Hemos ido de viaje a Gran Canaria y mi hijo que está tan "malcriado""malacostumbrado""mimado" y tantas cosas por el estilo ha dejado claro que una vez más es el rey. Donde quiera que lo llevamos siempre llama la atención, y no sólo porque es guapo, que lo es (y no lo digo yo, lo dice todo el mundo) sino por lo sociable, lo simpático, lo alegre y lo cordial y un sin fin de piropos que podría poner aquí hasta "jartarme"...
En alguna ocasión comenté que hay un vecino de mi edificio que una vez me dijo "este es el niño más simpático de todo el edificio, es el único que siempre saluda y sonríe".
Os digo sinceramente que el hotel entero estaba loco con él, la última noche la mitad de los camareros y otro personal del restaurante donde comíamos vino a darle besos. Yo me siento taaaaaaaaan orgullosa de mi niño. De verdad, creedme, incluso en los momentos que lloraba porque tenía sueño siempre le consolaba alguna tontería que le hicieran, enseguida sonreía a pesar de todo.
Pero si escribo este post no es para alabar a Xoel, es para contaros la frase que más me ha gustado de todas las que me han dicho hasta ahora.
En una excursión que hicimos Xoel estaba cansado del bus, tenía sueño y se puso impertinente, a lloriquear a pedir cosas absurdas (en fin, ya sabeis lo que hacen); empezamos como siempre a intentar explicarle las cosas, el papi le decía con besitos "·no puedes ir al suelo, estamo en el bus y te caes..." en fin, intentando consolarlo (auqneu al final tuve que ponerlo en la teta).
Pues el guía, que estaba sentado delante escuchándo todo ¿sabéis qué dijo?
"uy! estos papis tratan a este niño con demasiado amor, a mí mis padres me daban trallazos cuando me ponía así, va a ser muy blando"
Y sabéis qué? no me pareció mal ni siquiera, me entró un orgullo semejante e indescriptible que jamás s eme olvidará.
Tratamos a nuestro hijo con demasiado amor.
Es lo más bonito que me han dicho nunca. Pretendiendo lo contrario.