Cuando hemos llegado, Alba se ha puesto en la fila de su curso, con sus compis, y Mario me ha pedido bajarse del carro, pues no se conformaba con despedirse de su hermana con un simple: AYOS, TATA...
Ha salido como una bala, la ha buscado entre todo el jaleo de niños/as, abriéndose paso hasta ella.... Yo lo perdía de vista. Pero él no. Cuando ha llegado hasta ella, le ha tocado en la mochila, y al volverse Alba, Mario le ha dado un abrazo tremendo....
Luego le he tenido que coger de la mano pues quería ir con ella, y nos hemos quedado allí como bobos, diciéndole adios hasta que ha entrado por la puerta...
Bueno, que estoy muy contenta del comportamiento de Mario y de su iniciativa al despedirse de su hermana.
Besos.