En un post, Cani nos enseñó un enlace (que no tiene precio, por cierto) del acta del congreso de la AEPED de Lactancia Materna del año 2006, en el que en las páginas 33 y 34 hablaba de lo "malo" de dejar llorar a los niños para dormir, las fases del sueño, y hablando del colecho como algo normal:
EL SUEÑO
Evolución del patrón del sueño
El dormir, al igual que el caminar o el control de esfínteres, es
un proceso evolutivo que se va adaptando a las necesidades de
cada época de la vida. Los bebés menores de 6 meses, con sólo
dos fases de sueño de las cinco que tendrá de adulto, se despiertan
con frecuencia, de día y de noche, porque necesitan comer
muchas veces debido al enorme incremento de peso que realizan
en esa edad57. También hay cada vez más consenso en que esta
actitud forma parte del programa de vinculación y desarrollo de
la afectividad con el que los bebés vienen al mundo para asegurar
su supervivencia y socialización y que la oxitocina, segregada
durante el contacto social (lactancia, contacto piel con piel..),
juega un papel fundamental en este proceso58-61.
Aunque a partir del segundo semestre de la vida van apareciendo
las fases de sueño del adulto, el inicio del sueño, su periodicidad
y duración son muy diferentes, con habitual rechazo a iniciarlo
por angustia de separación y frecuentes despertares debidos
a la adaptación a las nuevas fases de sueño adquiridas, a la
menor duración del ciclo completo de sueño (la mitad que en el
adulto) y a la ansiedad que pueden provocar los sueños, en directa
relación con lo vivido durante el día57.
A los 5- 6 años, la misma época en que se suele alcanzar la
plena maduración del esfínter vesical, con desaparición de la enuresis
nocturna, se consigue un patrón de sueño parecido al de
la vida adulta.
“Adiestramiento” del sueño
Pretender adiestramientos del sueño que ignoren su natural
desarrollo y difundir falsas expectativas entre los padres acerca
del dormir de los niños, no parece la mejor manera de resolver
conflictos, sino de crearlos, máxime cuando estos métodos suelen
obviar e impedir los mecanismos de vinculación muy relacionados
con la oxitocina, debido a que emplean metodología
conductista con estímulos negativos que aumentan el nivel de
estrés, produciendo hormonas (cortisol, adrenalina) que inhiben
la producción de oxitocina.
En 1981, Valman62, apoyándose en la definición de Powell
de 197263: insomnio infantil “por malos hábitos”, desarrolla un
IV CONGRESO ESPAÑOL DE LACTANCIA MATERNA 33
método de corrección de estos supuestos malos hábitos basado
en dejar llorar a los niños con dificultades para conciliar el
sueño o con interrupciones del mismo, de acuerdo a una tabla de
tiempos progresivamente más largos que hay que esperar antes
de ir a ver al niño que llora por la noche. Ni la definición de Powell
está avalada por ningún estudio ni previo ni posterior, ni tampoco
la eficacia o posibles consecuencias del método de Valman.
Dos autores posteriores64,65 copiaron literalmente, con tabla de
tiempos incluida, el método de Valman, sin realizar tampoco estudios
de comprobación y eficacia, ni previos ni posteriores.
Hay estudios66 que demuestra el riesgo emocional derivado
de las situaciones de estrés, pero aún no se han realizado evaluaciones
de las consecuencias físicas y psicológicas a corto y
largo plazo que pueden tener la aplicación de este método de
adiestramiento. Independientemente de todo ello, quien esto escribe,
encuentra difícil distinguir entre aplicación sistemática de estímulos
de tipo castigo a niños y maltrato infantil.
Frente a teorías de índole conductista que logran imponer límites
artificiosos, ignorando no sólo el patrón normal de sueño en
cada edad, sino la capacidad de entendimiento del niño, existen
otras tendencias basadas en la creencia de que los niños, incluso
muy pequeños, pueden entenderlo todo si se les explica adecuadamente,
especialmente si se les demuestra amor, tratándolos
con ternura al hacerlo.
CONCLUSIONES
El “colecho” es una práctica ancestral de la humanidad, prácticamente
universal mientras la vivienda fue de reducidas dimensiones
y muy extendida aún en nuestra sociedad. Aunque es evidente
que aporta seguridad y calor a los niños y comodidad a la
madre lactante, no está demostrado que sea de obligatoria necesidad
para un correcto desarrollo emocional de los humanos y
tampoco para mantener una lactancia materna prolongada.
No causa problemas, salvo en caso de obesidad, tabaquismo,
ingesta de alcohol, sedantes o drogas, o hacerlo en superficies
blandas o distintas de la cama o con almohadas.
La abrumadora evidencia de que la lactancia materna es mejor
para la salud de los niños, de las madres y de la sociedad en general,
no existe en cambio sobre el “colecho” sino todo lo contrario:
hay mucha controversia, tanto sobre su relación con la lactancia
materna como sobre la muerte súbita infantil.
El “colecho” es una opción no médica que no interfiere con la
lactancia, pudiendo resultar cómoda o no, por lo que se debe valorar
y asumir en cada familia. Tan prejuicio es negarlo drásticamente
como recomendarlo universalmente, como si de cualquiera
de las dos posturas dependiese el futuro psíquico de nuestros
hijos. Ambas posiciones son extremas y pueden ocasionar problemas.
Son desconocidos los efectos a largo plazo sobre el psiquismo
de niños a los que se aplica un tratamiento conductista con
estímulos enteramente aversivos como modelo de educación
de resolución de conflictos desde edades tempranas de la vida.
Los tratamientos conductistas pueden resultar adecuados en
casos diagnosticados y comprobados de auténtica disfunción
patológica del sueño o de otra función, pero no hay razones para
utilizarlos universal y rutinariamente como estilo educativo en
niños sanos; en cualquier caso y para lo que nos compete en este
foro, nunca deben interferir con técnicas adecuadas de lactancia,
ni con el afecto y respeto debido al colectivo más entrañable de
seres humanos: las niñas y niños de corta edad.
Os pongo el enlace:
http://www.aeped.es/lactanciamaterna200 ... lm2006.pdf
Perfecto. Más o menos aséptico. Hasta aquí genial, pero buscando más información... éste es el UNICO consejo sobre el sueño que dan a los padres....
El sueño
¿Qué se puede aconsejar?
Antes de los 6 meses de edad el niño ya dormirá en su habitación, separado de los padres. A partir de esa edad los niños ya no compartirán la habitación de los padres.
El horario del niño deberá ser bastante estable y diferente del de los mayores.
A la hora de irse a dormir, intentaremos que el ambiente sea tranquilo y relajado. Estableceremos un ritual de acompañamiento del sueño y el niño aprenderá a estar solo y a oscuras justo antes de dormirse, aún oyendo a los padres en casa.
A partir de los 6 meses de edad, las tomas nocturnas no suelen ser necesarias. El niño deberá acostarse sin llanto, conciliará el sueño espontáneamente y sin ayudas hasta la mañana siguiente, sin interrupciones dramáticas. Si esto no es así, indica que algunos hábitos todavía no están bien estructurados.
Ciertamente los niños pequeños suelen despertarse unos 30 segundos, unas 5-6 veces cada noche. Si el niño no aprende a dormirse solo, cuando se despierte por la noche despertará con su llanto a los padres, iniciándose una distorsión de los hábitos del sueño. El niño deberá aprender pues, a dormirse solo en sus breves despertares nocturnos: sin beber agua, ni leche, ni otras maniobras "para dormirle". Simplemente solo.
Los padres ya saben que una actitud indulgente llevará al niño a insistir en nuevas vacilaciones, y a los padres a sentir cómo pierden su capacidad de guía y de control del niño. Mal balance, ciertamente, de un incómodo camino de noches en vela.
Esta sección ha sido elaborada por Josep Bras (pediatra)
Instituto Catalán de la Salud
Os pongo también el enlace:
http://www.aepap.org/familia/sueno.htm
O yo estoy tonta o no saben por lo que decantarse???? Me ha indignado, de verdad!!!
ALBA Lactancia Materna
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HUGO (21/01/2005)
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EMMA (25/08/2009)