistiendo: que yo lo pago, pero bueno, como se pone la señora, que NO, que no es por el dinero, que es porque no me gusta la idea (pasando de dar las explicaciones laaaargas).
Al final, un “bueno, bueno” con displicencia, como “vaya con la tía esta, que no puede dejar al niño una noche”.
Pero bueno, lo que me jode es que yo sé positivamente que mi padre va a estar encantado con que vayamos un ratito bien aprovechado los 3 (se pirra por nuestro hiijo) y no le importará que no estemos en la cena hasta las 10, entiende perfectamente que entre semana vamos todos apretados, y ella erre que erre que quiere planear una CENA casi con protocolo y todo (ahora me he dado cuenta de que no tengo vestido ni tacones para la ocasión...).
Y ya véis, me ha quedado un mal cuerpo con la conversación, pero creo que lo he dicho de modo correcto, otra cosa es que me haya entendido....