Empecé a entrar en dormirsinllorar cuando Antelmo acababa de nacer. Buscaba soluciones, NECESITABA que mis hijos durmieran. NECESITABA que las cosas fueran como me decían que debían ser.
Ahora me doy cuenta de que lo que en realidad necesitaba era permitirme que mis paradigmas cambiaran. Tirar los viejos paradigmas inservibles y construir unos nuevos. Ese proceso me ha traído muchas crisis personales.
Nos cuentan demasiadas mentiras tantas veces que las creemos ciertas (al menos en mi caso).
Me repitieron hasta la saciedad que "nadie aprende a ser madre". Mentira. Yo si sabía. Lo aprendí siendo hija. Ahora me doy cuenta. Cuando mis hijos lloraban o me buscaban actuaba igual que mi madre lo hizo conmigo. Lo hago de manera intuitiva. Si mis hijos desordenaban me enfadaba porque había que barrer. Si se despertaban me enfadaba porque había que dormir. y así podría seguir. Les amenazaba con castigos o nalgadas porque es lo que hiceron conmigo (y no recuerdo que me golpeaaran). Tuve que enfrentarme a mi misma y romper los paradigmas que no me servían y recuperar y fortalecer los que si me sirvieron. El proceso resultó doloroso. Más de lo que esperaba. Consistió en un duro enfrentamiento personal entre la niñez que yo tuve y la que le doy a mis hijos. Con las cosas buenas y malas que tuvo la mía y las cosas buenas y malas que tiene la de mis hijos. Con los fallos y aciertos que viví como hija y los fallos y aciertos que vivo como madre y que viven mis hijos.
Me dijero tantas veces que mi leche no sería suficiente que a pesar de todo el conocimiento que tengo sobre lactancia humana, con Almudena dudé y siempre le di lactancia mixta y efectivamente mi leche no era suficiente. ¿Lo ves? necesita el biberón. Tu leche no la llena. Era verdad. Una verdad construida a base de mentiras. Era una verdad que me daba cierta libertad (alguien podía quedarse con ella para que yo "descansara", el padre se "implicaba" en la crianza y mil mentiras más). Es decir, mi conocimiento teórico no fue suficiente para tener una lactancia exitosa.
Con Antelmo fue distinto. Antelmo no quería biberón. Le sentaba mal. El lo supo y yo tuve que aceptarlo. Acepté la lactancia materna exclusiva poruqe mi hijo (no yo) lo decidió. Y mi leche fue suficiente. Y gracias a la sabiduría de mi hijo (no la mía) enfrentamos con éxito su reflujo. Entonces descubrí una verdad emocional. Aprendí a confiar en mis hijos, en lo que necesitan, aprendí muicho más que a dar teta a mi hijo, a escuchar antes de que supieran hablar. Y otro paradigma se me cayó. Dejó de ser válido eso de que "los niños no saben lo que quieren". ¡Por supuesto que lo saben! Mi hijo sabía que el biberón le sentaba mal. Yo sólo tuve que escucharle.
"Los niños no saben lo que quieren" Nosotros debemos "guiarles". Otra de las grandes mentiras en las que creemos a piés juntillas. Mi hija llevaba tres meses sin querer ir a la escuela. Me decían que eran celos de su hermano, me decían que si la cambiaaba la estaba malcriando, la acostumbraba a salirse con la suya... Les cambié de escuela y está funcionando. Mi hija está más alegre, no protesta tanto para ir a la escuela y sólo lleva dos días.
Me dijeron que hay que disciplinar a los niños, poner límites. Demostrales quién manda aquí y no me funcionó. A mi hija le daba miedo y mi hijo se rebelaba. Los dos lloraban y de todas formas no actuaban como yo deseaba. los gritos, los castigos, los tiempos fuera no funcionan. Otra mentira más. Yo no quiero ver miedo en la cara de mi hija ni quiero convertir con mi hijo la obediencia en un juego de poder donde manda el más fuerte y además no sirve. Me sirve evitar los conflictos. Eso sirve. Me funciona dialogar y me funcionan las consecuencias lògicas. Por ejemplo, Antelmo el otro día empezó a perseguir a su hermana por la casa con unas tijeras (de las de niños). A partir de ese momento las tijeras están bajo llave y solo se usan bajo supervisión de un adulto. No es un castigo. Almudena entendió que aunque le guste recortar su seguirdad personal es más importante para nosotros. Si quiere recortar debe estar un adulto con ella al menos mientras su hermano crece lo suficiente para entender que no se puede perseguir a nadie con unas tijeras en la mano.
ME dijeron que para aprender hay que hacer planas y planas. Bolitas y bolitas, recortes y recortes, tareas y tareas,.. todo en abstracto. Era lógico. ¿Cómo enseño el color rojo? Pintando de rojo hojas y hojas. Y resultó que no,.que mis hijos aprendieron primero que un cubo era rojo, o el mantel de la cocina o la playera que llevaban y que luego empezaban a decir que otras cosas eran rojas. Resultó que para aprender los números Antelmo solo neceistó querer poner el microondas y apretar los botones para poner los tiempos. Y entonces ve un cinco y sabe lo que es. Y aprendió a contar trayéndome las naranjas para el jugo por las mañanas o los limones. Y resultó que aprender era algo divertido, práctico y real.
Almudena copia las letras de los cuentos en un papel y juega a escribir. En su escuela vieja la regañaron. ¿Por qué? Va a tener mala letra... Que me digan quién escribe hoy en día con letra cursiva, por favor...
Y por último se me acaba de caer otro paradigma. "El inglés es imprescindible" y les busqué una escuela bilingüe. Y aprendió mucho inglés. Y entonces empezaron a celebrar el día de Acción de Gracias (Cuando los indios les ayudaron y luego les mataron, muy educativo) y a celebrar Halloween en vez de Muertos y Santa Claus en vez de la Navidad y mis hijos empezaron a desaprender valores. Ah y medallas por ser el número uno con tres años (Almudena ganó una). ¿Era eso educación? Y entonces se me cayó otro paradigma más y me di cuenta de que si quería educar a mis hijos lo tendría que hacer yo y que la escuela fuera solo un apoyo. Y busqué una escuela con una manera de pensar parecida a la nuestra que no enseñe cosas contradictorias a nuestros hijos.
Total que en estos dos años muchas cosas las he tenido que poner patas arriba, he tendio que cuestionarme a mí y cuestionar a otros y tirar al suelo muchas falsas verdades absolutas, muchas de esas mentiras tantas veces dichas que se han convertido en verdades universales.
Gracias si habéis llegado hasta el final que vaya rollo.