Foro general que ha dado servicio durante 8 años. Estamos trasladando las experiencias recogidas a los nuevos sub-foros divididos por edades. Si quieres poner tu experiencia, por favor, hazlo en el subforo de la edad que corresponda con tu bebe. Gracias por tu colaboración.

Moderadores: lolilolo, Titoi, Yuziel, rafi., Tote, Trece, nuriah, rosalina, ilargi, Kim, xirimiri

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por danakbat
#172550 Pues eso, nuestra niña Maialen tiene 2 meses y la verdad, de momento, son los peores de nuestra vida. Se pasa el dia llorando o dormida en brazos.
Al principio los colicos, se le quitaron o eso creemos, y como sufria tanto la teniamos en brazos dia y noche. No se como hemos podido pasar noches enteras con la niña en brazos, haciamos turnos de 21:00-02:00 y 02:00-07:00, con la niña cogida y dando paseos por la casa o en el sofa, me parece increible que el cuerpo humano aguante tanto. Las noches han mejorado un poco, pero dormir en cuna nada. En brazos aguanta 2-3 horas pero en la cuna imposible, no la puede ver, tiene pinchos. Ya no sabemos que hacer, algunas noches la tumbabamos en el maxicosi ( dormida primero en brazos) y dormia 2 horas pero ahora ni eso, tiene 10 semanas y estamos a punto de tirar la toalla, o tirarla por la ventana o........... desesperacion!!!!!!
Que hacemos? Estibil? Seguir en brazos?Pasar a lantancia artificial?....
No sabemos que hemos hecho mal, pero esto no es normal, no podemos salir a la calle con ella porque parecemos la sirena de los bomberos, gritar y gritar.

Ayuda please.
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por Jaime
#172559 Bienvenida al foro. Tienes un cuestionario en este subforo que nos ayuda a hacernos una idea de las costumbres que tiene tu niña para poder orientarte mejor. Intenta rellenarlo en el post.

En cuanto a qué NO hacer, no uses el método Estivill, por cruel, efectos secundarios, etc., tienes posts sobre ello. Aquí nos oponemos a él, y hasta el propio autor no cree que sea aconsejable antes de los 6 meses. Pasar a lactancia artificial en principio salvo por alguna intolerancia es contraproducente, siempre la leche materna va a ser mejor, eso sí, siempre a demanda, aunque le tengas que dar de comer cada hora (se irá estabilizando por si sola). Esa idea de que cebándola con biberón antes de dormir provoca que duerman mejor, además de falsa a veces provoca lo contrario, ya que se hinchan más y tienen el estómago más pesado.

Aquí no tenemos método, pero si consejos e ideas que te pueden ayudar:

-Intenta establecer una rutina.
-Intenta que para dormir haya un ambiente agradable, luces tenues, música de fondo bajita, etc.
-Utiliza una mochila para llevar a tu niña, suele disminuir los cólicos ya que la posición les facilita el tránsito intestinal.
-Dormid con vuestra niña en la cama, siempre siguiendo unas normas de seguridad: nada de fumar, colchón más bien duro que no se hunda (nada de camas de agua), etc. Tienes artículos y posts sobre el colecho y sus ventajas.
-Procurad que duerma siestas. Cuantas más siestas duerma, mejor dormirá durante la noche. A veces se intenta que no duerma siesta para que duerma más por la noche, pero se consigue el efecto contrario.
-En cuanto a lo de seguir meciéndola, pues puede que no te quede más remedio, y puede que se le pase de repente, depende de cada niño, pero es perfectamente normal.
-Te recomiendo leer el libro "Dormir sin lágrimas" de Rosa Jové. Esta en librerías y también lo puedes comprar en este foro. No te va a dar ningún método, pero si te va a ayudar a comprender lo que pasa, y eso te ayudará a ver que puedes hacer. A veces es un poco técnico, pero muy interesante.

Lo dicho, intenta rellenar el cuestionario, nos ayudará a entenderte mejor y darte mejores consejos.
Última edición por Jaime el Jue, 23 Ago 2007, 15:20, editado 1 vez en total

Jaime
31 años
Papá de Belén

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por timbiriche
#172560 Por que no pruebas a dormir con ella?Los bebes tan pequeños necesitan mucho contacto físico, y a la hora de dar el pecho es mucho más cómodo.También te recomendaría una mochila portababes para sacarla de paseo, pero bueno, espera las respuestas de las veteranas que te sabrán aconsejar mejor.
Bienvenida, paciencia y mucha suerte, y sobre todo, intenta disfrutar de la niña, yo al principio también lo pasé fatal, depre post-parto y todo...y comprendiendo las necesidades de mi hija-que no siempre coinciden con las nuestras-fuimos nosotros los que nos adaptamos a ella y desde entonces, disfrutamos a tope de nuestra maternidad/paternidad :grin: :grin:

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por papi_de_nuria
#172561 Lo pirmero es "tranquilidad". El mundo no se acaba y siempre hay luz al final del tunel. Y te lo digo porque "yo he estado ahí", vamos que he sufrido los cólicos y hasta me he hecho unos kilómetros en coche a las 4 de la mañana de vuelta del hospital porque la niña por fin se había dormido.

Mi hija durmió en el capazo varios meses y no pasa nada. Nos vino hasta bien, porque mi suegro falleció de pronto y nos tuvimos que ir a Barcelona corriendo y la niña ni se enteró de cambio de casa/cama.

Lo de los turnos me lo conozco (el mío de dormir era de 22:00 a 2:00, ¡qué recuerdos!) y debéis hacerlos para no acabar "mal". Si estás muerta de tenerla en brazos y se te despierta al meterla en la cuna, intenta dormirla en el capazo meneándolo (yo me tiraba las noches con una mano en el chasis del carrito y lo movía hasta dormido...).

De todas formas, con dos meses es lo que toca, el sueño es así y olvídate de lo que te digan, porque el niño de la vecina siempre duerme y come mejor...

Yo te diría que el Estivill ni te lo compres, que no dejes la lactancia materna y que pruebes el colecho. Intenta dejarla en el pecho toda la noche a ver qué tal. Por probar no va a pasar nada peor.
Lo "bueno" de estas situaciones límite es que llega un momento en el que pruebas cosas porque piensas que nada puede ir a peor (aunque si que puede...).Prueba también con el chupete si tienes la LM bien establecida, que con dos meses es lo más probable. Los calma mucho.

No estáis haciendo nada mal. Lo hacéis muy bien, pero es muy pequeña todavía.

Saludos y ánimo.

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por MARHU
#172627 holaaaa
en primer lugar necesitais grandes dosis de tranquilidad... creo que estáis muy nerviosos y os recuerdo que los bebes son esponjas de lo que tienen a su alrededor, a que cuando llega alguien de fuera (abuela, tios, amigos...) la cogen y se calla??? y se duerme?? a lo peor me equivoco y la deberias llevar a la pediatra!

Estivill solo hará que empeorar las cosas y le daras un sufrimiento a tu hija que no se merece... por que hacerla llorar...????

Con mi experiencia, te puedo decir que todo pasa, que le deis muchos mimos, mucho contancto, amala... con ternura, mucha paciencia, de verdad que las malas rachas pasan, luego vienen otras pero bueno... es así! Intentar todo llevarlo lo mejor posible, colechar a ver si mejora la situacion... comprate una mochila y llevala encima todo el dia, ya verás que si mejora de esta manera.

Saludos.

SUPERHUGO
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por Trece
#172632 Poco te puedo decir que ya te han aconsejado muy muy bien.
Reitero lo dicho por todos, POR FAVOR, no apliques el método estivill. Por el bien de tu bebé.
Leeros el libro de Rosa Jové, y también Quiéreme mucho de C. González.
Mucha paciencia y probar lo de la mochila, ayuda mucho a los cólicos. Prueba a darle el pecho en la cama y colechar, que notaréis una gran diferencia.
Ánimo y muchos besos que aquí estamos para cuando necesitéis un desahogo. ;-)

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por cani
#172672 El problema es que nos dicen que los bebés deben dormir en su cuna y muchos (inmensa mayoría) de ellos no lo quieren. Además también nos dicen que tenemos que ser supermamás y tener todo estupendo y además atender a los invitados con una sonrisa y esto tampoco es cierto. Tú no eres supermamá, no puedes con todo, pero lo bueno de esto es que no estás obligada a poder, sólo debes atender a tu bebé y dejar lo demás de lado y así verás como tu bebé se convierte en un angelito que no llora nada y además tú conseguirás disfrutar. Por eso no os compliquéis más la vida ni un segundo, meteroslo en la cama (con medidas de seguridad, pegar la cama a la pared o poner una barrera y al bebé ponerlo entre la pared o barrera y mamá, no entre mamá y papá), o sino pegar la cuna a vuestra cama pero sin barandilla (cuna sidecar) y disfrutar día y noche de su compañía. ¿Por el día solo quiere brazos? pues dale brazos, disfruta de tu bebé, que luego cuando menos te lo esperes vendrá la guarde, el trabajo o lo que sea y le echarás mucho de menos. Los bebés están 9 meses en pleno contacto 24 horas con nosotras y luego cuando nacen necesitan seguir así de esa forma.

Cambia el chip, no le des importancia a nada, ni a la casa, ni a las compras ni a absolutamente nada, pide ayuda para limpiar, cocinar, comprar y estate las 24 horas DISFRUTANDO de tu bebé. Los dos saldréis ganando.

Léete este artículo sobre como dormir con tu bebé de forma segura:
http://www.dormirsinllorar.com/mejnoch7.htm
Última edición por cani el Jue, 23 Ago 2007, 23:16, editado 1 vez en total

Cani+Patri 9/12/2004
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por cani
#172673 Me permito la libertad de citar a una de nuestras foreras que puso en su día un artículo estupendo sobre el tema que tratamos. Léetelo y verás lo esclarecedor que es:

mariasan escribió:Hace tiempo que puse este mensaje,que ya habian puesto anteriormente,porque me parecio que todas las personas que tengan dudas sobre dejar llorar a los bebes deberian leer.
Lo re-pongo por si alguien quiere leerlo,sobre todo quien tenga dudas...:cry:


El nido (No lo cojas que se acostumbra)

El bebé, cuando es llevado al hogar de su madre ya conoce a fondo cómo es la vida. A un nivel preconsciente que determinará todas sus impresiones posteriores, al igual que las determina ahora, sabe que la vida es insoportablemente solitaria, que no responde a sus señales y que está llena de sufrimiento...


En una unidad de neonatología de las maternidades de la civilización occidental hay muy pocas posibilidades de recibir el consuelo de una mamá loba. El recién nacido, cuya piel está pidiendo a gritos volver a sentir aquella carne suave, cálida y viva con la que estaba en contacto, es envuelto en una tela seca e inerte. Es colocado en una caja y dejado ahí, por más que llore, en un limbo donde no hay el menor movimiento (por primera vez en toda la experiencia de su cuerpo, en los siglos de evolución o en la eternidad vivida en el útero).

Los únicos sonidos que puede oír son los gemidos de otras víctimas que están sufriendo el mismo indescriptible tormento. Puede que los sonidos no signifiquen nada para él. El bebé no cesa de llorar; sus pulmones, que no están acostumbrados al aire, se sobre esfuerzan con la desesperación que hay en su corazón. No acude nadie. Confiando en la perfección de la vida, como debe hacer por naturaleza, efectúa el único acto que puede hacer, que es llorar. Hasta que, después de haber pasado un tiempo que para él es una eternidad, se duerme agotado.

Más tarde se despierta en el vago terror que le produce el silencio, la inmovilidad. Se echa a llorar. Todo su cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los pies, está embargado por un ardiente anhelo y deseo, por una intolerable impaciencia. Respira con dificultad y chilla hasta sentir que su palpitante cabeza está a punto de estallar. Llora hasta que el pecho y la garganta le duelen. Ya no puede soportar más el dolor y sus sollozos se van apagando hasta calmarse. Ahora se pone a escuchar. Abre las manos y las vuelve a cerrar apretando los puños. Mueve la cabeza de un lado a otro. Nada parece ayudarle. El sufrimiento es insoportable. Se echa de nuevo a llorar, pero supone demasiado esfuerzo para su dolorida garganta y al cabo de poco vuelve a callarse. Tensa su atormentado y anhelante cuerpo y siente un poco de consuelo. Agita las manos y patalea con los pies. Se detiene, sufriendo, incapaz de pensar o de tener esperanzas. Se pone a escuchar. De nuevo cae dormido.

Al despertar se hace pipí en los pañales y el suceso le distrae de su tormento. Pero el agradable acto de orinar y la cálida, húmeda y fluida sensación que siente alrededor de la parte inferior de su cuerpo desaparecen rápidamente. El calor se inmoviliza ahora y se vuelve frío y pegajoso. El pequeño patalea, tensa el cuerpo, llora a lágrima viva. Desesperado a causa del intenso deseo de contacto que le acucia, rodeado de un entorno inerte, húmedo e incómodo, expresa llorando desconsoladamente su infelicidad hasta que se tranquiliza con su solitario sueño.

De pronto, alguien lo levanta; vuelve a creer que va a obtener aquello que tanto desea. Le sacan el pañal. Se siente aliviado. Unas manos vivas le tocan la piel. Levantándole los pies, le envuelven el bajo vientre con otro paño seco y sin vida. Al cabo de un momento es como si las manos y el pañal húmedo no hubieran existido nunca. No hay ningún recuerdo consciente, ninguna chispa de esperanza. Se encuentra en medio de un vacío insoportable, eterno, inmóvil y silencioso, lleno de un intenso, intensísimo deseo de vital contacto. Su continuum intenta utilizar las medidas de emergencia de que dispone, pero todas están concebidas para unir los breves espacios de tiempo en los que permanecerá sin recibir el trato correcto o para pedir consuelo a alguien (que se supone) que desea dárselo. Su continuum no tiene ninguna solución para una situación tan extrema. Ésta supera su basta experiencia. La naturaleza del bebé, aunque el pequeño sólo haga algunas horas que respire, ha llegado a tal punto de desorientación que la situación supera a la fuerza salvadora de su poderoso continuum. La experiencia vivida en el útero ha sido la que probablemente más se acercará de todas al estado de bienestar que, de acuerdo a sus expectativas innatas, tendría que experimentar durante toda su vida. Su naturaleza se basa en la suposición de que su madre se está comportando correctamente y de que las motivaciones que la impulsan y las consiguientes acciones se beneficiarán sin duda unas a otras.

Alguien llega y lo levanta deliciosamente en medio del aire. Vuelve a la vida. Lo llevan de una manera demasiado delicada para su gusto, pero al menos experimenta algún movimiento. Después se encuentra en su lugar. Todo el sufrimiento que ha padecido ahora ya no existe. Descansa en unos brazos que lo envuelven y aunque su piel al entrar en contacto con la ropa de la madre no le envíe ningún mensaje de encontrar consuelo ni sienta el contacto de una piel viva, sus manos y su boca le comunican que se sienten bien. El positivo placer que produce la vida, el estado normal para el continuum, es casi completo. El sabor y la textura del pecho materno está presentes, la cálida leche fluye a su hambrienta boca, oye los latidos de un corazón que debería haber sido su vínculo, el sonido que le confirma la continuidad de la existencia vivida en el útero; las formas moviéndose anuncian con claridad que hay vida. El sonido de la voz también es correcto. Sólo hay algo que falta en la ropa y en el olor que percibe (la madre se ha puesto colonia). El bebé succiona la leche y cuando está lleno y con las mejillas sonrosadas, se queda dormido.

Al despertar se encuentra en un infierno. No tiene ningún recuerdo, esperanza ni pensamiento de la visita que le ha hecho su madre que pueda tranquilizarle en este inhóspito purgatorio. Las horas, los días y las noches van transcurriendo. El bebé se echa a llorar, queda agotado, cae dormido. Se despierta y se hace pipí en el pañal. Ahora este acto ya no le resulta agradable. El efímero placer que le producen sus aliviadas tripas se torna en un dolor cada vez más punzante cuando la orina caliente y ácida entra en contacto con su irritada piel. Se pone a chillar. Sus cansados pulmones necesitan gritar para no sentir el doloroso escozor. Llora hasta que el dolor y el llanto lo agotan hasta caer dormido.

En este hospital, que es de lo más normal, las ocupadas enfermeras cambian los pañales de los recién nacidos a unas determinadas horas, tanto si están secos como si hace poco o mucho que están húmedos, y mandan a los bebés a sus casas totalmente escaldados para que los cuide alguien que tenga tiempo para ello.

El bebé, cuando es llevado al hogar de su madre (sin duda no puede decirse que sea el hogar del pequeño), ya conoce a fondo cómo es la vida. A un nivel preconsciente que determinará todas sus impresiones posteriores, al igual que las determina ahora, sabe que la vida es insoportablemente solitaria, que no responde a sus señales y que está llena de sufrimiento.

Pero aún no se ha rendido. Su fuerza vital intentará siempre recuperar el equilibrio mientras haya vida en él.

El hogar en que se encuentra sólo se diferencia de la unidad de neonatología de la maternidad en que ahora no tiene la piel irritada. Durante las horas en las que el bebé está despierto, está anhelante, ansioso de contacto físico y espera de manera interminable que el silencioso vacío sea reemplazado por la situación correcta.

Durante algunos minutos al día su intenso deseo cesa momentáneamente y la terrible necesidad de su piel de ser tocada, sostenida y movida es satisfecha. Su madre es la persona que, después de habérselo pensado mucho, ha decidido dejarle acceder a su pecho. Ella lo quiere con una ternura que nunca antes había sentido. Al principio, a la madre le resulta difícil dejar a su hijo en la cuna después de haberle dado el pecho, sobre todo porque él se echa a llorar desconsoladamente. Pero está convencida de que debe hacerlo, ya que su madre le ha dicho (y ella debe saberlo) que si ahora le hace caso lo malcriará y más tarde su hijo le causará problemas. Ella desea hacerlo todo correctamente; por unos momentos siente que la pequeña vida que sostiene entre sus brazos es más importante que cualquier otra cosa en el mundo.

Suspira y deja suavemente a su hijo en la cuna, decorada con patitos amarillos a juego con la habitación. Ha puesto mucho esfuerzo para decorarla con unas cortinas suaves y sedosas, una alfombra en forma de un enorme oso panda, un tocador blanco, una bañera y un vestidor equipado con polvos de talco, aceite, jabón, champú y un cepillo, todo fabricado y envasado con los colores especiales para bebés. La pared está decorada con imágenes de crías de animales vestidas como personas. Los cajones de la cómoda están llenos de camisitas, peleles, patucos, gorritos, mitones y pañales. Sobre la cómoda, colocados de lado en un cautivador ángulo, hay un corderito de peluche y un jarrón con flores recién cortadas, ya que a su madre también le “encantan” las flores.

Ella le estira la camisita y lo arropa con una sábana bordada y una manta decorada con las iniciales del pequeño. Las contempla llena de satisfacción. Ella y su marido no han reparado en gastos para decorar la habitación de su bebé a la perfección, aunque no hayan podido comprar aún los muebles que han elegido para el resto de la casa. Se inclina para besarle la sedosa mejilla y se dirige hacia la puerta mientras el primer agonizante chillido hace estremecer el cuerpo del bebé.

Cierra con suavidad la puerta de la habitación. Le ha declarado la guerra. Su voluntad debe imponerse a la de su hijo. A través de la puerta oye un sonido parecido a alguien que es torturado. El sentido de su continuum lo reconoce como tal. La naturaleza no envía unas señales claras de que alguien está siendo torturado a no ser que sea éste el caso. La tortura es precisamente tan seria como suena.

La madre duda, su corazón desea volver con su hijo, pero se resiste y se aleja. Acaba de cambiar y alimentar a su bebé. Como está segura de que no necesita realmente nada, lo deja llorar hasta que el pequeño se queda agotado.

Él se despierta y se echa a llorar de nuevo. Su madre entreabre la puerta para asegurarse de que el pequeño está bien. Después vuelve a cerrarla con suavidad para que su hijo no piense que va a recibir la atención que está pidiendo luego se apresura a volver a la cocina para reanudar lo que estaba haciendo y deja la puerta abierta para poder oír a su hijo por si “le ocurriera algo”.

El llanto del bebé se va transformando en temblorosos gemidos. Al no recibir ninguna respuesta, la fuerza del móvil de la señal se pierde en la confusión de un estéril vacío al que el consuelo tendría que haber llegado hace mucho tiempo. El bebé mira a su alrededor. Más allá de las barras de la cuna hay una pared. La luz es tenue. No puede darse la vuelta. Sólo ve los barrotes, inmóviles, y la pared. Oye los sonidos sin sentido de un mundo lejano. Cerca no hay ningún sonido. Contempla la pared hasta que los ojos se le cierran al volver a abrirlos, los barrotes y la pared siguen exactamente en el mismo lugar que antes con la única diferencia de que ahora la luz es más tenue.

Entre la eternidad que pasa contemplando los barrotes y la pared, pasa otra eternidad contemplando los barrotes de ambos lados y el lejano techo. A lo lejos, a un lado, se ven unas formas estáticas que siempre están ahí.

Hay momentos en los que siente algún movimiento y algo cubriéndole los oídos, un sonido apagado y un montón de ropa sobre él. Cuando esto ocurre, puede ver desde el interior la esquina blanca de plástico del cochecito y, de vez en cuando, grandes bloques de casas deslizándose a lo lejos. Ve también las lejanas copas de los árboles que tampoco tienen nada que ver con él, y a veces personas mirándole que hablan normalmente entre ellas o en ocasiones con él.

Más a menudo, estas personas agitan un objeto que hace ruido frente a él y el bebé siente, al estar tan cerca, que se encuentra cerca de la vida y alarga la mano y agita los brazos deseando encontrarse en su lugar. Cuando le acercan el sonajero a la mano, lo coge y se lo mete en la boca. Pero no recibe la sensación que estaba esperando. Agita las manos y el sonajero vuela por los aires. Una persona se lo vuelve a traer. Como desea que esta prometedora figura regrese, se dedica a arrojar el sonajero o cualquier otro objeto que tenga a mano mientras el truco funcione. Cuando ya no se lo devuelven más, se dedica a mirar el vacío cielo y la capota del cochecito.

Cuando llora en el cochecito es a menudo recompensado con signos de vida. Su madre mueve el cochecito porque ha aprendido que esto tiende a hacerle callar. Su intenso deseo de movimiento y experiencias, todo aquello que sus antepasados tuvieron en sus primeros meses de vida, se calma un poco cuando su madre mueve el cochecit5o, lo cual de una manera muy pobre le ofrece al menos alguna experiencia.

Como no asocia las voces que oye a su alrededor con nada que le ocurra a él, tienen muy poco valor porque no anuncian que vayan a colmar sus expectativas. Sin embargo, son más gratificantes que el silencio que reinaba en la maternidad. El cociente de las experiencia de su continuum está casi a cero; su principal experiencia real es la del deseo.

Su madre lo pesa con regularidad y se siente orgullosa del progreso de su hijo.
Las únicas experiencias útiles constituyen los pocos minutos al día que le permiten estar en brazos y algunas otras vividas de manera irregular que le sirven para sus otras necesidades y que se van agregando a sus cuotas. Cuando el bebé está en el regazo de su cuidadora, puede acercarse corriendo un niño gritando y añadir la emoción de crear un poco de acción a su alrededor mientras aquél se siente seguro. El pequeño oye el agradable zumbido del motor del automóvil mientras es zarandeado plácidamente en el regazo de su madre cuando el tráfico se detiene y cuando vuelve a circular. Oye ladridos de perros y otros ruidos repentinos. Aunque a algunos les perturben cuando están en el cochecito, a otros, sin embargo, les asustarían si no estuvieran en brazos.

Los objetos que le ponen a su alcance sirven para imitar aquello que al niño le está faltando. La tradición dicta que los juguetes consuelan a los bebés que están sufriendo, pero de algún modo lo hacen sin reconocer el sufrimiento de los mismos.

En primer lugar está el osito o cualquier otro muñeco suave similar que sirve “para dormir”. Está concebido para dar al bebé la sensación de tener un constante compañero. El intenso cariño que a veces un niño acaba sintiendo por él se considera un encantador capricho infantil en vez de verse como la manifestación de una grave carencia afectiva que le ha llevado a aferrarse a un objeto inanimado en su necesidad de encontrar un compañero que no le abandone. Los cochecitos con juguetes que suenan, y las cunas que se balancean son otra desgraciada imitación. Pero el movimiento sustituye de una manera tan pobre y tosca el movimiento que un niño experimenta mientras su madre lo transporta, que satisface muy poco el intenso deseo del solitario bebé. A parte de ser inadecuado, suele también ser infrecuente. Están también los juguetes que se cuelgan en las cunas y los cochecitos que suenan, tintinean o repiquetean cuando el bebé los toca. La habitación del bebé se suele adornar con móviles de vivos colores, un nuevo objeto que el pequeño puede contemplar aparte de las paredes. Los móviles atraen su atención, pero sólo se cambian de vez en cuando y no llegan a llenar la necesidad que tiene el niño para su desarrollo de disfrutar de una variada experiencia visual y auditiva.....................

Jean Liedloff
Extraído de la obra El concepto del Continuum


Un abrazo.

Cani+Patri 9/12/2004
por norita
#172675 Yo a mi hija la he tenido durmiendo en brazos casi toda la noche hasta que era bastante mayorcita. Ya lo conté en otro post, mi hija no quería cuna ni tampoco colechar. Sólo quería estar con la teta y literalmente en mis brazos (no servían los de papá casi nunca). He pasado muuuuchas noches durmiendo con ella en brazos en el sofá (porque yo estaba más cómoda sentada así que en la cama), a veces conseguía pasarla a la cuna pero máximo una hora. Y así noches y noches, y las siestas siempre en brazos o en el cochecito si iba por la calle en ese rato.

Entiendo que es muy agotador y que pierdes hasta el sentido común. Pero quiero lanzaros un mensaje de calma, porque sobre todo vuestra hija necesita que estéís calmados (¡cuantas veces la he perdido yo!). Volved a mirar a vuestra niña, es vuestra niña, y tal vez no encaja con la idea que teniáis de lo que era un bebé (porque a mí me pasaba), pero vuestra niña es normal y cuando llora necesita unos padres cariñosos y serenos que la hagan sentirse protegida. Los cólicos son muy pesados, (también pasamos algunos) pero nosotros somos los adultos y los que tenemos que comprender que los que sufren más son ellos.

No dejéis el pecho, no dejéis los brazos, seguid vuestro instinto sin hacer caso de comentarios que llenan vuestras cabezas de negatividad respecto a una cosa tan maravillosa como es ser padres.

Todo esto pasará, sois unos padres preocupados buscando ayuda y aquí encontraréis experiencias y apoyo. ánimo!!

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por danakbat
#172700 Gracias a tod@as por las respuestas.
Aqui os dejo mi test:


Edad de tu bebé: 2 meses y una semana
¿Donde duerme tu bebé? (en la cuna, contigo en la cama, en una habitación separada…):brazos, brazos y mas brazos ( algo en maxicosi (1hora) y cuna ( 2horas)
¿Toma pecho?: si
¿Toma biberón?:no
¿Usa chupete?:no lo quiere ni ver
¿Duerme siestas regulares?¿Cuántas?: alguna vez despues de comer, sobre las 14:30-17:00
¿Quien le cuida durante el dia? (niñera, abuela, guardería, la mamá) mama
¿A que hora se suele ir a la cama? 21:30-pero se duerme a las 23:00 o 00:00 o 01:00 ...... no sigo.
¿Le ayudas a dormirse?:siempre
¿Cómo lo haces?:kilometros y kilometros por el pasillo en brazos
¿Cuánto tardas en dormirle habitualmente?:1 hora o 2 o 3 ..
¿Se despierta por las noches?:SI
¿Cuántas veces (más o menos)?:3-4 veces.
¿Como le ayudas a dormir de nuevo? colocar la teta y a dormir
¿Cuánto esperas que duerma tu bebé?:3-4 horas ( las tomas)
¿En cuanto tiempo quieres lograrlo?:antes de empezar a trabajar
¿Ha habido hace poco algún cambio importante como que la mama vuelve a trabajar, dejar la lactancia, cambiar de
habitación, etc?no
¿Le están saliendo los dientes, tiene cólicos, reflujo, está resfriado, o tiene algún otro problema de salud? :de vez en cuando viene algun colico
por chime
#172705 Gracias, gracias, gracias... Mi niño tiene casi 10meses y duerme fatal, así que me consuela ver que hay más casos como el nuestro y que hay que mantener la calma...ç

norita escribió:Yo a mi hija la he tenido durmiendo en brazos casi toda la noche hasta que era bastante mayorcita. Ya lo conté en otro post, mi hija no quería cuna ni tampoco colechar. Sólo quería estar con la teta y literalmente en mis brazos (no servían los de papá casi nunca). He pasado muuuuchas noches durmiendo con ella en brazos en el sofá (porque yo estaba más cómoda sentada así que en la cama), a veces conseguía pasarla a la cuna pero máximo una hora. Y así noches y noches, y las siestas siempre en brazos o en el cochecito si iba por la calle en ese rato.

Entiendo que es muy agotador y que pierdes hasta el sentido común. Pero quiero lanzaros un mensaje de calma, porque sobre todo vuestra hija necesita que estéís calmados (¡cuantas veces la he perdido yo!). Volved a mirar a vuestra niña, es vuestra niña, y tal vez no encaja con la idea que teniáis de lo que era un bebé (porque a mí me pasaba), pero vuestra niña es normal y cuando llora necesita unos padres cariñosos y serenos que la hagan sentirse protegida. Los cólicos son muy pesados, (también pasamos algunos) pero nosotros somos los adultos y los que tenemos que comprender que los que sufren más son ellos.

No dejéis el pecho, no dejéis los brazos, seguid vuestro instinto sin hacer caso de comentarios que llenan vuestras cabezas de negatividad respecto a una cosa tan maravillosa como es ser padres.

Todo esto pasará, sois unos padres preocupados buscando ayuda y aquí encontraréis experiencias y apoyo. ánimo!!

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por Jaime
#172706 Viendo tu cuestionario lo único que me choca con su edad son las siestas. Deberíais intentar que durmiera más siestas cortas durante el día. Por lo demás, aunque te parezca chocante, es bastante normal. De hecho 3-4 despertares por la noche no son mucho, más teniendo en cuenta que se duerme comiendo. Con tan poca siesta, es fácil que llegue muy estresada a la noche y le cueste conciliar el sueño.

En cuanto al problema de dormirla en brazos por el pasillo, supongo que en ese rato intentas darle el pecho para que se duerma. Quizá fuera mejor intentar dormirla en la habitación en la que duerme, con las luces apagadas o muy tenues, una nana de fondo, etc.

Con la edad que tiene, todavía no tiene adquirido el ritmo de 24 horas, para ella su vida son ciclos de 3-4 horas, por eso durante el día debe de hacer más siestas, y por eso por la noche es difícil que duerma mucho rato seguido. Quizá os estáis marcando una hora para ir a la cama que tiene que ver con niños con el sueño más asentado y más mayores. El cambio al ciclo de 24 horas se da entre los 4 y los 6 meses.

Intenta de verdad conseguir el libro "dormir sin lágrimas". Explica muy bien por tablas los ciclos de sueño, y así entenderéis muy bien lo que os está pasando y como convivir mejor con ello.

Suerte.

Jaime
31 años
Papá de Belén

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por ROCI
#172714
Jaime escribió:En cuanto al problema de dormirla en brazos por el pasillo, supongo que en ese rato intentas darle el pecho para que se duerma. Quizá fuera mejor intentar dormirla en la habitación en la que duerme, con las luces apagadas o muy tenues, una nana de fondo, etc.
.


A parte de lo que te ha dicho Jaime de las siestas que es muy importante, porque no pruebas a DORMIRLA TUMBADA EN LA CAMA DANDOLE EL PECHO. Yo tambien me pegaba horas para dormirla a los dos meses, acunandola, dandole el pecho en una sillon, hasta que harta de no dormirla, probe y mano de santo. Y las siestas lo mismo, ademas yo te aconsejo que duermas cuando ella este dormida.

Y para que veas que todo tiene una salida, yo estaba como tu a los dos meses, desesperada, lo que pasa es que Emma dormia más de día, pero por la noche tenia muchos más despertares y desvelos (de 3 a 5 era matematico, pero no lloraba solo que no queria dormir), por lo colicos....Y ahora duerme del tiron alguna noche, o se despierta solo una vez para que le des agua, o lo que pida y se vuelve a dormir.

Y en cuanto a lo que es normal o no, si tienes tiempo mira todos los mensajes que hay en el subforo de cuentanos tus noches, miles.... Si le pasa a tantos bebes el no dormir "bien" segun sus padres , pues es que igual lo normal es que tengan esos despertares, no???

Y otro cosa, LE DAS EL PECHO A DEMANDA, te lo pregunto por lo que decias de que querias que durmiera de 3-4 horas (tomas), tambien le puede afectar si no toma a demanda el sueño, te lo digo porque a mi madre con mi hermana mayor le paso. Antes ya sabes era 3 horas y diez minutos cada pecho y claro mi hermana se quedaba con hambre y entonces a llorar, y claro no le podía dar más pecho, y pues la intentaba calmar pues meciendola y tal, pero mi hermana lo que queria era pecho y al llegar las tres horas, pues de pudo agotamiento se había dormido y no tomaba pecho, y otra vez se despertaba porque tenía hambre, pero estaba tan desesperada y cansada que mamaba un poco y se dormia, y así siempre, hasta que mi madre paso de todo y le dada pecho cuando queria. Conmigo y con mi hermano, apredio y nos daba el pecho a demanda y colecho (aunque por esa epoca no se hacia).

MUCHOS ANIMOS Y BESOS

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por dulcesueños
#172773 Animo. No desesperes verás como todo pasa. Yo también pasé unos meses muy duros. Pero me di cuenta de que ya desde el momento que nació lo que quería era tenerme cerca, sentirme, olerme. Pues eso era lo que hacía, me tumbaba en el sofá y estaba allí a lo mejor en la misma postura 3 horas con él encima dormidito. No podía ser el padre, no, sólo yo porque se percataba y ya lloraba. Lo que creo que te está agobiando porque a mi también me pasaba es no tener tu tiempo, no poder hacer nada, la casa descuidada... Debes cambiar el chip y saber que ya no podrás hacer lo de antes (por lo menos por ahora) pero estar con tu niño te recompensará con creces.
Yo recuerdo un día que desde las 7 de la mañana no consintió que lo dejara ni un segundo, he incluso ese día cuando llegó mi marido a las 6 de la tarde yo aún no había comido, estaba en pijama, no me había duchado...pero todo pasa. PACIENCIA, MUCHA CALMA, y sobre todo trasmítele TODA LA TERNURA POSIBLE. Ellos lo notan.
No dudes meterlo en tu cama, estableciendo contacto con el bebe y ya verás como estará más tranquilo. No te preocupes porque no quiera la cuna. Es normal ha estado contigo 9 meses, y necesita tu calor. El mío con 18 meses su cuna la quiere, pero ver de lejos.
Ah, una cosilla que sí me parece importante y he leído en algún libro: los bebes necesitan estar arropaditos, con algo que los abrace, porque si no se sienten como "muy sueltos". Por eso a veces, poniendoles algo que les tape la orejita, la cara se quedan más tranquilos. Es para simular su estancia en el vientre materno. Y la verdad es que yo recuerdo esto de mi madre, y a mí hijo sí le calmaba. Siempre va con su mantita que tiene de recién nacido, incluso ahora en verano, es como si le diese seguridad.
Por favor, NO APLIQUES EL METODO... Nunca lo he puetso en práctica, pero me horroriza lo que pueda sentir un bebe.

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por papi_de_nuria
#172817 Leyendo este y otros post me doy cuenta de la suerte que tengo como padre, ya que parece que es muy normal que los niños no quieran dormir con papá.

La mía tiene una "papitis" que me tiene frito. Siempre me busca, me echa los brazos y se ha dormido en los míos desde que nació sin problemas.

Y eso que su madre es muy cariñosa y le encanta acariciarla y besarla, pero no sé.

A veces pienso que puede ser porque la primera noche que nació estuvo pegada a mi casi toda la noche, porque la mami estaba echa polvo de la cesarea y no podía con su cuerpo. Éramos unos novatos en toda regla y si habíamos leído y aprendido cosas sobre el embarazo, cometimos el error de no hacerlo sobre los niños y la lactancia.
Esa noche tuve que estar todo el tiempo tocándola y mirándola, porque cuando dejaba de hacerlo, se ponía a gimotear. Anda que llego a saber lo que sé hoy y como iba a cambiar el cuento.

Los primeros días mi mujer estuvo falta de ánimos y le daba miedo "manipular" a la niña (pañales, ombligo, baño, etc.) así que me tocaba a mi. Quiero pensar que es por eso que se comporta así... aunque no sea verdad.

Danakbat, tranquila, que con esa edad es normal y ya pasará, te lo digo yo que me pensaba que no iba a poder aguantar tantas noches sin dormir y lo he hecho. Al final te acostumbras y el día que duermes más te levantaas hecho polvo.

Por cierto, me ha encantado el artículo.

Saludos.

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