- Mar, 27 Mar 2007, 19:20
#120651
En un mundo ideal, mis gemelas de 19 meses dormirían cada una en su cuna, las dos en su habitación desde las 8:00 de la noche y doce horas seguidas. En un mundo ideal, mi marido no roncaría y la temperatura de la habitación sería de 20º C y no de 30º C a las 12 de la noche.
Pero en el mundo real la cosa ha sido distinta., Desde que nos casamos, debido a los ronquidos de mi esposo, decidimos dormir en habitaciones separadas y eso no era ningún problema . Un día, llegaron las gemelas y comenzaron durmiendo en mi habitación cada una en un moisés. Desde el principio la hora de dormir fue una lucha pues nuestra ignorancia las sobreestimulaba y además padecieron cólico. Al cabo de unos meses el cólico desapareció, y el drama a la hora de dormir disminuyó bastante al aplicar una rigurosa rutina.
Luego, el moisés les quedó chico, así que era momento de un cambio. Compramos una cama grande para el papá y para mí y un hermoso par de cunas-cama(que por cierto aún estamos pagando) para las gemelas que se mudarían a su propia habitación, la que hasta entonces había ocupado mi esposo. Vendimos los muebles viejos y nada, que las niñas al parecer se habían adaptado muy bien a su nueva cuna, salvo por unos cuantos despertares antes de que yo me acostara a dormir y el de su leche a las 3:00 a.m.
Y entonces, cumplieron ocho meses, empezaron a gatear y horror! Apareció la angustia de separación. Desde entonces no volvimos a dormir bien. La primera parte de la noche la hacían en su cuna, pues me preocupaba que se cayeran de la cama, luego, se mudaban a la cama grande en medio de papá y mamá.
Así estuvimos mal durmiendo y con muchos despertares durante 10 meses, hasta que un día, a las gemelas les dio un resfriado por dormir con el ventilador. Después de varias noches malas y un papá enojado por mal dormir en el sofá, tomé una decisión drástica.
Quité las cunas y en su lugar puse un colchón matrimonial en el suelo. Pretendía dormir con mis hijas ahí, sin temor a que se cayeran de la cama y con miras a que se mudaran a su habitación, Pero no quisieron. Les fascina el colchón en el suelo, pero para jugar y no hay manera de que se queden dormidas ahí.
Para no hacer el cuento más largo, les presumo, que desde hace ya casi tres semanas las gemelas y yo DORMIMOS la noche entera juntas en la cama grande. Hasta ahora parece haber funcionado la barrera de almohadas del otro lado de la cama. Y aunque a veces se quejan por las patadas de la hermana o porque se le quedó un brazo debajo de su gemela, sólo despiertan por su leche a las 5:00 y de ahí hasta las 8:30 para beneplácito de la mamá (o sea yo) El papá ronca a placer y pone el ventilador como quiere todas las noches en el colchón del suelo, Y todos tenemos un mejor humor.
Solo espero que dentro de poco, quizá una vez que cumplan los 2 años, podamos hacerles la fiesta de ponerles sus camitas (ya sin barandal) y no se desperdicie la inversión de las cunas que todavía no pago y que ahora están desarmadas debajo de la cama. Y tal vez algún día pueda volver a dormir con mi marido…..
Pero en el mundo real la cosa ha sido distinta., Desde que nos casamos, debido a los ronquidos de mi esposo, decidimos dormir en habitaciones separadas y eso no era ningún problema . Un día, llegaron las gemelas y comenzaron durmiendo en mi habitación cada una en un moisés. Desde el principio la hora de dormir fue una lucha pues nuestra ignorancia las sobreestimulaba y además padecieron cólico. Al cabo de unos meses el cólico desapareció, y el drama a la hora de dormir disminuyó bastante al aplicar una rigurosa rutina.
Luego, el moisés les quedó chico, así que era momento de un cambio. Compramos una cama grande para el papá y para mí y un hermoso par de cunas-cama(que por cierto aún estamos pagando) para las gemelas que se mudarían a su propia habitación, la que hasta entonces había ocupado mi esposo. Vendimos los muebles viejos y nada, que las niñas al parecer se habían adaptado muy bien a su nueva cuna, salvo por unos cuantos despertares antes de que yo me acostara a dormir y el de su leche a las 3:00 a.m.
Y entonces, cumplieron ocho meses, empezaron a gatear y horror! Apareció la angustia de separación. Desde entonces no volvimos a dormir bien. La primera parte de la noche la hacían en su cuna, pues me preocupaba que se cayeran de la cama, luego, se mudaban a la cama grande en medio de papá y mamá.
Así estuvimos mal durmiendo y con muchos despertares durante 10 meses, hasta que un día, a las gemelas les dio un resfriado por dormir con el ventilador. Después de varias noches malas y un papá enojado por mal dormir en el sofá, tomé una decisión drástica.
Quité las cunas y en su lugar puse un colchón matrimonial en el suelo. Pretendía dormir con mis hijas ahí, sin temor a que se cayeran de la cama y con miras a que se mudaran a su habitación, Pero no quisieron. Les fascina el colchón en el suelo, pero para jugar y no hay manera de que se queden dormidas ahí.
Para no hacer el cuento más largo, les presumo, que desde hace ya casi tres semanas las gemelas y yo DORMIMOS la noche entera juntas en la cama grande. Hasta ahora parece haber funcionado la barrera de almohadas del otro lado de la cama. Y aunque a veces se quejan por las patadas de la hermana o porque se le quedó un brazo debajo de su gemela, sólo despiertan por su leche a las 5:00 y de ahí hasta las 8:30 para beneplácito de la mamá (o sea yo) El papá ronca a placer y pone el ventilador como quiere todas las noches en el colchón del suelo, Y todos tenemos un mejor humor.
Solo espero que dentro de poco, quizá una vez que cumplan los 2 años, podamos hacerles la fiesta de ponerles sus camitas (ya sin barandal) y no se desperdicie la inversión de las cunas que todavía no pago y que ahora están desarmadas debajo de la cama. Y tal vez algún día pueda volver a dormir con mi marido…..
Psicóloga
Creadora de DormirSinLlorar.com (2004)
Coautora del libro Dormir sin llorar (2014)
Monitora de Lactancia Materna
Telf. (0034)600425102
