El lunes, por fin, mi niña de 21 meses durmió por primera vez en su cama, después de 21 meses en la cama de mamá y papá.
El motivo por el que hemos puesto fin al colecho es que estoy embarazada de 33 semanas y lo hemos planificado un poquito porque me encontraba incómoda y para tener tiempo de que ella se acostumbrara a su nueva habitación antes de que llegue su hermanito y se sienta desbancada.
Le hemos puesto sábanas fantasma, y una habitación infantil que le encanta . Pero, en fin, no dejan de ser muebles normales, y una colcha de patchwork que le hizo mi tía, y un móvil de peces de los de colgar en el techo que yo tenía desde hace 15 años, unos dibujos de Fluvi (la mascota de la Expo 2008), unas cortinas con motivos de pelotas, perritos... no sé, parece que se ha emocionado con todo y se ha adaptado desde el primer día incluso a las sábanas fantasma... Supongo que la hemos hecho partícipe y tal vez también se lo hemos vendido bien, no lo sé.
Su papá y yo no nos lo podemos creer: la metemos en la cama a la hora de siempre y nos quedamos a su lado. Como antes, le cuesta un ratillo dormirse, pero se queda frita y la sábana le da una movilidad que ni siquiera nosotros nos imaginábamos.
Se despierta durante la noche unas cuantas veces y, eso sí, acudimos en seguida. Suele tomar leche, o es que se le ha caido el chupete, y a veces incluso llega a llorar porque los mocos no le dejan respirar y le cuesta dormirse y se despierta más, pero es más por los mocos que por estar en su camita sola.
Esta noche pasada se despertó (sin mocos) unas 3 veces para beber leche hasta las 4.30 a.m., pero después ha dormido de tirón hasta que la hemos llamado a las 8 para ir al cole. INCREIBLE!!! Estamos muy sorprendidos por la aceptación de la cama y, sobre todo, por lo fácil que ha resultado el cambio... Nunca nos imaginamos que fuera a ser así; dábamos por hecho que nos costaría semanas...
Quizás estoy echando las campanas al vuelo, pero la cosa pinta muy bien, y lo único que pretendo es que otros padres vean que existe esta posibilidad... Que, a pesar de lo que dice la gente (y qué pesada es contra el colecho!!!) no tiene por qué resultar tan difícil la transición. Y no es que la niña y nosotros no estuviéramos a gusto juntos, sino que por las circunstancias era el momento oportuno.
Así que si a alguien le puede servir nuestra experiencia, mejor todavía! Por cierto, a mí me vino de perlas una idea que leí en este foro sobre la forma de orientar esto: diciéndole al peque que, cuando llame a papá, papá acudirá en seguida. Y lo mismo con mamá. Y haciendo pruebas de "llamadas" con la luz encendida para que vea el proceso y lo comprenda...
En fin, todo ayuda. Os iré contando la evolución. Hasta pronto!
Belén (una mamá muy contenta)