- Lun, 27 Ago 2007, 08:36
#173491
Yo también pienso que hay un tipo de padres (no todos lo que lo aplican) que quieren que sus hijos sean "robots" y que molesten lo justo.
Nada más nacer Nuria ya me estaban diciendo eso de "ni se os ocurra meterla en la cama, que estáis perdidos" y lo de "a los 4 meses, a su cuarto, que con esa edad se dan cuenta ya de todo".
Lástima que me preocupara más por aprender y conocer cosas sobre el embarazo y el parto que sobre mi hija, porque de saber lo que se hoy, seguramente hubiera sido más llevadero.
Afortunadamente, Nuria sigue durmiendo en nuestro cuarto y así hasta que ella se canse o no quede más remedio. Cada vez que alguien me dice lo de que debe dormir en otro cuarto, le digo, vale, vienes tú por las noches, te levantas, le das el chupe, la acaricias y la duermes otra vez. Y se quedan callados...
Yo me siento más tranquilo con mi hija cerca.
Respecto al "método" de marras, a mi personalmente no me lo aplicaron de pequeño (seguramente el fenómeno estaría estudiando medicina entonces). Mi madre dice que cuando consiguió que mi hermana (3 años mayor) durmiera (cuando ella quiso, vamos), empecé yo a dar guerra y que se pasó 5 años en vela y se quedaba dormida haciendo las cosas de casa, y hoy en día duermo estupendamente. Mis amigos y conocidos duermen bien y a ninguno les aplicaron el método.
En definitiva, que toda la vida se ha dormido sin métodos conductistas, lo que ocurre que es el ritmo de la vida a veces empuja a muchos padres bienintencionados a adentrarse en "el lado oscuro de la fuerza", porque te lo venden como la panacea y la desesperación es mala consejera.
La incorporación de la mujer al trabajo, el reparto de tareas, el ritmo de vida que llevamos, etc. hace que todos queramos disfrutar de la vida y tener nuestro espacio, sin renunciar a tener hijos. Tengo amigos que han tenido hijos y no han dejado de hacer su vida anterior. Los niños acaban criados por los abuelos para que puedan trabajar, ir al cine, a cenar, de viaje, etc. y para cuatro ratos que los tienen, no quieren lloros.
Luego también están los padres a los que me refería al principio y que también conozco alguno. Están obsesionados por que sus hijos sean los más altos, los más fuertes (gordos), los que más duermen, los más listos... vamos, que me recuerda a cierto episodio del siglo 20. Recuerdo un conocido que me habló del método, que por supuesto había aplicado a sus hijos y me habló de un instituto del sueño de Valencia con el que estaba en contacto y que eran de la corriente
, por lo que me contó. Empezó a hablarme de fracaso escolar, indisciplina, falta de tal de cual... vamos, acojonándome.
Tiene que haber de todo y hay padres que preferimos estar con nuestros hijos y otros que quieren estar lo justo con ellos.
Saludos.