- Lun, 10 Sep 2007, 11:05
#179680
Uff, no sé por donde empezar.
Pedro, 2 años y 9 meses, acaba de empezar el colegio.
Yo, muchos libros leídos sobre bebés y educación; y pocos resultados...
Pedro siempre ha sido un niño llorón y cabezota, sin embargo también es muy alegre y cariñoso. El caso es que muchas veces me desespero porque no me obedece y se empeña en no hacer lo que quiero que haga o en hacer lo que no debe, y no soy capaz de conseguir que me obedezca por las buenas. Tengo que confesar que a veces le doy una colleja
Ya sé que estáis muy en contra de eso, y yo también, pero es que hay momentos en los que realmente pierdo la cabeza y no puedo más.
Un ejemplo (un poco simplificado): Pedro va a meter los dedos en un enchufe. Le digo que no debe meter los dedos porque esto y aquello, lo intento apartar, le repito, tiro de él, etc. etc. etc. El caso es que él sigue y sigue con el enchufe. Total, acabamos con forcejeos o colleja. Yo me siento fatal y él pega unos gritos que se oyen en el pueblo de al lado.
Y así una y otra vez. Con frecuencia pienso que los vecinos deben creer que soy una maltratadora, por los gritos y llantos de Pedro.
Mi madre me dice que es muy bueno y que cuando se ponga cabezón intente distraerle con cualquier otra cosa. Con mis padres se porta muy bien y en cuanto estoy yo por el medio la cosa cambia. Mi madre dice que no parece el mismo niño, que da la sensación de que tiene algo así como una guerra de poder contra mí (no contra mi marido).
La idea de mi madre es muy buena pero para llevarla a cabo necesito infinita paciencia y mucho tiempo, y no tengo ni lo uno ni lo otro.
Algunos días me paro a pensar y se ha pasado llorando un montón de tiempo, por distintas cosas, aunque insisto en que su aspecto y comportamiento en público son los de un niño muy feliz. Y es extremadamente cariñoso, conmigo y con toda la familia.
Ay, no sé. Me gustaría leer algún libro con un remedio mágico para madres estresadas y niños peleones.
Gracias,
MALENA
Pedro, 2 años y 9 meses, acaba de empezar el colegio.
Yo, muchos libros leídos sobre bebés y educación; y pocos resultados...
Pedro siempre ha sido un niño llorón y cabezota, sin embargo también es muy alegre y cariñoso. El caso es que muchas veces me desespero porque no me obedece y se empeña en no hacer lo que quiero que haga o en hacer lo que no debe, y no soy capaz de conseguir que me obedezca por las buenas. Tengo que confesar que a veces le doy una colleja
Ya sé que estáis muy en contra de eso, y yo también, pero es que hay momentos en los que realmente pierdo la cabeza y no puedo más.
Un ejemplo (un poco simplificado): Pedro va a meter los dedos en un enchufe. Le digo que no debe meter los dedos porque esto y aquello, lo intento apartar, le repito, tiro de él, etc. etc. etc. El caso es que él sigue y sigue con el enchufe. Total, acabamos con forcejeos o colleja. Yo me siento fatal y él pega unos gritos que se oyen en el pueblo de al lado.
Y así una y otra vez. Con frecuencia pienso que los vecinos deben creer que soy una maltratadora, por los gritos y llantos de Pedro.
Mi madre me dice que es muy bueno y que cuando se ponga cabezón intente distraerle con cualquier otra cosa. Con mis padres se porta muy bien y en cuanto estoy yo por el medio la cosa cambia. Mi madre dice que no parece el mismo niño, que da la sensación de que tiene algo así como una guerra de poder contra mí (no contra mi marido).
La idea de mi madre es muy buena pero para llevarla a cabo necesito infinita paciencia y mucho tiempo, y no tengo ni lo uno ni lo otro.
Algunos días me paro a pensar y se ha pasado llorando un montón de tiempo, por distintas cosas, aunque insisto en que su aspecto y comportamiento en público son los de un niño muy feliz. Y es extremadamente cariñoso, conmigo y con toda la familia.
Ay, no sé. Me gustaría leer algún libro con un remedio mágico para madres estresadas y niños peleones.
Gracias,
MALENA
