- Mié, 29 Ago 2007, 09:13
#174422
Buenas:
Hoy me he levantado con la indignación y tristeza aun presentes en mi.
Como algunos sabéis, Nuria estuvo ayer algo pachucha. Os cuento la tarde de ayer y mi experiencia en urgencias. Es un poco tocho, pero me tengo que desahogar.
Nuria se despertó de la siesta a la media hora y no quería dormir más. Estaba muy impertinente y me fui para casa, para echar una mano a mami. Como casi no había dormido el día antes, nos cogimos el coche y dimos un paseo largo por la carretera, pero no hubo manera. Es raro que no se duerme en el coche, pero basta que uno quiera...
Total que fuimos a casa, tetita y al pediatra. Llegamos a las 20:00 para la cita de las 20:20 y nos dicen que va con una hora de atraso (para variar. Toma médico de pago). Total, que como Nuria se estaba poniendo tontita y las urgencias de la clínica asociada a Adeslas estaban al lado, pues nos fuimos a ver qué tal estaba la cosa, porque con la niña así me niego a estar hasta las 22:00 que la vea la pediatra.
LLegamos a urgencias, esperamos un poquito, no mucho, la ve una doctora, que nos dice que no tiene nada de pecho, oído y que solo ve un poco de irritación de garganta, pero que no es nada. "Le vamos a hacer un análisis de orina por si tiene algo". ¿Cómo?, pienso yo. Aquí parece que lo del análisis es el procedimiento estándar. Cuando los cólicos, también lo hacían. Claro, que así facturan más a las compañías.
A todo esto la niña con un berrinche que no veas porque es ver una camilla y una bata y listo. Me miraba con los brazos estirados como diciendo: CÓGEME!!!, qué pasa que no me coges, por qué me hacéis esto...
Total que con el berrinche llega la enfermera para ponerla la bolsita y la niña sin parar de llorar agarrada a mi. La consigo tumbar y me dice por qué no le pones la cabeza para el otro lado... y yo me empiezo a mosquear un poco. La cambio, más lloros y la enfermera que se toma su tiempo para poner la bolsa sin importarle que la niña llore. Y me dice: tranquilo, no pasa nada porque llore. Me salió automático un: cómo que no pasa nada, claro que pasa o es que no lo ves. Todos lloran y no pasa nada, respondió. Total, que no me quise calentar más, cogí a la niña sin ropa ni pañal y a los brazos. Parecía que se le iba a salir el corazón del pecho y no paraba de llorar y gemir.
Cuando estaba un poco más tranquila, sale otra enfermera y dice, ponle el pañal que se le va a caer la bolsa. Ahora voy, la estoy tranquilizando un poco. Se acerca, me la quita de los brazos y dice: venga, vamos, que no pasa nada. Nuria que la mira, me mira a mi y empieza a llorar a moco tendido. Y vuelve a decir lo de: no pasa nada porque llore (parece que se lo enseñan a todas). Yo repito lo de cómo que no pasa nada, claro que pasa y le digo anda trae. Se me queda con cara de alucinada, la meto en una consulta y claro pues sigue llorando y se acerca por detrás y me dice: ves como llora contigo también. Claro, no va a llorar...
Si a los 45 minutos no ha hecho pipí hay que cambiarle la bolsa. Miro el reloj (20:30) y le digo a mi mujer, si no hace pipí nos vamos, aquí no estoy yo ni un minuto más de las 21:15. Y el resultado que me lo den mañana.
Total que la niña en la sala de espera sin consuelo (y sin pipí) y llamé a una amiga que fue pediatra 15 años (ahora pasa consulta general para mi desgracia). Le conté el tema y me dijo que nada, que me fuera a las 21:15, que los síntomas no justificaban estar esperando y pasando un mal rato, que hoy podía no tener nada en la exploración y en 24-48 salir lo que sea. Que observe la fiebre (que ella denominó febrícula, porque es muy poca) y el estado de ánimo y que si veo algo anormal se la lleve a su casa y la mira.
Así que a las 21:15, nada de pipí, entro en la sala de atención y me dice una enfermera: Ya han pasado los 45 minutos, ¿no?, venga, que le cambiamos la bolsa. Y yo digo: no mire, gracias, nos vamos. ¿Cómo, que se van?, responde. Sí, mire, es muy tarde y no vamos a esperar otros 45 minutos porque la niña está totalmente alterada y no la voy a hacer pasar otra vez por la camilla. La exploración no ha encontrado nada anormal, que era lo que yo quería saber y no veo necesario hacer el análisis con los síntomas que tiene.
Si viérais las caras de alucinadas de las 3 enfermeras que estaba... me da que nadie se había puesto antes en ese plan.
Total, que tras intentar convencerme sin mucho esfuerzo, porque veían que no estaba por la labor, me dijeron que nada, que no me podían dar nada (informe ni medicamentos) porque no me podían dar el alta al no haber concluído las pruebas. Les dije que me parecía correcto y que la vería un pediatra al día siguiente, así que la volvería a explorar.
Tras todo este tocho de historia, me quedan las siguientes sensaciones:
- Han tratado a mi hija como a un trozo de carne.
- Para ciertas personas los niños no tienen derechos porque no pueden hablar ni defenderse.
- Mi hija ha sufrido mucho. Ayer fue casi imposible hacer que se tumbara y el baño duró 30 segundos. No había quien la calmara.
- Creo que ha perdido confianza en nosotros. Si viérais la cara con la que me miraba, se os partiría el alma.
- Salí del hospital con una sensación de rabia, impotencia y dolor indescriptibles.
Muy bonitos los uniformes rosas, pero poca sensibilidad. Lo más divertido es que las consultas eran lo menos "infantiles" que puede haber. Cuartos asepticos. Ya podía alegrar un poco el ambiente para que los niños se relajen...
Estuve a punto de decirle a alguna que si cuando ella llora tampoco pasa nada.
Me acordé de las historias de Carlos González y pensé que si esto mismo le ocurre a una mujer maltratada, seguro que no actuan igual y si llora cuando el ginecólogo la explora, seguro que nadie dice: no pasa nada por que llore. Mi hija era la primera vez en su vida que se ponía enferma. Bastante tenía ya como para que la andaran cabreando.
En fin, que estoy hecho polvo, me siento fatal. Al menos hoy ha dormido mejor. Nos costó que se acostara (se durmió a los 5 minutos de mecerla), porque al dejarla en la cuna se despertaba llorando hasta el tercer intento (tras dos míos fallidod, la mami lo consiguió). A la 1:00 se despertó llorando pero se durmió con solo acariarla un poco y a las 6:30 otra vez lo mismo. A las 7:50 en planta y la veo bien, aunque algo más seria que habitualmente...
Siento el tocho, pero tenía que compartirlo.
Saludos.
Hoy me he levantado con la indignación y tristeza aun presentes en mi.
Como algunos sabéis, Nuria estuvo ayer algo pachucha. Os cuento la tarde de ayer y mi experiencia en urgencias. Es un poco tocho, pero me tengo que desahogar.
Nuria se despertó de la siesta a la media hora y no quería dormir más. Estaba muy impertinente y me fui para casa, para echar una mano a mami. Como casi no había dormido el día antes, nos cogimos el coche y dimos un paseo largo por la carretera, pero no hubo manera. Es raro que no se duerme en el coche, pero basta que uno quiera...
Total que fuimos a casa, tetita y al pediatra. Llegamos a las 20:00 para la cita de las 20:20 y nos dicen que va con una hora de atraso (para variar. Toma médico de pago). Total, que como Nuria se estaba poniendo tontita y las urgencias de la clínica asociada a Adeslas estaban al lado, pues nos fuimos a ver qué tal estaba la cosa, porque con la niña así me niego a estar hasta las 22:00 que la vea la pediatra.
LLegamos a urgencias, esperamos un poquito, no mucho, la ve una doctora, que nos dice que no tiene nada de pecho, oído y que solo ve un poco de irritación de garganta, pero que no es nada. "Le vamos a hacer un análisis de orina por si tiene algo". ¿Cómo?, pienso yo. Aquí parece que lo del análisis es el procedimiento estándar. Cuando los cólicos, también lo hacían. Claro, que así facturan más a las compañías.
A todo esto la niña con un berrinche que no veas porque es ver una camilla y una bata y listo. Me miraba con los brazos estirados como diciendo: CÓGEME!!!, qué pasa que no me coges, por qué me hacéis esto...
Total que con el berrinche llega la enfermera para ponerla la bolsita y la niña sin parar de llorar agarrada a mi. La consigo tumbar y me dice por qué no le pones la cabeza para el otro lado... y yo me empiezo a mosquear un poco. La cambio, más lloros y la enfermera que se toma su tiempo para poner la bolsa sin importarle que la niña llore. Y me dice: tranquilo, no pasa nada porque llore. Me salió automático un: cómo que no pasa nada, claro que pasa o es que no lo ves. Todos lloran y no pasa nada, respondió. Total, que no me quise calentar más, cogí a la niña sin ropa ni pañal y a los brazos. Parecía que se le iba a salir el corazón del pecho y no paraba de llorar y gemir.
Cuando estaba un poco más tranquila, sale otra enfermera y dice, ponle el pañal que se le va a caer la bolsa. Ahora voy, la estoy tranquilizando un poco. Se acerca, me la quita de los brazos y dice: venga, vamos, que no pasa nada. Nuria que la mira, me mira a mi y empieza a llorar a moco tendido. Y vuelve a decir lo de: no pasa nada porque llore (parece que se lo enseñan a todas). Yo repito lo de cómo que no pasa nada, claro que pasa y le digo anda trae. Se me queda con cara de alucinada, la meto en una consulta y claro pues sigue llorando y se acerca por detrás y me dice: ves como llora contigo también. Claro, no va a llorar...
Si a los 45 minutos no ha hecho pipí hay que cambiarle la bolsa. Miro el reloj (20:30) y le digo a mi mujer, si no hace pipí nos vamos, aquí no estoy yo ni un minuto más de las 21:15. Y el resultado que me lo den mañana.
Total que la niña en la sala de espera sin consuelo (y sin pipí) y llamé a una amiga que fue pediatra 15 años (ahora pasa consulta general para mi desgracia). Le conté el tema y me dijo que nada, que me fuera a las 21:15, que los síntomas no justificaban estar esperando y pasando un mal rato, que hoy podía no tener nada en la exploración y en 24-48 salir lo que sea. Que observe la fiebre (que ella denominó febrícula, porque es muy poca) y el estado de ánimo y que si veo algo anormal se la lleve a su casa y la mira.
Así que a las 21:15, nada de pipí, entro en la sala de atención y me dice una enfermera: Ya han pasado los 45 minutos, ¿no?, venga, que le cambiamos la bolsa. Y yo digo: no mire, gracias, nos vamos. ¿Cómo, que se van?, responde. Sí, mire, es muy tarde y no vamos a esperar otros 45 minutos porque la niña está totalmente alterada y no la voy a hacer pasar otra vez por la camilla. La exploración no ha encontrado nada anormal, que era lo que yo quería saber y no veo necesario hacer el análisis con los síntomas que tiene.
Si viérais las caras de alucinadas de las 3 enfermeras que estaba... me da que nadie se había puesto antes en ese plan.
Total, que tras intentar convencerme sin mucho esfuerzo, porque veían que no estaba por la labor, me dijeron que nada, que no me podían dar nada (informe ni medicamentos) porque no me podían dar el alta al no haber concluído las pruebas. Les dije que me parecía correcto y que la vería un pediatra al día siguiente, así que la volvería a explorar.
Tras todo este tocho de historia, me quedan las siguientes sensaciones:
- Han tratado a mi hija como a un trozo de carne.
- Para ciertas personas los niños no tienen derechos porque no pueden hablar ni defenderse.
- Mi hija ha sufrido mucho. Ayer fue casi imposible hacer que se tumbara y el baño duró 30 segundos. No había quien la calmara.
- Creo que ha perdido confianza en nosotros. Si viérais la cara con la que me miraba, se os partiría el alma.
- Salí del hospital con una sensación de rabia, impotencia y dolor indescriptibles.
Muy bonitos los uniformes rosas, pero poca sensibilidad. Lo más divertido es que las consultas eran lo menos "infantiles" que puede haber. Cuartos asepticos. Ya podía alegrar un poco el ambiente para que los niños se relajen...
Estuve a punto de decirle a alguna que si cuando ella llora tampoco pasa nada.
Me acordé de las historias de Carlos González y pensé que si esto mismo le ocurre a una mujer maltratada, seguro que no actuan igual y si llora cuando el ginecólogo la explora, seguro que nadie dice: no pasa nada por que llore. Mi hija era la primera vez en su vida que se ponía enferma. Bastante tenía ya como para que la andaran cabreando.
En fin, que estoy hecho polvo, me siento fatal. Al menos hoy ha dormido mejor. Nos costó que se acostara (se durmió a los 5 minutos de mecerla), porque al dejarla en la cuna se despertaba llorando hasta el tercer intento (tras dos míos fallidod, la mami lo consiguió). A la 1:00 se despertó llorando pero se durmió con solo acariarla un poco y a las 6:30 otra vez lo mismo. A las 7:50 en planta y la veo bien, aunque algo más seria que habitualmente...
Siento el tocho, pero tenía que compartirlo.
Saludos.
. Dale mucho cariño a tu niña, ella sabe muy bien quién la entiende y le quiere.
. Hay que tener un poco de sensibilidad.
Claro, en seguida dije "en brazos" pero era la primera vez que nos lo preguntaban. Otras veces no nos daban opción. Lloró muchísimo pero no es lo mismo abrazado a su padre que en la camilla estirando los brazos hacia nosotros. Ahora que no me vuelvan a decir que le tumbe en la camilla para pincharle 
.
, la camilla la utilizan lo imprescindible y tanto la pediatra como la enfermera son de lo más cariñosas, le dejan jugar con el fonendo para que se sienta comoda...
, de salir de allí de todos los colores del mal humor y la indignación y otra, maravillosa por la amabilidad y la atención, así que supongo que hay de todo y es cuestión de suerte 
