- Vie, 09 Mar 2007, 19:47
#115887
El reencuentro fué el lunes por sorpresa:
Fui a buscarle al cole.
No me esperaba y se alegró mucho.
Se me echó al cuello y me dió mil besos.
Pero llevaba el día pensando en ir a dormir con la abuela y al preguntárselo quisimos respetar su decisión.
Quedamos que volvería a casa el martes.
En el coche, camino de casa de la abuela pidió teta -como muchas veces cuando está muy nervioso y se quiere calmar- pero casi no sabía qué hacer con el pezón. Contamos "hasta diez", como él pide -lo que significa que sólo quiere calma y estar con mamá en silencio un poco- y lo dejó.
El martes volvió a casa y, como hubo un poco de llanto -está de un malcriado con tanta tele estos días- no quiso ni cenar.
Fué directo a nuestra cama.
Mi marido le propuso teta -por lo menos que comiese algo- y aceptó, pero fueron unas chupadas más simbólicas que nada.
El miércoles volvió con los abuelos. Me di cuenta que aún estoy muy floja y no puedo seguir su ritmo.
Supongo que alguna vez pedirá teta, pero ya no es lo mismo.
Ni siquiera se acuerda de cómo poner la lengua.
Ahora se lo toma como un juego.
No me molesta:
Si pide, le ofreceré.
Si no pide, pues tan felices.
Y tal vez cuando tenga un hermano habrá reenganche.
Nunca se sabe.
Gracias a todas -y todos- por vuestro apoyo.
Siento haberos dejado solas, pero es que aún no tengo fuerzas y me cuesta hasta teclear.
Un beso muy grande.
Os quiero.
Elena
Asesora en lactancia materna de DO DE PIT
(Associació pro-alletament matern) de Tarragona
y MADRE
----
QUIÉREME CUANDO MENOS ME LO MEREZCA, PORQUE SERÁ CUANDO MÁS LO NECESITE
----