A Antelmo le pusieron dos vacunas la semana pasada y se le juntò con los colmillos que le estàn saliendo. Así que no le calienta ni el sol. Se pasa dìa y noche llorando y ya no sè que hacer. A esto le sumo que el domingo pasado me enfermè de un resfriado muy fuerte, con un montòn de fiebre incluida. Total, que el niño llora y a mi me revienta la cabeza. Y las desveladas estàn de a peso. Almudena tiene tos y ha pasado unas noches con unos terrores nocturnos de espanto.
En estos momentos se me hace muy dura la situación y me empiezo a arrepentir de muchas cosas. Y es que vivir en un paìs que no es el mìo y sin poder contar realmente con nadie para que me eche la mano se me hace muy dificil. Viene a ayudarme un ratito con la casa, pero claro, los niños son otro cantar porque solo quieren mamà.
Y ando de muy mal genio. Tanto que cuando mi marido me ofrece ayuda le mando a la goma. Yo no quiero su ayuda quiero que me apoye. Me pone frenética que me diga, ¿en qué te ayudo" Còmo si el no viera las necesidades y las prioridades. Parece un niño más.
Total, que estoy al borde de mis crisis de pànico. Temo que va a llegar un momento en que no voy a poder atender a los niños como es debido. A veces les grito de pura desesperaciòn y la soledad me empieza a pasar factura.
Creo que nunca habìa pensado que esto de ser madre pudiera ser tan dificil y me siento desbordada. Me da la impresiòn de no poder màs. A veces quisiera regresar atràs, cuando vivìa en Madrid, estaba soltera y la vida era màs sencilla. No se si me entendèis.
En fin, chicas, perdón por el tostón y gracias a todas por estar ahì.