- Mar, 24 Abr 2007, 06:02
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Bueno, estas cosas hay que tomarlas en su contexto. Lógicamente no se puede decir que todas ni siquiera la mayoría de las personas ambidiestras o mal lateralizadas van a tener problemas, sólo que es una organización neurológica desventajosa. Como dije al prinicipio, depende del grado, de la función afectada y de la capacidad de compensarlo de la persona.
Os pongo un ejemplo: imaginaros que tenéis un mueble zapatero un poco raro con los zapatos del pie izquierdo en una fila delante y los del derecho cada uno justo detrás de su pareja, y que para poder acceder al del pie derecho primero hay que sacar el del izquierdo.
En la situación de lateralización homogénea, sacaríamos el izquierdo y luego alcanzaríamos el derecho del mismo par que está justo detrás, y hala, a la calle con los dos zapatos iguales encontrados rápidamente por lo que llegamos a tiempo al trabajo. Si somos ricas, tenemos más pares de zapatos, si somos más pobres, tenemos pocos, pero están bien organizados.
Ahora imaginaros que en las dos filas los zapatos están desordenados, por lo que al sacar el primero el de atrás no coincide. O que tenemos 20 zapatos del pie izquierdo pero sólo 10 del pie derecho, y además mal colocados. O que tenemos en la fila de delante zapatos del pie izquierdo y el derecho y en la de atrás también, todos mezclados. Según el grado de desorden nos costaría más encontrar el par adecuado, formaríamos menos pares correctos en el mismo tiempo y parecería que tenemos pocos zapatos aunque tuviéramos muchos.
Dicho de forma simple el número de zapatos es la capacidad intelectual, y el grado de mezcla entre las dos filas es el grado de alteración de la lateralización.
Siguiendo con el ejemplo, si tengo muchísimos zapatos, vivo en el polo norte y sólo tengo desordenadas las sandalias, la repercusión será nula. Sin embargo, si tengo pocos y todos al revés lo notaré seguro, y si resulta que soy bombero y justo tengo revueltas las botas ignífugas, igual tendré que cambiar de profesión.
¿Se entiende? Lo mismo que los zapatos no pueden ser iguales, los hemisferios cerebrales tampoco lo son, realizan funciones complementarias que deben coordinarse en el tiempo y complementarse entre ellas. Simplificando mucho, un lado del cerebro sabe la música y el otro la letra, uno entiende el sentimiento asociado a lo que oimos, el otro el significado, uno nos dice que delante tenemos a una persona, y el otro que esa persona es George Clooney y que está como un pan, y así sucesivamente.
El que una mano se use mejor que la otra sólo es la demostración externa de que el cerebro no es simétrico. Ser ambidiestro en sí mismo no tiene ninguna importancia, pero refleja un cierto grado de desorden interno que según a qué más funciones afecte y en qué medida puede suponer problemas o no.
Premio para quien lo haya leido todo.
"El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será demasiado tarde"
Gabriel Miró