Asi que leyendo este momento que vivio una mama en el zoo no me puedo resistir y os lo pongo
Los monos recién nacidos se agarran por sí mismos a su madre, con una excepción: los chimpancés y gorilas. Se nos parecen tanto que, durante las primeras semanas, es la madre
la que tiene que sujetar a su cría. Nos parecemos tanto a nuestros primos, los grandes simios, que nos reconocemos en su conducta y ellos en la nuestra.
Pueden aprender de nosotros y también pueden enseñarnos, como nos explica Eva, una madre de Barcelona, que tuvo el privilegio de vivir un momento mágico y de saber reconocerlo como tal:
Estábamos en el zoológico y nos acercamos al recinto de los chimpancés. Estábamos observándolos a través de una enorme pared de vidrio cuando Xavi, nuestro hijo pequeño, de tres meses, se puso a llorar. Un par de chimpancés se acercaron al vidrio, directo hacia él, y pegaron sus manos al cristal, intentando tocarlo. Uno de los chimpancés era una hembra viejecita que, al ver que Xavi continuaba disgustado, levantó el brazo y ofreció su pezón a mi bebé .Xavi paró de protestar y la hembra se despegó del cristal, aunque se quedó junto a él, intentando acariciarlo con los nudillos.
Y cuando lo vio protestar de nuevo, volvió a ofrecerle teta.
Además de sentir que habíamos vivido algo muy especial , pensé en lo triste que resultaba la experiencia. Hace dos días, una vieja chimpancé obligada a vivir en un parque zoológico no duda en ofrecer su pecho a una cría de otra especie que llora; hace un mes y medio, mi bebé protestaba en una reunión y la mayoría de los presentes insistía en que no volviese a darle teta, que lo mal acostumbraba, y que lo dejase en el cochecito (hubo quien dijo que el niño estaba nervioso porque echaría de menos la cuna... Sin comentarios)
Me gusta cada vez mas este libro