Y eso es para lo que yo estoy criando a mi hijo, con tanto amor y tantos brazos, para que se sienta seguro de volar. Pero duele. No sé si suena egoísta, no lo sé. Pero duele. Es una alegría y un dolor a la vez.
Y sé que vendrá exhausto, con los bigotes lleno de helado (comerá d etodo lo que yo sabe que no le compro) y feliz de saltar y reir. Y yo sé que esta noche veré las fotos d ecuando nació, de cuando estabamos aún ten pegados que éramos uno. Y dormiré con él para compensar las horas que estoy pasando sin él .
Dios mío, qué vamos a hacer cuando tengan 15 años. Espero que estéis todas y todos aquí porque os voy a necesitar