Hace ya tiempo que noe escribía. Las noches de Pau no habían mejorado mucho, pero yo me había acostumbrado y habíamos encontrado nuestras rutinas; muchos despertares, pero se dormía bastante rápido en la teta, parte de la noche en su cuna, parte en mi cama...
Hasta hace unas semanas: de pronto empezó a quedarse enganchado a la teta horas y horas, no se dormía, incluso parecía ponerse cada vez más nervioso. Ni en la cama, ni en brazo, ni en la teta, no se dormía.
Ahora se ha unido la aparición de las rabietas. Después de cenar, contento y relajado se pone a mamar, cuando parece que está adormecido (como hacía siempre), le desengancho de la teta y ¡horror! empieza a chillar desesperadamente. No llora, os prometo que chilla con todas sus fuerzas. Por más que repita el proceso, por más tiempo que esté con él en la teta, ocurre siempre lo mismo. Si después consigo adormecerlo en brazo, ni pensar en soltarlo en la cuna... chillidos de nuevo. Anoche estuvimos así de 12 a 4 de la mañana. Agotador. Tampoco funciona tumbarme con él en la cama, no se duerme.
Desde ayer lo hace también a la hora de la siesta. Cae rendido después de comer, pero no lo puedo separar de la teta.
Imagino que será una fase, pero es terrorífica de verdad, ni conmigo ni sin mí, ni con teta ni sin teta.
Va a cumplir 14 meses, es un ninño muy activo y nervioso. Desde que empezó a ir a la guarde quitó la siesta de las mañanas (allí lo pasa muy bien y ni pensar en dormirse), así que come sobre las 13,30 y después cae como un tronco. Nunca ha dormido mucha siesta, pero eso había mejorado un poco, y estabamos por la hora y media de siesta.
La verdad, estoy desesperada. Hay momentos donde no puedo hacer otra cosa más que dejarlo en su cuna chillando, pero no creo que sea manera de lograr que duerma.
Sé que no hay fórmulas mágicas, pero ¿alguna idea? ¿alguna palabrita de aliento?
Gracias y muchos besos