En fin, ayer llegó el día, que nervios, (los míos, x que ella de lo más tranquila) se despidió contenta "chau papi, al colejo me voy", entró feliz, no se acordó para nada de mi existencia, me quedé en una esquinita observándola, jugó toda la mañana, ni una lágrima (ni siquiera cuando se cayó), avisó para hacer pipi, comió, y siguió jugando con los otros niños. La profesora no lo podía creer, me dijo que era muy independiente, y que se iba a adaptar bien.
Y cuando llegó la hora de regresar a casa... NO QUISO!! "a la casita no", tuvimos q quedarnos un rato más y distraerla para que aceptara regresar... Apenas llegó a la casa se quedó dormida, en la tarde estuvo tranquila, y anoche ha dormido mejor.
Me cuesta admitirlo, pero la que no estaba preparada para esto soy yo, que penita, que rápido se pasó el tiempo, cuánto tiempo juntas "pegadas" hemos pasado, brazos, teta, paseos, y pensar que me dijeron q le estaba haciendo un daño x q le estaba creando dependencia... y ahora está de lo más suelta, es que no lo puedo creer!!