Por un lado pienso que como la escolarización a esa edad no es obligatoria, no pueden imponérmelo. Por otro lado entiendo que si he decidido escolarizar a mi hija debo aceptar las normas del centro. Y por otro sé positivamente que nadie más va a hacerlo, por lo que me siento un poco, digamos, excéntrica. ¿Sólo a mi me parece absurdo que mi hija de tres años pase 8 horas y media en el colegio mientras yo paso sólo 3 y media en el trabajo?
Me gustaría saber vuestra opinión.
Gabriel Miró