- Vie, 27 Abr 2007, 21:08
#131890
Hoy ha hecho una semana que Núria empezó con sus picores. Afortunadamente hemos visto una notable mejoría, especialmente desde ayer. No quería escribirlo antes, por aquello de no ser gafe, pero hoy está bastante mejor y no se ha quejado.
Lo que no llevo nada bien es el tema de la medicación. Veréis: el martes el pediatra me recalcó que no dejara pasar un día sin que fuera al baño, es decir, que si ella no podía o no quería, que la ayudara con un supositorio de glicerina. La idea era que no se le formara una bola en el recto, al retener ella por miedo a ir al baño. Pues bien, el mismo martes por la tarde ella no quería ir al baño, decía que no tenía ganas, pero se quejaba muchísimo. Entonces le puse el supositorio, en contra de su voluntad.
No sabéis lo mal que me sabe, pobrecita, lo mal que lo pasó. Pero pudo ir al baño, por fin.
Al día siguiente, salió del cole normal y fuimos al parque, pero cuando fue hora de volver a casa ella no quería. Me extrañó, pero enseguida averigüe porqué: tenía miedo a que le pusiera otro supositorio, es decir, me había cogido miedo a mí, no quería estar a solas conmigo.
Ese día no se lo puse: pensé "a tomar viento" ya irá mañana. Y mientras, a ver si el jarabe le hacía efecto. Y ayer jueves se lo pusimos entre su padre y yo, pero fue más rápido y no lo pasó tan mal. Fue de vientre y se quedó descansando.
Hoy no ha ido al baño, pero tampoco se ha quejado.
¿Alguna de vosotras se ha visto en semejante dilema? Al fin y al cabo, no se trata de una medicina indispensable para la vida, podíamos haber prescindido y ella se habría ahorrado el mal trago y tenerme miedo. Sólo espero que no le quede ese recuerdo horrendo.
MIS HIJOS ME LLENAN LA VIDA...