Pero me olvidé de algo fundamental: nuestro estado de ánimo les influye enormemente, mucho más de lo que creemos. Si la mamá es feliz, el bebé también lo será. Algo tan sencillo y complicado a la vez: estar bien.
“...Hemos pasado más de cinco meses juntas y estoy como en una nube. Realmente, se trata de un milagro.
Gracias por...
tu sonrisa al despertar por las mañanas.
tus abrazos
esa mirada tierna y tranquila
llevarme de nuevo a la infancia, con tus ganas de jugar, de aprender, de vivir.
tu alegría, tus inocentes travesuras.
tu compañía
tu amor incondicional
hacerme reír cada día.
Hacerme más feliz, cada día.
Aún no tienes seis meses y ya eres una personita adorable, divertida, simpática, ... Aquí estoy yo, tu mamá, para guiarte en el camino de la vida y, sobre todo, para aprender de ti...”