Ya os conté que pensaba dejar a mi peque de 8,30 a 9, porque es la media hora que podría estar acompañada de su hermana. Pues bien, la ha dejado el padre, ha llorado un poquito cuando se ha ido pero se ha callado enseguida, y se ha pasado la media hora enterita jugando con su hermana sin llorar y tan pancha.
Cuando se ha ido la hermana la peque ha empezado a llorar. He llegado yo y me la he llevado. La conozco muy bien y estoy segura de que es cierto que no ha estado llorando. Le he preguntado que tal se lo ha pasado y me ha dicho que "ben". Aunque no quiere volver, claro.
Por cierto, después me han contado otras madres que mi hija ha estado animando a los de su clase que lloraban, haciendo payasadas y diciéndoles que no lloraran. Una madre hasta me ha dicho que mi hija es un cielo con lágrimas en los ojos porque ha conseguido que su hijo dejara de llorar y se riera y me ha dejado que no quepo por las puertas
Gabriel Miró