Júlia aceptó bien el cambio (aunque aveces echa en falta al papa), pero tras un par de noches esperanzadoras hemos vuelto a despertares cada 2-3 horas. En cada despertar yo me tumbo con ella en la cama hasta que se duerme. Total que entre sus despertares y los mios (incomodidades varias del embarazo, pero sobre todo problemas para respirar que me obligan a estar sentada/incorporada, gran parte de la noche) no pego ojo y me levanto agotada.
Nuestro horario es: por la noche se duerme allà las 12 (lo intento desde las 11) y la despierto a las 10 de la mañana. A partir de las 7 duerme como un tronco y si fuera por ella dormiria hasta las 11.
Alredor de las 2'30 la acuesto para la siesta. Se duerme fàcil, y la despierto a las 4,30 (por ella tambien alargaria la siesta hasta pasadas las 5).
He sopesado varias opciones:
- volver a la cama de matrimonio y enviar mi marido a la de Júlia. Problema: a partir de noviembre yo estaria sola con los dos bebes, y tampoco es una situación que me gustara prolongar (echar al marido, se entiende )
- que mi marido duerma con ella. Júlia està en fase de mamitis aguda, y me da miedo que en lugar de ir de una cama a otra, yo acabe yendo de una habitación a otra. Por otro lado, mi marido no resiste esta tanda de despertares ni dopandolo
- darme una semana más y mientras ponerle un pijama de entretiempo. A ver si enredandose menos con la sabana duerme mejor
Que os parece el horario, demasiada siesta? , algun comentario o idea más?
Un beso