- Lun, 05 Mar 2007, 15:44
#114316
Esta es una pequeña reflexion a la necesidad que tienen nuestros pequeños no solo de sentirse queridos, si no de que se lo digamos, este fin de semana nos fuimos para Mieres, donde vive mi hermana gemela de visita, pues ayer domingo habiamos quedado para tomar el vermut con mi hermana mi cuñado y varios amigos a los que hace tiempo no veiamos, como Manuel y yo terminamos los primeros de arreglarnos, nos fuimos andando hasta el parque a los columpios, los demas quedaron en pasar por alli a recogernos para acudir a la cita, y os relato todos los errores en los que incurri en tan poco tiempo, me tiraria de las orejas una y mil veces, en primer lugar el niño estaba impecable y yo claro tenia muchas expectativas puestas en el dia y me apetecia que tuviesen una imagen nuestra inmejorable despues de tanto tiempo sin vernos, pues nada mas llegar al parque el peque se mete debajo del castillo y alli mismo se hace caca encima, primer fallo siempre llevo una muda conmigo y toallitas por si hay algun accidente de este tipo, pues se me habia olvidado cogerla, (yo creo que me enfade mas conmigo misma por este fallo tan grande que con el, aunque a estas alturas estas situaciones ya empiezan a desesperarme, ya hable en otro post de todos los problemas que estamos teniendo en este sentido), le dije sin darme cuenta lo que realmente estaba pensando, que se habia fastidiado la mañana, que a esas alturas estas situaciones ya no deberian pasar que tenia que pedir la caca, que ya estaba cansada de este tipo de cosas, y que ahora no sabia que hacer, que se me habia terminado la bateria del movil, y no podia llamar a los demas para explicarles, la casa de mi hermana me quedaba bastante lejos como a 20 minutos andando para llevarle con el pastel, y seguramente nos perderiamos por el camino ya que hay varias alternativas, en fin una barbaridad para un niño tan pequeñito que bastante mal se sentia ya, en ningun momento levante la voz ni le grite (solo faltaria claro), pero se lo dije demasiado crudamente, se me quedo mirando con una carita de pena y me dice ¿mama me quieres?, esto fue lo que me hizo despertar gracias a dios(poque no se porque en ese momento no encontraba salida a la situacion), que listos son y como saben lo que hay que decir, le dije claro que si mi amor con toda mi alma, me dice pero ¿cuanto me quieres ahora mismo? todo mi amor todo lo que se puede querer, sonrio, entonces lo vi todo de otra manera, recorde que era dia de mercado en Mieres, y esta al lado del parque, nos hacercamos le compre unos calzoncillos y toallitas en una tienda que esta siempre abierta, entramos en una cafeteria, nos fuimos al baño lo cambie, en un minuto, nos tomamos un zumito rapido entre los dos y volvimos a los columpios justo a tiempo cuando llegaban los demas a buscarnos, solo con esas palabras magicas de haberse fastidiado la mañana, pasamos a buscar una solucion bien rapida.
Por la noche al acostarlo, le lei nuevamente el cuento de ADIVINA CUANTO TE QUIERO (gracias Solecilla sinceramente), y le explique que mama y papa siempre le ivan a querer hiciese lo que hiciese, me dice vale, pero no muy convencido, entoces le dije mira aunque aveces hagas cosas que a mama no le gustan, mama te quiere exactamente igual que cuando haces cosas que me gustan mucho, entoces si que le cambio la cara se rio, me dio un beso y me dijo gracias mami, y se durmio con una sonrisa en la boca.
No dejeis de decirle nunca a vuestros hijos lo mucho que los quereis, porque aunque se sientan queridos si que necesitan oirlo.
Hay que estar siempre alerta y no dejarse decaer por algunas situaciones, que a veces a pesar de todo lo que sabemos y leemos, se nos escapan de las manos.
Me apetecia contaroslo, porque me senti fatal por hablarle a si a mi hijo, a pesar de contar con la gran ayuda que suponeis todas para mi.
Gracias de verdad.