Al poco de nacer Álvaro compramos una de esas mochilas en bandolera (en la tienda de aqui también están), pero cada vez que le intentabamos meter lloraba hasta que le sacábamos. No le gustó nada desde el primer momento. Probé yo, probó el papá... en todas las ocasiones que lo intentamos fue peor el remedio que la enfermedad, así que devolvimos la mochila sin haberla llegado a utilizar siquiera.
Ahora hace una seman, nos han regalao una de las otras, de las de tirantes, y en esta parece que la cosa va un poquito mejor. Se deja meter a ratitos, así que supongo que será cuestión de tiempo el que se acostumbre y se sienta cómodo.
Muchas gracias por tu sugerencia.