A ver, en verano julio ha estado mucho tiempo sin pañales, era el campo y sin proble,a. Y, ojo, era por decisión suya, la pichita al aire, decía...Pues las múltiples visitas de familiares y demás venga a insistir con el temita de "fuera pañales, pañales caca, pañañes son de bebé..." Qué pasó, que a julio le gustó la idea de hacer pipí en el cubito que le ponía d emi madre. O incluso me lo pedía. Así varios días, justo antes del fin de vacaciones.
Pues bien ahora me encuentro:
-con un niño que jamás quiere sentarse a un vater (ni orinal)
-con un niño que no me pide el pipí, pero no quiere pañales, quiere sus calzoncillo de coches
-a su papá, con el que está por la mañanas, sí se lo pide
-por eso el padre piensa que no le debo poner pañales yo (le he comprado de braguita, le he dicho que son calzoncillos de papel que se suben y se bajan) que el puede controlar el pipí (es verdad que sabe, porque soltaba unas gotillas y aguantaba hasta el vater) y lo que tiene es que sentarse...
Y lo peor es que llevo muy mal que se mee por todos lados. Le digo que vayamos a hacer pipí (no lo agobio, es antes y después de salir de la calle y cuando han pasado horas) se niega en rotundo. No tengo ganas ni nada, me dice. Y al minuto, zas se meó.
Sí lo sé, no debo enfadarme y no le ragño, peor la cara d edisgusto la pongo.
Yo le pondría pañales para la calle y en casa iría hablando con él para que se habitúe a sentarse a orinar.
Fede me comentó una cosa y me ronda la cabeza. El es de los más chiquitos de su clase. ESte año estará con 13 niños más todos más grandes (llevan casi todos un año más de guardería) y con toda seguridad harán pipí (vaya el el vater quiero decir) El puede ir con pañales, no hay problema con el cole en eso. Pero no quiero que vaya sin pañales y todavía sin controlar.
En fin, que esto, como todo, lo he leído mil veces aquí, y cuando me toca a mí ser la protagonista, meto la pata hasta el fondo