El martes pasado tuve una reunión importante. En ella mi jefe me dio la posibilidad de abrir nuevos caminos en la empresa. Esto conllevaría trabajar algunas mañanas y yo le respondí que no estaba dispuesta. Tendríais q haber visto la cara con la que me miró. Él me conoce, sabe que soy una mujer emprendedora, con ganas, con garra, con empuje...pero le expliqué q desde q soy madre de un bebé he cambiado, que ahora mis mañanas son exclusivas de mi peque.
No lo entendió...nadie lo entendió (y habíamos allí 23 personas). Es q por suerte no me hace falta el dinero y mientras esto sea así, pues seguiremos tal cual: mi marido excedencia y yo trabajando por las tardes.
Nadie comprende como alguien puede rechazar un impulso en su carrera para dedicarse a la crianza, pero a mí eso me da igual.
Para colmo, este fin de semana que hemos estado en la playa con mis suegros, ha sido horrible. No es normal cómo miman a Raúl y tampoco es normal la actitud que tiene el crío cuando está delante de ellos. Os pongo ejemplo: nosotros no le dejamos tomar coca-cola, con sus abuelos no pide permiso, directamente la abrió y se la bebió. A mi me jode (muchísimo además) q el padre no sea capaz de decirle nada. No sé si es vergüenza, respeto...pero delante de mis suegros, el padre se vuelve permisivo y yo me quedo con cara de gilip...sin saber qué hacer, es como si no encontrase mi sitio. Es decri, en mi casa y con mis padres, sí, pero con mis suegros, pues no acabo de ubicarme.
Bueno, menuda plasta. Gracias por estar ahí, por leerme, por darme cariño...
Os quiero, Cristi.