Lo primero que me ha venido a la cabeza cuando te he leido es que estoy segura de que fuiste golpeada de pequeña. Y de que detrás de ese hilo viene toda la madeja.
Como tú misma has comprobado, ninguna información que te den, ni todo el esfuerzo de autocontrol del mundo pueden neutralizar del todo el enorme poder de la rabia, la impotencia y la angustia que te despiertan las conductas de tu hijo.
Todo lo que te ocurre es frecuentísimo, y tiene una razón muy sencilla, aunque oculta a tus ojos tras muchas capas de olvido. Tu hijo, lógicamente si pretenderlo, evoca experiencias propias reprimidas por ser demasiado dolorosas. Tan dolorosas, que es la tarea de toda una vida tapar ese dolor, esa impotencia, no verlo, no vivirlo, hacer como que no existe. Tan dolorosas que sólo repitiendo lo que hacía tu verdugo puedes convertir lo que hacía en legítimo, porque necesitas lavar su memoria, aunque racionalmente critiques sus actos. Por eso tu reacción casi en cortocircuito, por eso tu sensación de haber perdido el control, por eso los remordimientos después de ver que una y otra vez tratas con dureza a quien más quieres en contra de todos tus principios. Porque realmente es algo que escapa a tu control, al estar desconectado de tu conciencia.
Si te digo todo esto es porque te comprendo perfectamente, porque sé exactamente cómo te sientes y si lo hago es por las razones que te puedes imaginar. La diferencia es que yo lavé muchos de mis trapos sucios antes de ser madre, y aunque también arrastro mis lastres, tengo menos zonas ciegas y por tanto menos reacciones fuera de control.
Por supuesto que no eres la única que grita, pega, trata de forma autoritaria o humilla a alguno de sus hijos. Todo lo contrario, lo raro es encontrar a alguien que no lo haga. Pero te diferencias de la mayoría en una cosa: haces autocrítica, no idealizas esa forma de crianza, buscas soluciones. Yo creo que eso tiene mucho mérito y te sugiero que sigas por ese camino. Leer sólo ayuda en parte, algunas cosas sólo se pueden resolver en una psicoterapia. Mientras decides si buscas una y a pesar de que has pedido que no te recomendemos nada para leer te recomiendo el libro de Alice Miller "Por tu bien, el origen de la violencia en la educación del niño". No trata sobre cómo criar a tu hijo, sino sobre cómo comprenderte a ti misma. Te aseguro que no te va a dejar indiferente.
Un abrazo.
Gabriel Miró