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por Rocío
#1046 Hola, tienes razón, es un articulo largo pero muy bueno, yo también lo recomiendo. Un saludo
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por isabel
#1076 Está claro no?.
Gracias por compartirlo.
Tengo una pregunta ¿sabes que es eso de las constelaciones familiares?
por claudia
#1617 holasss.....
oye esta muy interesante el articulo hasta donde lo lei.. pues aparece cortado el mismo...no puedo ver como termina :(
no se porque cuando abro la pagina aparece cortado el articulo...podrian ver por que ??
chaooo
clau :fl
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por rafi
#1632 Hola Claudia,
es verdad... esta cortado, recuerdo que yo lo lei y lo copie en un doc word como material interesante a procesar cando tenga un rato...., a ver si lo encuentro en le caos de mi pc y te pongo como acaba.
De todos modos no estría de más enviar un mail a primal para que lo solventen.
Mañana si tengo un rato les avisaré.
Un beso!

    :117: Psicóloga
    :pe: Creadora de DormirSinLlorar.com (2004)
    :55: Coautora del libro Dormir sin llorar (2014)
    :pe: Docente en Curso Sueño Infantil para Profesionales en TerraMater.es (2018)
    :pe: Codirectora en Centro de Estudios Sueño Infantil CESI
    :110: Monitora de Lactancia Materna

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:dormir_sin_llorar:
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por rafi
#2017 Hola !
ya he encontrado el dos integro del que os hablaba, el texto completo es este , estarido de la web de pimal
A disfrutarlo!

[color=darkblue]Sueño infantil

¿Cómo explico yo esto? ¿Qué es mejor, que explique cómo duermen los niños o explicar por qué no es correcto lo de “duérmete niño?"

Cómo duermen los niños:
A ver, todos los niños duermen y a dormir no se aprende, se nace sabiendo. Los recién nacidos pueden dormir 17 horas al día, por lo tanto nadie tiene que aprender a dormir. Los niños cuando nacen son absolutamente dependientes de sus madres. No hay ninguna especie animal que dependa de su madre tanto como depende la criatura humana. Hay animales que viven en el nido y durante mucho tiempo (días, semanas e incluso meses) no caminan, no hacen nada, se están quietecitos, la madre les cuida y eso pasa con los conejos, o con las ratas, o con leones, etc. Hay animales que se escapan del nido, que nacen y se ponen a caminar como nuestro amigo Bambi, que como vemos en la película nada más salir, enseguida, ya está el tío caminando. El que sea de un grupo o de otro probablemente depende de la forma de vida que tiene esa especie. El conejo o la rata, como es un animal pequeño, puede vivir mucho tiempo en el mismo sitio, porque encuentra suficiente comida y por lo tanto puede criar a sus hijos durante unas semanas en una madriguera o en lo que sea. Una vaca, o un ciervo no pueden vivir muchos meses en el mismo sitio porque necesita mucha hierba y toda la que hay alrededor de su madriguera se le habría acabado. Por lo tanto, las vacas, los ciervos, etc. tienen que ir de un sitio a otro constantemente buscando hierba nueva. Y como no pueden quedarse en el mismo sitio, pues tienen que llevar a sus crías con ellas. Y como no tienen mano para acogerlo, pues la única manera es que la cría camine. Otros animales que son grandes pero que son carnívoros como los perros, los lobos, gatos... pueden vivir en nidos, probablemente será porque necesitan aprender. Un ciervo no necesita aprender a huir de los lobos, más exactamente no pueden aprender a huir de los lobos porque la primera vez en su vida que un ciervo vea a un lobo, pues se lo come y por lo tanto no puede aprender. En cambio, un lobo sí que puede aprender, es decir, un ciervo se le escapa pero la segunda casi casi y la tercera ya consigue cazarlo. Por lo tanto, para el ciervo es útil saber caminar de manera absolutamente instintiva. Naces, te pones de pie y sales corriendo. Pero el lobo no tiene que hacerlo de manera instintiva, tiene que hacerlo pensando.

Dicen los expertos que los primates en principio teníamos que haber nacido caminando por lo que hacen otros animales que se nos parecen más. Pero como los primates en general viven en lo alto de los árboles, tiene que haber una manera de que los monos no se separen de su madre, no vayan por sí solos hasta que no hacen tan bien que seguro que no se cae, porque en la película, bambi nace, se pone de pie y aunque se cae 4 veces de culo, no tiene importancia pero caerse de la rama de un árbol sí. Entonces los monos recién nacidos no pueden vivir en un nido porque también son grandecitos y se les acabarían las hojas para comer, sino que van de un sitio a otro junto a su madre, pero no van siguiendo a su madre caminando sino que van agarrados de su madre. El monito con sus dos brazos y sus dos piernas se agarra al pelo de su madre, se agarra con la boca al pezón y así con 5 puntos de anclaje puede ir colgada de la madre.

Y, sin embargo, los monitos se agarran ellos solos con una excepción que es el chimpancé. El chimpancé se nos parece tanto que cuando nace ni siquiera es capaz de agarrar por sí mismo el pelo de la madre. El chimpancé hay que sujetarlo en brazos, sino se cae al suelo. Lo que pasa es que eso dura dos semanas y a partir de las dos semanas el chimpancé se agarra sólo. ¿A qué edad puedes ir tú así con tu niño por la calle sin pañoleta sin nada, que no se te caiga? ¿A los 9 meses? ¿Al año? Y eso ir así por la calle! ¡Imagínate ir de rama en rama colgados que se agarra el niño solito! Es decir, no hay absolutamente ningún bicho en el reino animal que necesite ir colgados de su madre hasta los 3 años. Hasta los 3 años no tienen desplazamiento autónomo. ¿A qué edad podría un niño vivir sólo, separarse completamente de sus padres? Si ves por la tele que en Brasil hay niños de 12 años que viven solos, no dices: “¡ Ay qué bien, qué gente más espabilada!”. Si no que dices: “¡pobres niños abandonados!” ¿A qué edad dejas de decir “pobre niño abandonado” y dices “qué niño más inteligente?” ¿Cuándo vive sólo, a los 18 años? ¿A los 16. quizá como mucho? Y aunque teóricamente a los 18 años pueden vivir solos vemos que en la práctica se alarga un poco más. Es decir no hay ningún animal unido tanto tiempo a su madre, que además necesita a su padre y a su abuela. Ya sabéis la teoría que dice que las abuelas existen precisamente por eso. La mayoría de los animales cuando acaba su vida reproductiva se muere, no tienen menopausia, no siguen viviendo una serie de años cuando ya no pueden tener hijos. En la naturaleza, ¿para qué sirve un animal que no va a tener hijos? No tiene sentido. Pero dicen que el niño humano es tan difícil de cuidar que aquella madre cuya madre, la abuela, les ayudaba cuidar el niño, era más fácil que ese niño sobreviviera. Entonces, de alguna manera el seguir viviendo varias décadas incluso después de la menopausia en la especie humana ha sido útil para nuestra supervivencia. La mayoría de los mamíferos tienen la época de celo, se echan un casquete y si te visto no me acuerdo. Los hombres, excepto unos cuantos que hay por ahí, siguen al pie del cañón con su esposa, y aguantan lo que sea: el niño llorando por la noche, cacas, la mujer con depresión post-parto que no les hace caso, todo lo aguantan durante años. ¿Por qué tenemos ese instinto? Porque probablemente durante un montón de años no era posible que una hembra sola cuidase ella sola a su hijo y sobrevivieran los hijos. Aquellos hombres que se quedaban a cuidar a su hembra y a sus crías, tenían crías vivas y sus genes se transmitían. Aquellos hombres que abandonaban a la hembra cuando quedaba embarazada y se iban a otro sitio, sus crías morían y sus genes no se transmitían. Con lo cual la estrategia en la especie humana a diferencia de otros especies, otros machos de otras especies en la temporada de celos que lo que procuraban es acostarse con el mayor número posible de hembras para dejar mayor número de crías y por lo tanto se transmitiesen sus genes, en la especie humana no existe. Es mejor tener 2 o 3 crías que le sobrevivan que no acostarse con todo el pueblo pero que al final sus hijos no vayan a sobrevivir.

Bueno, todo esto viene a que las criaturas humanas son absolutamente dependientes de la madre durante mucho tiempo. Tan dependientes, que es la madre la que tiene que sujetar en el brazo pero son lo suficientemente independientes como para controlar la conducta de su madre. A ver si me explico. Durante las primeras semanas y meses, el instinto de proteger a la cría proviene sobre todo de la madre. Un recién nacido es bastante pasivo, sí es verdad que pide cosas pero es bastante pasivo, y es la madre la que durante los primeros meses tiene un ansia loca de no separarse de su hijo para nada. Y a todos os habrá pasado que estaba el niño dormido en la cuna y habéis ido a ver si respira. Todas las madres lo hacen. Inevitablemente todos los padres que no tienen este instinto dicen: “¡Ala tonta, pero cómo no va a respirar!. Claro que está respirando. Cierra la puerta que lo vas a despertar”. Pero necesitas ir. ¿Por qué? Porque la madre no está a gusto. Si pasa demasiadas horas sin ver a su hijo se siente mal. No lo sabe explicar pero se siente mal. Como los maridos no tienen ese instinto tan arraigado, pues llega un momento en que tu marido dice que tenéis que ir a cenar o que tenéis que ir al cine. Y tú te empeñas en que no, que el niño es muy pequeño, que no puedes ir a cenar ni al cine porque no quieres dejar a tu niño. Y el marido venga y venga a dar la lata hasta que al final dices: “¡vale!”. Y llamas a tu madre. Y no falla; vas al restaurante, te vas a levantar y vas a llamar por teléfono o por el móvil para ver cómo está el niño. Y tu marido te dice: “pero, hombre, ¿cómo? ¿Vas a ver cómo está el niño?, A ver, ¿no está con tu madre? ¿No crees que tu madre le está cuidando bien, si es tu madre, y si es tu hijo?”. No es que no te fíes, es que tienes que llamar porque no puedes pasar tanto tiempo separado de tu hijo.

Pero no es así toda la vida, es decir, esto de levantarte a media noche a ver si el niño respira o no respira lo habéis hecho todos pero ¿cuándo? Al mes, al mes y medio, a los 2 meses. No hacéis a los 9 meses, a no ser que un día el niño este con fiebre y entonces sí que vas. A partir de cierta edad, este impulso irresistible que tiene la madre se va disminuyendo, y el niño que se va haciendo independiente, es el que va llamando a la madre. En algún estudio se ha encontrado que los niños de 4 meses que toman el pecho, digo los que toman el pecho porque los que toman biberón por motivos que hoy desconocemos no hacen estas cosas o no lo hacen tanto, pero los niños que toman el pecho, normalmente a los 4 meses se despiertan más veces por la noche que a los 2 meses. Y esto es científico y yo en mi consulta lo veo continuamente. “Este niño que había aguantado las 6-7 horas seguidas pero desde hace 2 semanas cada hora se despierta”. Ese es frecuentísimo y entonces todo el mundo: “claro, por tu culpa, porque le das la teta por la noche, porque le estás acostumbrando mal, no sé qué no sé cuánto...”. No, es que el niño se está haciendo independiente. Pero tenemos un concepto erróneo de lo que es ser independiente. Cuando la gente dice: “yo quiero que mi hijo sea independiente” ¿en qué está pensando? “Quiero que mi hijo coma lo que quiera y si no quiere que no coma”. “No”. “Quiero que mi hijo si quiere ir al cole va y sino no va”. “No, tampoco es eso”. “Quiero que mi hijo se ponga la ropa que quiera”. “Nooo, tampoco”. “Quiero que mi hijo vea la tele que quiera”. •”Quiero que mi hijo si quiere bañarse se baña y si no quiere no se baña”. Nada de eso. Todos queremos tener un hijo independiente pero que haga exactamente lo que le decimos. Es decir, cuando la gente dice “independiente, independiente” lo que está pensando es: quiero tener un hijo que coma sin molestarme pero eso sí, mucho; que duerma sin llamarme pero eso sí, muchas horas y que se entretenga solito jugando mientras yo hago lo que me da la gana y sin tener que preocuparme de él. A eso le llamamos independiente. Eso no es independiente, eso es tomadura de pelo.

El ser humano es un ser social y por lo tanto, el objetivo último del ser humano no es llegar a vivir solos. Es decir, nosotros vivimos en sociedad; un empresario que no tiene obreros no puede hacer nada. Un general que no tiene soldados, no puede hacer nada. Sin embargo, no decimos que el general es dependiente de los soldados o que el empresario sea dependiente de los obreros. Un niño sin madre no puede hacer nada pero eso no es que sea dependiente. Es dependiente, lo mismo que los soldados, lo mismo que los obreros; sí tiene que obedecer y a cambio no puede exigir nada. Un pobre que pide en la puerta de la iglesia es dependiente porque depende de tu buena voluntad; pasas y si quieres le das y si no quieres no le das. Un trabajador que tiene un contrato firmado y al fin del mes dice: “vengo a cobrar” no es dependiente porque puede exigir. Un niño que cuando llora vas, es independiente porque él puede decir cuando vas y cuando no. Un niño que llora y si tú estas de buenas vas y si estas de malas no vas, es dependiente porque depende de cómo te pille. Entonces, curiosamente el método que nos dicen que es para crear hijos independientes, que es no cogerlos, no hacerles caso, que duerman solos en su propia habitación tal, tal, tal... es todo lo contrario, ese es el método para crear hijos dependientes, que van a depender de tu santa voluntad, de que a ti te salga de las narices cogerlo o no cogerlo, incluido hacerle caso o no. El niño, independientemente lo que está haciendo es prepararse para ser un adulto independiente. ¿A quién le llamamos un adulto independiente, a uno que vive sólo en una isla como Robinson Crusoe? No. Un adulto independiente es el que vive junto a otros adultos y es capaz de pedirle a los demás y obtenerla para cumplir sus propios fines y al mismo tiempo, en lógica correspondencia, es capaz de ofrecer ayuda a los demás para los fines que los demás tengan. Eso es independiente porque en el ser humano independiente significa inter-dependencia. Entonces, el niño que se acostumbra a que cuando se le llama él va, ese niño se está haciendo independiente. Cuando sea mayor puede vivir en la sociedad.

Esto es mucho más real de lo que la gente piensa. Unos pueden decir: “este tío es un exagerado, vaya tonterías que dice...”. Tengo aquí copiado un párrafo del libro “Puericultura” del doctor Rafael Ranos, el libro está escrito en 1941, 2 años después de acabar la Guerra Civil. Es un libro para madres, un libro que tuvo éxito que se hicieron 2 ediciones en unos años. En la introducción explica cuál es el objetivo de la puericultura y qué “vicios” nacionales intenta corregir. Y uno de los vicios es el individualismo del español y dice lo siguiente: “el niño en todo momento y desde el primer día de su vida debe saber que hay alguien superior a él que va a cuidar de él, no solamente dándole alimentos, calor etc. Si no que va a frenar sus instintos, la madre”. Es decir, frenar los instintos forma parte del cuidado. ¿Qué necesita un niño? Calor, comida y freno de los instintos (según este autor)

A) “Desde que el niño nace debe colocarse en su cuna y solamente ir a la cama de su madre cuando va a tomar el pecho (ahora no dejan ni eso eh!). Si llora no le cogerán en brazos ni le mecerán sino le limpiaran en caso de estar sucio, le pondrán al pecho si ha llegado su hora, si tiene frío le darán calor o si llora porque tiene necesidad de llorar simplemente sin que precise ningún remedio, se le dejará que siga llorando. La experiencia recogida de tantas madres asegura que un niño recién nacido llora durante 10-12-15 días pero si con esta actitud rigurosa de no cogerlo, ni acallarle ni poner el chupete, pasado este intervalo, convencido de la ineficacia de su protesta, el niño va a disminuir en la intensidad de la misma. Pero, no le pondrá al pecho cada vez que llore sino cuando le corresponda y de una manera sistemática (Atención a lo que viene ahora que tiene su miga) También suele la madre quejarse de la puntualidad que exige la alimentación de su hijo, más ¿qué insignificante resulta esto si encima cuentas el tiempo y la esclavitud prolongada que le debe de costarle si no hace esto?”.

Es decir, ahora cuando te quieren vender la moto te dicen: “no, es que esto de darle al niño el pecho a demanda es una esclavitud. Te tienes que poner un horario porque tú también tienes derecho a tener tu vida. Entonces es ponerte un horario para hacer tus cosas y así ser más libre”. Nuestras madres solían quejarse de la puntualidad que exigía la alimentación científica de los bebés. Pero, si es mucho más incómodo, ¡por favor!. Está el niño llorando y puedes hacer 2 cosas: o esperar sin coger en brazos y sin hacer nada porque también está prohibido durante 2 horas hasta que le toque o darle el pecho y se calla. ¿Qué vas a preferir? Pues rápidamente que el niño se calle aunque sólo sea porque te molesta. Pero no, le exigían una puntualidad científica a la que ellas no querían someterse y además se le exigía con amenazas.

B) “Si por desidia suya el pequeño puede coger cualquier enfermedad”. Ahora se nos dice que hacemos sentir culpable a la madre y ¿esto no es hacer sentir culpable a la gente, diciendo que tu hijo va a tener una enfermedad porque le has dado el pecho antes de las 4 horas?

C) “Sin acceder a esos caprichos cuando el niño empieza a comprender que aunque no lo manifieste es más pronto de lo que suele creerse (esto sí que es verdad) deberá hacerse saber que esta severa actitud es por su bien. Y así, poco a poco, se deposita en la parte del niño un germen de valor incalculable que la madre va haciendo crecer. El hijo sabe que hay alguien a la que está supeditado, que le cuida, le dirige y de quien recibe los castigos (no habla de los premios y castigos, no, no, sólo de castigos) si bien no persigue otro fin que su felicidad. A este niño, más tarde hombre ¿qué fácil le resultará la obediencia a cualquier otra autoridad o superioridad? Pero si a ese hombre no le educaron así desde su cuna se revelará a la menor contrariedad enfrentándose con su maestra, su jefe, el guardia de circulación, con el estado que le gobierna”.

Es decir, no es casualidad. Ha habido un método de educar para los niños que tenía un objetivo preciso. Y curiosamente llevamos 20-25 años de democracia y sin embargo, todavía seguimos con esta política. Pues, si no quieres tener súbitos obedientes sino que lo que quieres tener es ciudadanos con sus derechos, pues habrá que criar a los hijos de esta manera. A quien le interese este tema hay un libro magnífico: “Por su propio bien”; analiza las teorías pedagógicas que estuvieron en auge en Alemania durante los s. XVIII-XIX y explica qué relación tuvo eso con la génesis del nacimiento. Es decir, lo increíble no es que en Alemania hubiera un Hitler y 5 cabecillas. En cualquier país y en cualquier sitio surgen 5 vertebrados, 5 asesinos,... Lo increíble es que en un país presuntamente civilizado y que en el siglo XIX en el país más civilizado de Europa surgieran millones de personas dispuestos a obedecer a estos 5 descerebrados.

Bueno, yo creo que me he perdido porque no sé que tenía que ver esto. Sí, tenía que ver con que el niño se empieza a despertar más veces por la noche porque se está haciendo independiente. Es decir, que mientras la madre de un niño de un mes se va a dormir toda preocupada “ui, voy a ver a media noche qué hace mi hijo”, la madre de un niño de 5 meses puede irse tranquila a dormir “que el niño ya me llamará”. Puedes confiar plenamente en las capacidades de tu hijo para salir adelante de esta situación.

Los niños tienen ciclos de sueño que duran hora y media, 2 horas. Nadie duda que los niños cada hora y media, 2 horas van a estar o despiertos o apunto de despertarse porque tienen un despertar parcial que a veces no están despiertos del todo pero están en un estado que con el mínimo ruido la despierta del todo. ¿Por qué tienen estos ciclos? Imaginaros hace 100.000 años, dos madres se van a dormir con sus hijos. ¿Cómo dormían los antiguos? No lo sabemos, nadie sabe cómo dormían en la cueva de Altamira, pero nos lo podemos un poco imaginar viendo cómo ahora duermen los hombres primitivos o los primates primos nuestros. Los chimpancés no tienen cama de matrimonio, el chimpancés y la chimpancés nunca duermen juntos probablemente porque el chimpancé adulto sí que es maduro y ya sabe dormir solito. Pero, la cría del chimpancé duerme con la madre hasta los 5 años (que en nosotros sería hasta casarse porque tienen una vida más corta que la nuestra y tienen una pubertad más precoz que la nuestra) Si con una vida más corta, una pubertad más precoz y siendo además un animal en general más independiente desde pequeño, necesita aún 5 años, ¿un ser humano cuánto necesita? No sabemos pero probablemente en la noche de los tiempos pues lo que decía antes, nuestras crías dormían con su madre pues probablemente hasta los 14-15 años, es decir, ¿os imagináis a un niño de 8 años durmiendo sólo en el bosque, por ahí tirado en el suelo? El ser humano ni siquiera dormía en los árboles, en el suelo, sin fuego, sin armas, sin ropa, sin casas,... simplemente como algunos chimpancés, cada noche buscan unas cuantas hojas medio limpias, se hacen una cama más o menos con hojas e hierbas y cada día se van cambiando porque aquel se les ha llenado de porquerías y de chichas y no es cuestión de volver al mismo sitio. Lógicamente hasta los 12-15 años o puede que más tenían que dormir con la madre, no podían dormir separados o como mucho estarían a unos centímetros de la madre. Si vais a un zoológico, veréis cómo duermen la mayoría de los animales, en grupos totalmente apiñados. Entonces, admitamos que en aquella época dos madres se van a reunir con sus crías y a la una de la madrugada por motivos que se desconocen se despiertan, se levantan, se ponen a caminar dejando a los niños en el suelo. Una de las crías es de las que se despierta cada 2 horas y la otra de las que duerme 8 horas seguidas. ¿Cuál sobreviviría? Una de las crías cuando se despierta: “ay, qué raro, mi madre no está. Bueno me da igual”. Espera media hora: “ui, mi madre sigue sin volver. Bueno molesto un poco (lloriqueo)”. Pasa media hora: “ui, pues sigue sin venir mi madre (llora un poco más fuerte)”. Se espera otra media hora y cuando al final cuando ya han pasado 2 horas desde que se ha despertado, ya llora más fuerte porque ya está desesperada. La otra cría se despierta y en ese mismo minuto al no encontrar su madre se pone a llorar con todas sus fuerzas. ¿Cuál sobrevive? Una de las crías cuando se pone a llorar, llora 2 minutos, 3 minutos, si no viene nadie pues se calla porque parece que no va a venir nadie y la otra cría sigue llorando y llorando 15-20-50 minutos, llora hasta que no puede más. ¿Cuál sobrevive? Sobrevivirá la que montaba guardia con suficiente frecuencia y lloraba lo suficiente rápido, suficiente fuerte y el tiempo suficiente como para que su madre le oyese antes de irse demasiado lejos en el bosque. El que se despertaba al cabo de 8 horas, su madre ya estaba a 2 kilómetros de distancia y no le podía oír y que se comía un león etc. Por lo tanto cuando nos dicen: “es que el niño llora para fastidiar”. ¿Por qué llora para fastidiar? “Ui, es que te vas un minuto y llora como si le matasen. Es que no puedo ir ni al lavabo”. Claro, es que durante un millón de años ha sido cuestión de vida o muerte, si es que no hacías eso morían. Claro que llora como si le matasen, tú que sabes si le están matando o no, por si las moscas. “Es que no puede ser que al cabo de un minuto ya está desesperado”. Lo lógico es que se ponga a llorar en cuanto tú desapareces de tu vista porque lo que quiere es que le oigas y vuelvas. Si llora al cabo de una hora ya te has ido, ya no sirve de nada, tiene que llorar rápido. “Oye, pero, cómo está llorando tanto rato seguido?”. No, es que llorar 5 minutos y callarse sin que tu madre haya vuelto es una estupidez, para eso no lloras. Si has de llorar, lloras hasta que tu madre vuelva o hasta que te mueras, porque es lo mismo.

Si fuera que nuestros niños lloran para fastidiar llorarían de manera distinta. Por ejemplo, a mí se me ocurre una manera muy buena para fastidiar: un niño en su habitación, 2 añitos y empiezo a llorar pero en cuanto la madre viene por el pasillo, me callo. Mi madre abre la puerta, yo me hago el dormido, “¡ah, qué raro, está dormido!”. Cierra la puerta, la madre se vuelve a su habitación y al cabo de 20 minutos, cuando ya ha cogido el primer sueño, otra vez a llorar fuerte y cuando me viene a ver, yo me hago el dormido. ¿A que fastidiaría? Fastidiaría muchísimo, si llorasen para fastidiar, lo harían así. Pero no lo hacen así, lo hacen al revés.

Comentan en el famoso libro que nos ocupaba cómo los niños utilizan cualquier estrategia para llamar la atención, “que si tengo hambre, que si tengo sed, que si tengo miedo, que si enciende la luz...”. Yo estuve en una conferencia del Dr. Estivill que llegó a decir: “pues claro, si vuestro hijo os dijera: mamá para que me duerma tienes que bailar sevillanas”, ¿no bailarías sevillanas? Entonces yo pensé: hombre, y entonces, ¿cómo es que no quieren bailar sevillanas? ¿Cómo es que no piden nada que desee, nada que quiera? No hay ningún niño que diga: “Mamá, cómprame una bicicleta y me duermo” o “mamá, si me das chocolate me duermo”. Incluso un niño que por la mañana ha estado llorando porque quería un caballito, porque quería ir a la feria, porque quería un helado, porque quería no sé qué, por la noche no te va a decir: “mamá, si mañana me compras el helado me voy a seguir durmiendo”. Y si tú se lo dices a él, si le intentas comprar: “Va, si no te despiertas más, mañana te compro el caballito, el helado, el play station,... lo que quieras”. Si le logras comer mucho el coco y si es un niño un poco mayor, porque el pequeño ni lo aceptará, es posible que intente hacer el esfuerzo, a ver si lo consigue, aunque no lo va a conseguir por mucho que le haga ilusión. Y todas las cosas que te pida, siempre tienen un factor en común, y es que tú tienes que ir a dárselo. Si el niño dice: “quiero agua, quiero agua, quiero agua,... un día tras otro” el día que tú cojas un vaso de agua y se lo dejes en la mesilla de noche, ese día no tiene sed. Entonces te dice que está oscuro que no sé qué no sé cuántos. Le dejas una luz toda la noche en su habitación y entonces es contar un cuento. Le dejas un cassette contando un cuento y entonces ya no quiere cuento, quiere otra cosa. Lo único que quiere es que tú vayas. Entonces, ¿por qué pide agua, por qué pide cuento, por qué pide luz,...? Porque si pide lo que realmente quiere, es decir si dice: “mamá, ven”, no vas. Eres tú quien le está tomando el pelo a él. Los niños al nacer no saben hablar. ¿Cómo aprende un niño lo que es un gato? Pues porque cada vez que pasa un gato, tú le dices: “mira, un gato”. Si cada vez que pasa un gato tú le dijeras: “mira, un perro” el niño te diría que es un perro. Cuando lo mismo que es tan fácil de ver para los objetos materiales, tú le dices: “esto es un despertador, estos es una cama, esto una silla, esto es un tenedor,...” sirve también para los conceptos inmateriales. ¿Cómo sabe el niño qué es pupa? Porque cuando el niño se cae, tú le dices: “ui, te has hecho pupa”. Cuando el niño pequeño te llama y no vas qué piensa: “me habré equivocado, esto no significa ven. Yo creía que decía ven pero habré dicho otra cosa porque no viene nadie”. Otro día prueba a decir “agua” y entonces vienes, “ah, ven se dice agua” porque diciendo agua viene. Eres tú quien está engañando al hijo, eres tú quien le está enseñando a pedir cosas que no necesita para nada. Probablemente muchos miedos infantiles se crean así. Es decir, el niño que no tiene suficiente ingenio para pedir agua o para pedir una cosa concreta, cómo a nuestra sociedad se nos enseña que es imposible que un niño normal llame a sus padres por la noche porque es de mala educación, nosotros le buscamos nuestra justificación. Cuando nuestro niño llame por la noche, en vez de decirle: “Qué pasa, te sentías sólo, me echabas de menos...” le decimos: “¿qué pasa? ¿tenías miedo?” y nuestro niño dice que sí, es que siempre dice que sí, claro. Pasa un gato y tú dices: “¿Qué es esto, un gato?” y te dice que sí, no te va a decir, “no, papá que esto no es un gato”. Claro que te dice que sí, piensa que tú se lo dices con buena intención. Entonces, él sabe que esa sensación que tiene se llama miedo. Más adelante sale en la película de la tele que hay un monstruo que se come a la gente, y tú le dices: “es una película de miedo”. Y entonces piensa: “ah, claro, mi padre lo que quería decirme es que hay un monstruo debajo de mi cama que se come a la gente”. Los niños que duermen con los padres o los niños que duermen en otro sitio pero los padres acuden sin poner ningún reparo, normalmente no tienen este tipo de miedos.

Y ¿dónde me he separado del hilo principal? Bueno, estábamos en que el niño era independiente, por eso se despierta un montón de veces, por eso te llama. Según ciertas teorías, el niño se despierta porque tú le has enseñado mal. Te hacen ver problemas de sueño o insomnio infantil por malos hábitos aprendidos. Esto se engarza un poco con las teorías conductistas. Conductismo es aquella que ponen una rata en una jaula y cada vez que aprieta la palanca le da un cacahuete. Entonces, la rata aprende a apretar la palanca. Y ciertamente, te dicen que lo mismo está ocurriendo con los niños, que como cada vez que llora o se despierta a media noche, tú vas, le estás enseñando a despertarse porque el hecho de ir tú es equivalente al cacahuete que se le da a la rata. Es un refuerzo positivo. Pero hay un problema con el modelo, es que si cada vez que la rata aprieta la palanca sale el cacahuete, la rata aprieta muchas veces la palanca, hasta que tiene suficientes cacahuetes. Cuando la rata ya no tiene hambre, no aprieta la palanca. Y si a la rata, cada vez que aprieta le das un Euro, no te preocupes que no va a apretar la palanca. Ni por un euro, ni por un dólar, ni por un diamante, ni por un reloj de pulsera. La rata sólo aprieta la palanca si le das algo que exige. Nosotros sí que apretamos la palanca, o tornillos en la fábrica, o las teclas del ordenador a cambio de dinero, pero lo hacemos porque nosotros sabemos, y la rata no lo sabe, que con ese dinero podemos comprar comida y todo lo que queremos. Pero, si el dinero no serviría para comprar nada, si en vez de unos billetes muy monos de 50 y 100 euros te diesen unos cromos de futbolistas, nadie trabajaría. Trabajamos porque con eso obtenemos algo que necesitamos. Es decir, si tú crees que el ir los padres a ver al niño por la noche actúa como refuerzo positivo, es que estás admitiendo que el niño necesita que vayan los padres. El niño necesita que vayamos los padres tanto como la rata necesita comer. Entonces, suponiendo que de verdad fuera un proceso de aprendizaje en el que existe una conducta aprendida que es el despertarse por la noche y un refuerzo que es venir los padres, estamos admitiendo que ese refuerzo es algo que el niño necesita. Lo que dicen es: “pues no vayas y al dejar tú de ir, el niño dejará de despertarse”. Vale, eso es lo mismo que decir: “pues no le des comida a la rata y al dejarle de dar comida dejará de apretar la palanca”. Es cierto que dejará de apretar la palanca pero se morirá de hambre. Entonces, si tú dejas de ir cuando tú niño llame, el niño dejará de llamarte, pero se está perdiendo algo. Morirse, morirse parece que no se mueren pero algo les tiene que pasar cuando está perdiendo algo que para él era tan importante como la comida para la rata.

Pero, eso sería admitiendo que de verdad fuera una conducta aprendida, pero es que no es una conducta aprendida, es que es una conducta innata. Es decir, a ver, lo que dicen es: “la tendencia normal, natural, espontánea del niño es dormir 10 horas seguidas, 11 horas seguidas, eso es lo normal, solamente aprende a despertarse cada 2 horas porque tú le acostumbras, porque acudes, no se qué no se cuántos..”. Pero al mismo tiempo te dicen: “para enseñarles a dormir toda la noche de un tirón, tienes que seguir este método, al pie de la letra, palabra por palabra, minuto a minuto sin saltarte ni uno durante días, semanas y meses. Si no, no va a funcionar y bajo ningún concepto ni ninguna circunstancia vuelvas atrás y vayas una noche a hacer compañía a tu hijo o te lo llevas a la cama contigo, porque entonces habrás perdido todo el trabajo realizado y será como volver a empezar”. Y entonces me digo yo: ¿qué método es esta que lo que te sale espontáneamente que se supone que es dormir 10 horas necesitas un libro para aprender a hacerlo y tienes que seguir al pie de la letra las instrucciones?. En cambio, lo que es aprendido, es tan fácil de enseñar, que cualquiera madre sin proponérselo ni siquiera, en un solo día se lo enseña a su hijo. Oye, si tan buenos profesores sois seguir con el repaso de matemáticas y tenéis unos genios. Si en un solo día habéis enseñado a vuestro hijo una cosa tan difícil y contranatural como es el despertarse cada 2 horas. No, el al revés. Lo que es fácil es lo que el niño tiene tendencia hacer, que es despertarse cada 2 horas. Lo que es difícil es enseñarle a hacer algo artificial, que es dormir toda la noche. Eso sí que es un aprendizaje, una cosa nueva. Es decir, no es que este niño aprende a hacer una cosa nueva, es que el niño deja de hacer una cosa que ya haría. Eso se llama extinción de conducta y se produce por falta de refuerzo positivo. ¿Qué gana el niño cada vez que no vas? No gana nada, no tiene refuerzo, hay una ausencia de refuerzo. Cada vez que no vas, el niño deja de tener refuerzo para seguir despertándose. Hasta que llega un momento en que el niño piensa, bueno “piensa” no es una cosa automática, no es que piense sino que sucede así, una rata no piensa “voy a apretar aquí porque saldrá esto” pero el niño, de alguna manera, llega a la conclusión: “por mucho que llore mis padres no van a venir. Por lo tanto no vale la pena llorar”. El niño sólo llora cuando tiene la esperanza de que tú vayas, sino no va a perder el tiempo. Por tanto, que el niño llore significa que te quiere y que confía en ti. Y que el niño no llore, bueno hay algunos que no lloran porque no lloran, que ellos solitos sin hacerles nada, duermen toda la noche, pues enhorabuena. Nosotros queríamos tener un niño de esos, lo intentamos 3 veces y no nos salió y esto es como la lotería, al que le toca le toca. El niño que no es así espontáneamente, sino que ha aprendido a no llorar toda la noche, lo que ha aprendido es que no puede confiar, que no puede pedir ayuda a nadie. A ver, no sería tan grave como si no recibiese ni de día ni de noche. Evidentemente eso sería peor que peor. El niño que no le hacen caso de noche pero que de día sí le hacen caso, pues está medio bien pero no está tan bien como al que le hacen caso a todas horas. Y eso, ¿en qué se notará a la larga? Pues no lo sabemos, pero a la larga lo que queremos es que nuestro hijo confíe en nosotros. Es decir, tú si tu hijo sale a los 15 años por ahí una noche y alguien le quiere dar unas pastillas, tú quieres que él te lo cuente y que te pregunte que qué hace con esas pastillas, si son buenas o malas,... Pues, ¿cómo quieres que a los 15 años te pida ayuda para eso, si a los 2 años te ha pedido ayuda simplemente para que vayas a hacerle compañía por la noche y no has querido ir?. De alguna manera, le estamos enseñando a los niños que se las arreglen por sí mismos.

Pero hay otro curioso tema que dicen, de que el niño se queda fijado en lo último que vio antes de dormirse. Te dicen que si el niño se duerme contigo al lado, como eres lo último que vio, cuando se despierte a media noche y tú no estés, entonces se pondrá a llorar. En cambio, si tú te has ido antes de que se duerma, como no te vio al dormirse, tampoco te dirá que vayas al despertarse. Esto no tiene ningún fundamento científico, se basa simplemente en un pequeño estudio que hicieron en E.E.U.U. Te dicen que lo que tienes que dejar al lado del niño son cosas que no vayan a desaparecer durante la noche. Es decir, si tú le dejas el chupete, el muñeco,... como no se van a marchar y cuando se despierte lo verá y estará tranquilo y volverá a dormir. En cambio, si es una cosa que va a desaparecer como la madre, el niño al ver que no está el niño dirá: “antes estaba y ahora no está” y se pondrá a llorar. Suponiendo que eso sea cierto, habría una solución muy fácil y es que la madre se quede toda la noche. La madre en la cuna está “un poco mal” pero el niño en la cama del matrimonio está la mar de a gusto. Sería así de sencillo si eso fuera verdad. Pero es que no es verdad, y sino no hay más que hacer un pequeño experimento, no hace falta ni que lo hagas, imagínatelo, ya verás cómo sale seguro, un experimento mental que le llaman. Imagínate que te quedas a dormir con tu hijo y un osito, a tu marido le sacas porque está de experimentador. En el centro de la cama de matrimonio el niño, a la derecha un osito y a la izquierda tú y os ponéis a dormir. A la 1/00 de la madrugada viene tu marido, ahí con la bata blanca porque está de experimentador, y te dice: “eh, ya es la hora despierta”. Entonces, tú te vas y dejas al niño con el osito. Otro día, en cambio lo haces al revés. Viene tu marido a la 1/00 de la madrugada, se lleva al osito y tú te quedas. ¿Tú crees que el niño llorará igual en un caso que en otro? Es decir, ¿tú crees que si el niño está con la madre se va a poner a llorar porque ese osito que estaba a la hora de dormir, ya no está? Es decir, incluso la misma manera de hablar ya indica una actitud: “es que es lo último que ve”. No estamos hablando de cosas, estamos hablando de personas. No es lo último que ve, es su MADRE, puñetas, es distinto. No es lo mismo haber visto a tu madre que haber visto a un osito, que haber visto un poster, que haber visto un chupete. No es lo mismo. Y lo importante no es que fuera la última, es decir, que si una noche el niño se queda a dormir con una canguro desconocida que no le ha visto en su vida, pero ella la hace compañía hasta que se duerme y a media noche vuelves tú, te quedas con él y la canguro se va a su casa, ¿qué, a media noche se despierta y se pone a llorar porque le hecha de menos a la canguro? No, estás tú.

Decíamos que los niños es normal que duerman toda la noche. En el libro este del duérmete niño concretamente indica que a los 7 meses lo normal es dormir 11 horas seguidas. No dice, porque no trae bibliografía, en qué estudio se basa eso pero probablemente se basará si no es en éste en alguno muy parecido que yo he encontrado un estudio que filmaron a los niños en su cuna con una cámara infrarrojos para ver lo que hacían durante la noche. Entonces, el niño que estaba en la cuna desde las 12 de la noche hasta las 5/00 de la madrugada, a los 10 meses era el 44%, y a los 9 meses eran el 78%. Al otro 12% lloraban que alguien venía a sacarlos de la cuna. El que el 78% de los norteamericanos de 9 meses duermen de 12/00 a 5/00 de la madrugada aparecía en letras pequeñas y lo que aparecía en letras grandes del estudio, lo que luego leen algunos y se lo creen, es que la mayoría de los niños duermen toda la noche a partir de los 9 meses. Pero no es toda la noche, es de 12/00 a 5/00, son 5 horas. Lo que pasa es que la mayoría de los estudios norteamericanos de 12/00 a 5/00 es la definición de toda la noche. Pero claro, yo quiero dormir 8 horas, vamos me gustaría, que no consigo. Por lo tanto, que a mí el niño se me despierte a las 4/30 me fastidia lo mismo que se me despierte a las 5/30. Yo con eso no gano nada. Entonces, que pasen en la cuna sin que nadie los vaya a sacar toda la noche pero definida desde que los padres se lo dejan en la cuna hasta que los padres por la mañana ya le vayan a sacar para despertarlo, que es lo que sería toda la noche de verdad, a los 2 meses no es el 44% sino 20% que es la mitad. Y a los 9 meses ya no es el 78% sino el 56%. Es decir, ya tenemos el 44% de niños que 5 horas seguidas que sí que duermen pero 10-11 no. Y eso es normal. Ahora bien, como estaban filmando con una cámara de infrarrojos no podían saber si el niño estaba despierto o no, porque hay niños que se despiertan pero no llaman a sus padres y se vuelven a dormir. Ese es el objetivo del famoso “Duérmete niño”. Ahí no dice que el niño vaya a dormir, dice que cuando el niño se despierte no va a llamar porque despertarse se va a despertar ya que los ciclos de sueño de los niños son así. Entonces, hay niños que no llaman porque son así, hay niños que no llaman pero no porque sean así sino porque le han aplicado el método ese, que les han obligado a ser así y hay otros niños que están en la cuna pero podían estar berreando en la cuna no yendo nadie. Entonces, como están filmando dicen: “niños que están dormidos toda la noche”, dormidos, sin despertarse, sin abrir los ojos desde que acuestan por la noche hasta que se levantan por la mañana: a los 2 meses el 6%, a los 9 meses el 16%. Aquí ya no es la mayoría, aquí es una excepción. Lo normal es que un niño no esté dormido toda la noche, por lo que lo que te dicen en el estudio es una explicación incompleta de unos datos científicos mal explicados.

Los niños cuando duermen junto a la madre, lo que hacen cada 2 horas cuando se medio despiertan o se despiertan del todo pues es, en algunos casos simplemente notan a la madre, la huelen por eso se vuelven a tranquilizar y se vuelven a dormir sin llegar a despertarse del todo; otras veces, buscan el pecho y se ponen a mamar. La mayoría de las madres saben cuántas veces se ha despertado el niño por la noche. Cada familia se organiza de una manera, hay quien se pone directamente en la cama de un niño, hay quien pone al niño en otra habitación distinta. En nuestro caso, lo que hacíamos normalmente era poner al niño en la cuna pero al lado de nuestra cama y en el momento que se ponía a llorar, mi esposa la cogía, la metía dentro y a la teta. Y como ella se quedaba dormida antes que el niño, pues se quedaba con nosotros. Luego me decía: “jo, es que con el niño en la cama no duermo bien”. Entonces yo le decía: “pues, sácalo”. “Es que estoy dormida”. “Pues lo siento por ti”. Claro, si estás despierta lo sacas pero yo no me voy a poner el despertador para sacar al niño de la cama. Si el niño alguna vez amanecía en la cuna eso significaba que por la noche no había mamado ninguna vez. Eso empezaba a ocurrir ocasionalmente hacia los 3 años. Si el niño por la mañana aparecía en nuestra cama, eso significaba que había mamado una o más veces.

Unos investigadores norteamericanos hicieron un estudio en laboratorio de sueño, filmando a los hijos y a las madres con una cámara de infrarrojos y al mismo tiempo con electrodos de encefalograma para ver si estaban dormidos o despiertos o en sueño ligero o en sueño profundo y lo hicieron en un grupo de madres que normalmente dormían con el niño en la misma cama y con otro grupo de madres que normalmente le tenían al niño separado. Luego les preguntaban: “¿Cuántas veces cada noche mama el niño?”. Las que normalmente dormían juntos, la madre decía como media 2’4 mamadas por noche. Cuando dormían normalmente separado como media salían 1’6 mamadas por noche. Entonces, en el laboratorio de sueño les ponían una noche a dormir juntos y otra noche a dormir separados para comparar. Los que en casa dormían juntos y en el laboratorio también dormían juntos, la madre decía que mamaba 2’4 veces pero en realidad mamaban 4’6, es decir prácticamente el doble. Esto se puede explicar o bien porque la madre como no se despertaba no sabía en realidad cuántas veces había mamado o bien porque el niño estaba en un ambiente extraño, estaba más nervioso y buscaba más el pecho. Esa misma pareja que estando juntos mamaba 4’6 veces, estando separados sólo mamaba 3’3. Es decir, la conclusión de este autor norteamericano era que el dormir juntos favorece la lactancia. Cuando los niños duermen con la madre maman más veces que cuando duermen separados. Por lo tanto dormir con la madre es bueno para la lactancia porque maman más. Claro que si la conclusión hubiera sacado un “amigo” nuestro hubiera dicho justo al revés, que la lactancia es mala porque entonces los niños maman demasiado.
Los niños que habitualmente en su casa dormían separados también cuando estaban en el laboratorio juntos mamaban más veces que cuando dormían en el laboratorio separados.

Bueno conclusión: que de alguna manera, el niño que se había acostumbrado a dormir siempre con la madre, estaba tan acostumbrada a mamar más a menudo que, incluso poniendo a las dos con su madre, el que siempre dormía con su madre y el que siempre dormía sólo, el que dormía sólo mamaba menos veces. No puede aprovechar la ocasión para mamar tanto como el otro, seguía mamando menos. De alguna manera, habías acostumbrado a ese niño a hacer cada noche como media una o una mamada y media. Bueno lo que no sabemos es qué influencia tiene eso sobre la nutrición de los niños y sobre otros aspectos.

Ø ¿Esos son números de tomas o en el estudio se refleja en el aumento de peso (el que mame más o menos)?
No, esos sólo miraban el número de tomas.

Ø Es que entonces eso no quiere decir que sea mejor, igual en 3 tomas toma lo mismo que en 7, quiero decir que en el peso no tiene importancia
No necesariamente. Por eso te digo que la interpretación del autor es que eso es bueno para la lactancia, y otros autores dirán que es mala. Probablemente yo creo que en el peso no influía mucho pero lo que más probablemente sí que influiría es en el hecho de que el número de tomas nocturnas es lo que más influye el que a una mujer le vuelva la regla o no, y por lo tanto la probabilidad de quedarse embarazada. A vosotras no os interesará mucho porque probablemente utilizáis otros métodos anticonceptivos, pero que en muchas partes de África, el que el niño mame por la noche muchas veces o pocas veces es la diferencia en tener otro hijo al cabo de un año o al cabo de 3 años y medio cuando no tiene otros métodos anticonceptivos. Es decir, que de muchas maneras directas o indirectas puedes cambiar totalmente la forma de vida de una familia dándole consejos de que tienes que dormir así o tienes que dormir asau. Y es que teníamos que tenerlo claro de no meternos con la gente a cambiarles la vida a no ser que tengamos realmente buenos motivos para cambiárselos. Entonces, yo no estoy recomendando que las madres duerman con los niños; las madres que duerman como les de la gana. Lo que no me parece bien es que haya gente que estén recomendando que las madres duerman separado de los hijos. Sino que es más, diciéndote que si duermen con el niño le vas a crear problemas de desarrollo, problemas psicológicos, insomnio persistente y otra serie de cosas que no es científico y que no hay ninguna sospecha de que eso sea así.
Por ejemplo en Inglaterra en el año 99 se publicó un estudio sobre 300 niños que específicamente hicieron para ver qué relación habría con dormir con los padres o con la madre y la muerte súbita. Les preguntaban a los padres muchas cosas como por ejemplo: “¿dónde suele dormir su hijo? Y ¿dónde durmió su hijo anoche?”. En cuanto a la primera pregunta “en la propia habitación” el 32% y ¿dónde durmió anoche? “en la propia habitación” el 23%. Ahora bien ¿dónde suele dormir? “en la habitación de los padres pero en otra cuna” el 63% y ¿dónde durmió anoche? “en la habitación de los padres pero en otra cuna” sólo el 19%. ¿Dónde suele dormir? “en la cama con sus padres” el 6% y ¿dónde durmió anoche? “en la cama con sus padres” el 29%, niños menores de un año. Es decir, que por una de aquellas casualidades del destino un 23% de niños que no dormían casi nunca con sus padres, justo-justo la pasada noche sí que durmieron con los padres, ¡mira tú que casualidad! ¿Qué pasa? Que hay que preguntar así para que la gente confiese. La gente de entrada te dice: “ui, nuestro hijo, que va, no duerme en nuestra cama, que va!”. Pero si insistes, sale.
En un estudio que hicieron en Barcelona capital, los niños menores de 15 meses dormían con los padres el 3% y los de 15 a 36 meses el 9%. Esto era en un estudio que hicieron el mismo Doctor Estivill con los pacientes que son de una cierta clase social y pacientes que puesto que han tenido alguien allí y lo llevan a visitar allí y les han recomendado el método Estivill y ya les han dicho que es muy malo dormir con el niño. Entonces una de dos; ó lo han dejado de hacer ó si lo hacen no lo dicen. Tenemos de 15 a 36 meses el 9% que todavía confiesa (niños barceloneses de clase media-alta). Ahora, en un pueblo de cerca de Barcelona, se lo preguntaron a otro grupo de niños y se encontraron con que de 5 a 12 meses el 51% duerme con los padres y que entre los 13 meses y los 3 años el 28 % de los niños dormían con los padres. Esto son los que confiesan. Además encontraron una cosa curiosa y es que dentro de esos padres que dormían con su hijo habitualmente, sólo una de cada 5 había acudido al pediatra a pedir ayuda para solucionar el problema. Si yo encuentro eso que hasta el año son más de la mitad y hasta los 3 años son más de la cuarta parte y que de 4 de 5 madres que lo hacen no ven motivo para quejarse, la conclusión que yo hubiera sacado es: dormir con los niños es normal, es una variante de la natalidad como hay gente rubia y morena, pues hay gente que duerme con los niños y hay gente que duerme sin los niños y cada cual elige, y no hay un problema grave de salud sino que para la mayoría de los padres que lo hacen no representa ningún problema.
Curiosamente los autores de este estudio, que tenían unas ideas muy distintas al respecto, la conclusión que sacaban era: dormir con los niños es un problema de salud mucho más frecuente de lo que habíamos pensado y los padres no están lo suficientemente concienciados sobre la gravedad de la situación y por eso lo hacen. Entonces, el objetivo es convencer a todos esos padres que serían: si el 51% una de cada 5 estaban preocupados es el 40% de los padres de una zona rural de Cataluña con niños menores de un año que estaban durmiendo con sus hijos y disfrutando de eso, hay que convencerles de que eso es muy peligroso para que vayan al pediatra o a hacer un tratamiento para esa enfermedad. Cuando ellos ni siquiera se habían enterado de que existe esa enfermedad. Eso es lo que digamos, no estoy dispuesto a tolerar. Es decir, no quiero que la gente se me engañe de esta manera, no quiero que se le hagan ver enfermedades que no existen. Que unos padres están contentos y más felices poniendo a su hijo a dormir en su habitación, pues magnífico, enhorabuena, yo también lo he hecho, no pasa nada. Que pones al niño a dormir en otra habitación y el niño está contento y feliz y no se queja, pues magnífico. No todos los niños son iguales, habrá alguien que necesita estar con sus padres todo el rato y habrá otros que no necesiten todo el rato. Que el niño sí que llora pero tú te aplicas el método Estivill y a los 3 días el niño ya está durmiendo como un bendito, pues enhorabuena. Yo no digo que el método no funcione, como funcionar funciona. Y ¡ojo! Si quieres hacer eso, probablemente es el mejor método. Es decir, entre dejarlo un minuto un día y al otro día 3 y al siguiente 5 minutos y al cabo de 5 entra el padre en la habitación diciendo: ¡ui, hijo mío, que es hora de dormir! Entre eso y el método clásico, que era dejarlo llorar hasta que reviente, desde luego mucho mejor este método. El otro método se ha estado haciendo durante muchos años. Entonces, pues bueno, si hay padres que por el motivo que sea, porque a ellos les apetece,... quieren hacer eso, pues enhorabuena. Que quieren hacer eso con el menor daño posible, pues que utilicen este método. Ahora, lo que no es posible es que a los demás padres que no quieren hacer eso que les intenten convencer de que están haciendo mal, de que están causando un daño psicológico, de que su niño está enfermo,...No, no.

En ese estudio que les comentaba que hicieron en pacientes el Doctor Estivill y sus colaboradores, veían qué enfermedades producía el dormir con los padres. De los que duermen con los padres y se despiertan por la noche, el 89% - 90%. De los que no duermen con los padres 50%. Conclusión: los otros padres hacen que se despierten más a menudo. ¡Hombre! También puedes suponer que es al revés, ¿no? Si a los padres de entrada les han dicho que no duerman con el niño que eso no es bueno y a pesar de todo lo han hecho, ¿por qué será? Porque como el niño se despierta es la única manera de estar todos tranquilos. Entonces, no es de extrañar que en una sociedad en que dormir con el niño está mal visto, acaban durmiendo con el niño en la habitación si tienen un niño absolutamente insomnio. De todas maneras, la mitad, vamos el 51% de los que duermen solos se siguen despertando por la noche. Las horas de sueño son prácticamente las mismas, 10’8-10’4.
El momento de acostarse es desagradable para los padres, en mayor proporción en los niños que duermen con los padres, lo cual volvemos a lo que decíamos antes, es decir, los padres que no están haciendo a regañadiendo, lo están haciendo porque no les queda más remedio, porque sino ven que no hay manera de que duerma el niño ni nadie. El niño que duerme con los padres tarda 25 minutos en dormirse, y el niño que duerme sólo tarda 17 minutos. Claro que si los padres no están allí para verlo, no saben cuándo se ha dormido, lo cual es un poco... 17 minutos será hasta que deja de protestar.
Ø Yo soy de las que voy cuando llama porque yo quiero que la cría confíe en mí y entonces voy. Pero claro, no siempre voy bien, es decir, a veces estoy cansada y no hago todo lo que me pide, ella se enfada,... ¿cómo repercute eso, el ir de mala leche en la confianza?
Desde luego, siempre es mejor de buena leche que de mala leche. Eso seguro. Ahora, no sé, habrá quien diga que “hombre, para ponerte así es mejor que no vayas”. Habrá quien diga eso, yo no estoy tan seguro. A ver, si la cosa llega al punto de que llegas allí y pegas de bofetones, pues evidentemente eso no puede ser bueno. Si la idea es un poco que vas allí y en vez de decir “ay, hijo mío, qué te pasa guapetón” dices, “a ver, ya está bien, a ver cuándo te duermes que ya es hora”, yo si fuera el niño preferiría hasta eso a que no fueras. No sé, yo intentaría imaginar si en esas mismas circunstancias en las que acudes tú a donde el niño, qué preferirías tú si llamases a tu familia o a tu madre, ¿qué preferirías que viniera así o que no viniera? Yo creo que preferiría que viniera; ahora, desde luego, si encima que viene le pillo de buen humor, pues mejor todavía. Eso es más fácil de decir que de hacer.
Normalmente, muchas familias empiezan a dejar el niño en otra habitación y al despertarse a ir cada noche las veces que haga falta, precisamente porque les han dicho que es eso lo que hay que hacer. Es decir, si una persona quiere hacer eso porque dice “yo prefiero hacer eso porque me da la gana, porque es mejor,...” vale, muy bien, cada una tiene su elección. Ahora, es que a mucha gente lo que ocurre es que le han dicho: “No, es que el niño en tu habitación no puede estar porque eso es malo, porque es antihigiénico,...”. Y ante eso: “vale, pues haremos el esfuerzo”. Si se está haciendo por el otro, francamente no vale la pena hacer ese esfuerzo. Y muchas familias que empiezan así acaban llevándose a la habitación de forma definitiva.
En cuanto a la salud del niño, lo único que de verdad es serio es el asunto de la muerte súbita o no. Todas las demás son absolutamente tonterías. El que el niño va a tener más o menos insomnio es una absoluta tontería, el insomnio de los adultos no está causado porque de pequeños hayamos dormido con nuestros padres. Y es más, el mismo Doctor Estivill tiene un libro sobre el insomnio de los adultos y está muy bien. Dice otro planteamiento totalmente distinto, es decir, el tratamiento del insomnio no es: “deje a su marido en la habitación con un póster y una muñeca y vaya usted un minuto fuera, si sigue llorando entra y dígale: cariño mío, yo te quiero mucho pero comprende que ahora se ha ido el sol, que se ha ido la luna, quédate con tu muñeca y con tu póster y duérmete...”. Si eso fuera un tratamiento correcto serviría a cualquier edad, ¿por qué para los adultos no sirve? En el libro de los adultos se habla de por qué esa persona tiene insomnio, de si estará preocupada, de si estará angustiada, de que si está ansiosa, de qué puede hacer para relajarse,... ¿por qué no se habla de eso en el libro de los niños? ¿Es que ese niño no se puede despertar porque está ansioso, porque está preocupado? Ah, no, no se despierta para fastidiar, el adulto está durmiendo, pobrecito, pero el niño se despierta para fastidiar. Pues, en el peor de los casos habría de todo. Es decir, no sé si alguien se despertará para fastidiar, yo no lo creo, pero si hubiera alguien que hiciera alguna cosa así podría ser tanto el niño como el adulto; y también habrá lo mismo que hay adultos que están estresados habrá niños que están estresados por lo que sea.
Pero bueno, a lo que íbamos. No es cierto que les produzca insomnio, no es cierto que les produzca problemas psicológicos. El único estudio medianamente serio que se ha hecho jamás para comprobar si es cierto que los niños que duermen con los padres tienen más problemas psicológicos, lo hicieron unos psiquiatras militares de la base de la marina norteamericana. El libro se publicó en una revista hace unos 6-8 años. Era muy divertido, era un capitán psiquiatra y un teniente psicólogo infantil que decidieron ver qué porcentaje de niños de los que venían a visitar al servicio de psicología infantil de la base dormían habitualmente con los padres y qué porcentaje de niños que venían a revisiones de pediatra dormían con los padres. Es el mismo tipo de estudios con los que se hace lo del tabaco y el cáncer, es decir, coges 1000 personas con cáncer y 1000 personas sin cáncer y les preguntas si fuman o no fuman. Pues bien, en este estudio, los niños que iban a visitar al psicólogo infantil dormían con los padres menos que los otros, los niños sanos dormían más. Y la diferencia era especialmente notable, justo en donde más se apartan los psicólogos, que es cuando el padre (porque siendo militares tenían que ir de misión por ahí) estaba fuera de la base y el niño dormía en la cama con la madre. Que los psicólogos se empeñan en decirte que eso es lo que se dice Edipo triunfante, que se está acostando con la madre, no se qué no se cuántos,... ¡chorrada! Yo dormía con mi madre cuando mi padre se iba de viaje, no lo pedía yo, lo pedía ella como piden la mayoría de las madres. La mayoría de las madres quieren dormir con su hijo cuando no está su marido y en este estudio había una diferencia en el porcentaje de niños que dormían con la madre cuando estaba el padre presente pero la diferencia era mucho más grande cuando el padre estaba ausente. Los niños con problemas psicológicos casi ninguno dormía con la madre, los niños sin problemas psicológicos casi todos cuando el padre se iba fuera dormían con su madre. Entonces, ese es un estudio que se ha hecho para comprobar efectivamente si hay problemas psicológicos o no.
Ø ¿Hasta cuando es conveniente tener al niño en la cama con los padres o cual debe ser el proceso para que vaya a su habitación?
A esto no te puedo dar una respuesta científica porque no conozco ningún estudio serio que se ha hecho al respecto. Te puedo hablar de mi experiencia como padre y de haber hablado con otros padres y madres que me han contado un poco lo que les ha pasado. Yo diría que en nuestra cultura la mayoría de los niños, a los 3-4 años si les comes el coco, consigues que duerma en su habitación sólo. Si les comes el coco quiere decir: “¡hombre, ya eres mayor, enhorabuena, vamos a comprar una cama para ti solito, mira que bien!...” especialmente si tiene otro hermano con quien dormir, normalmente hacia los 3 años es posible más o menos convencerles para que se vayan a dormir a su habitación. Ahora, lógicamente cuando piensas hasta qué edad dormían con sus padres nuestros antepasados en la época de las cavernas, estoy convencido de que tenía que ser muchísimo más, porque no me imagino yo durmiendo en el suelo desnudo a un niño de 3 años. ¿Qué ocurre? Que ahora no vivimos en las cavernas, entonces, cuando tú dejas a tu hijo en una cuna calentito, dentro de una habitación que no se va a mojar con la lluvia, que no va a coger frío, que no se lo va a llevar el viento, que no se lo va a comer el lobo, y saber que tú te vas a 2 metros de distancia, a tu propia habitación y que si llora le vas a oír porque dejas la puerta abierta. Y si esta un poco más lejos, te compras un aparato de esos electrónicos para oír si se despierta por la noche para poder ir. Tú sabes que tu hijo no corre absolutamente ningún peligro, y sabes que no pasa nada malo porque duerma sólo. Lo que pasa es que el niño no lo sabe. El no sabe que tú estás cerca, él no sabe que tú vendrás a media noche, él no sabe que él se despierta para que tú vayas,... es decir, que no estamos hablando de una conducta racional: “voy a ponerme a llorar porque no sé dónde está mi madre, quiero que me oiga y venga”. No estamos hablando de una conducta racional, estamos hablando de una conducta automática. El niño llora porque tiene un instinto. El ser humano es capaz de sobreponerse a esos instintos y de hacer incluso lo contrario de lo que el instinto le manda. Se ve claramente en el asunto de las relaciones sexuales que probablemente nuestro instinto sería bastante más promiscuo de nuestra práctica cotidiana, pero bueno nos podemos aguantar y nos aguantamos. Tú puedes tener hambre y dices: “no, ahora estoy en el trabajo, en la oficina no se puede comer, esperaré a las 8/00 para comer”. Un animal no podría hacerlo. Entonces, lo mismo que la madre sabe que al niño no le pasa nada y que por tanto, aunque llore por la noche y tal, no corre ningún peligro y que puede dejarle sólo y que muchas vecinas dejan sólo, el niño llega un momento que también aprende de esto. El niño, llega un momento que conscientemente tú estas en la habitación de al lado, de que si pasa algo llamará y vendrás, etc, etc,... y en ese momento que lo comprende es capaz de dormir sólo, aunque seguro que por su instinto, por la edad que tiene con 3-4 años, en la naturaleza no hubiera nadie que lo hiciera, pero puede comprenderlo, lo que no puede comprenderlo es con 2 meses, un niño de 2 meses, no comprende eso. Claro, depende un poco del carácter del niño, es decir, va a haber niños que tienen más tendencia a dormir solos, más pronto e incluso al año le convences y se queda en su cuna tranquilo sin protestar y habrá otros niños que se empeñaran en ir a tu cama a los 6-7 a los 8 años. Y cuando a los 3 años, insistiendo mucho consigues convencerles, normalmente será a cambio de que te quedes a hacerle compañía hasta que se duerma, que le cuentes unos cuentos, no sé qué no se cuántos,... y con dormirse sólo sin cuento, es decir, “bueno, adiós, me voy” y el niño no protesta, no pide agua, no te llama, no hace nada,... yo tengo visto que no suele ocurrir antes de los 6-7 años. Y estoy absolutamente seguro de que si tú a tu hijo no te lo sacas de tu cama sino que simplemente esperas hasta que se vaya, estoy seguro de que se va. Llega un momento que se harta y se va. No me creo que por no haberle dicho: “oye, hijo, tú tienes que dormir sólo” tu hijo vayas a tenerlo en tu cama a los 20 años. No me lo creo, es imposible. ¿De qué? ¿se va a traer a la novia también? No, no, no tiene lógica, seguro que se acaba yendo. Si tú estas dispuesto a esperarle a que se vaya sólo, pues esperas. Si estas feliz, él también y todos estaís felices, pues no pasa nada. Si tú prefieres que se vaya antes, pues a cierta edad, cuándo tú veas que está más o menos preparado, pues puedes hacer la prueba e intentarlo. Si ves que intentas y es un desastre todo, pues déjalo unos meses e inténtalo más adelante. Si intentas y ves que más o menos bien, que se queda tranquilo, pues ya le ha llegado la edad.
Ø Yo a veces suelo tener que salir fuera para unos días y esos días mi mujer se lleva al niño con ella a la cama. ¿Esto puede desconcertar al niño?
Normalmente los niños que se van con la madre cuando se ha ido el padre, no tienen ningún problema. El ya sabe que si no está papá “pues, voy yo” y si viene papá “pues, me largo yo”. Le explicas de una manera fácil que esta cama es sólo para los dos. Y curiosamente ninguno te dice lo que te puede decir: “¿por qué no duermes con tu papá?”. Yo a veces se lo he tenido que decir a alguien, porque vienen las madres que están muy presionadas porque se encuentran en medio entre las necesidades de su hijo y los celos de su marido. Y esto es peor que tener gemelos porque encima el más grande es que no te hace ni caso. Y alguna madre me dice: “no, es que yo le metería en la cama porque es que yo voy zombi porque en toda la noche me puedo despertar 5 veces. Y la única manera de que duerma el niño y duerma yo es metiéndolo en la cama conmigo. Yo ya lo haría pero entonces, el que se enfada es mi marido porque dice que no se qué no se cuántos,...”. Y yo le pregunto: “¿y su marido cuántos años tiene?” “35” y “con 35 años, ¿no sabe dormir sólo?. Pues, ya tendría que ir aprendiendo, ¿no?”. Es decir, ¿cómo puede estar con 20-30 años peleando por el amor de una mujer con un niño de año y medio? Es hacer el ridículo. Y lo digo porque yo lo he hecho, porque a mí me explicaron que los niños tenían que dormir sólo, porque me explicaron como pediatra, porque venía en mi libro y porque lo he intentado. Pobrecito, el primero paga siempre todos tus errores. Y al principio dormía sólo la mar de bien, es decir, era unos de aquellos niños que a los 6 meses lo dejábamos en su cunita en su habitación y no había niño y en varios meses no se despertó a media noche, una vez que vomitó y el resto dormía de maravilla, pero a los 2 años y medio empezó a venirse a nuestra cama, a llamar, cuéntame un cuento, no se qué no se cuánto,... y de pronto un día, me encuentro con el niño de 3 años, él intentando salirse de su habitación para venirse a nuestra cama y yo sujetando por fuera bien bien para que el niño no saliera de su habitación. Y de pronto pensé: “pero bueno, pero estás peleando con un niño de 3 años, esto no es serio,...” y ya, le dejé salir. Llega un momento en que tienes que darte cuenta de quién es realmente el que necesita a esta buena señora que tenéis a medias y quién se puede aguantar sin ella. Que no se cabe en la cama, pues que se salga el más maduro. Si fueran 2 hermanos, se saldría el más mayor, ¿no? Pues habiendo la

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    :pe: Creadora de DormirSinLlorar.com (2004)
    :55: Coautora del libro Dormir sin llorar (2014)
    :pe: Docente en Curso Sueño Infantil para Profesionales en TerraMater.es (2018)
    :pe: Codirectora en Centro de Estudios Sueño Infantil CESI
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por rafi
#2018 Si fueran 2 hermanos, se saldría el más mayor, ¿no? Pues habiendo la diferencia de 20 años, a ver quién se tiene que salir. Otra gente lo que suele hacer es comprar cama grande. Hay gente que el marido se va de excursión; a veces protesta y a veces está feliz y contento y te dice: “oye, te importa si me voy” (porque así pasa una noche tranquilo), luego se queja un poco para que no se diga pero en realidad está felicísimo de haberse ido a la habitación del niño a dormir. Otra gente lo que hace es, si tiene una habitación lo suficientemente grande, intentar juntar dos camas de matrimonio. Aquí hay que tener mucho cuidado, porque un niño pequeño puede quedar enganchado entre los dos colchones y no poder respirar (con niños menores de 6 meses tener cuidado). A veces se juntan una cama de matrimonio y otro normal. Otras veces se pone lo que se llama la cuna en sidecar. Para esto, hay que buscar una cuna que esté a la misma altura del colchón de la cama de matrimonio, si hace falta se puede poner doble colchón para que quede igualado, y bajar la barandilla de la cuna de ese lado. Entonces, es prudente sobre todo para los niños que se mueven mucho, atarlos (las camas) para que no puedan separarse a media noche y el niño caerse. El niño está en su cuna pero está al al lado de la madre; si hay que mamar lo hechas más pa’ cá, si a media noche te empieza a echar patadas y te molesta lo echas más pa’ llá y cada cual se va organizando como quiere y como puede. Hay gente que lo tiene en otra habitación y que no le importa levantarse las veces que haga falta para irse con el niño, y que prefiere eso a meterse en su habitación.
Ø ¿Es bueno acostumbrarle a dormir en una cama sólo con unos meses? Ahora hay unas sábanas que les pones para que no se caigan ni nada
A ver, es que es eso, no es ni bueno ni malo, es según el objetivo que tú quieras. Si tú quieres acostumbrar a tu hijo en una cama sólo porque tú quieres que tu hijo duerma en una cama sólo, pues hazlo, muy bien. Tú ya verás si funciona o no funciona. Claro, si dejas en una cama sólo y ves que el niño está bien, pues sigue. Si lo dejas en la cama sólo y el niño se pasa toda la noche llorando, pues por lo que se ve al niño no le gusta. Tú misma. Ahora, que no lo hagas porque has oído que si no duerme en una cama luego va a tener problemas, no se qué,... No, eso es mentira. Si tú quieres que duerma sólo, que duerma sólo. Si tú quieres que duerma acompañado, que duerma acompañado. Y de las dos maneras se pueden criar los hijos la mar de majos y se harán mayores, se casarán y no pasará absolutamente nada.
Ø Nosotros dormimos tres en una cama (bueno dos camas juntas) pero se despierta una media de 6-7 veces cada noche y yo me desvelo y la verdad es que estoy un poco en el límite. Lo que sí se es que mi físico tiene un límite y me gustaría que comentases si hay algo que se puede hacer. No quiero una fórmula mágica porque no creo que haya pero saber si con 2 años y medio -3 años se le puede hacer entender de que “tu mamá está muy cansada, yo te quiero mucho y estoy para lo que quieras pero ahora necesito dormir”.
Esto es muy relativo, depende de cada niño, depende de cada madre y desde luego de mágico nada. Esta situación es un poco molesto, es decir, desde luego no se duerme tan bien como cuando estabas soltera, ya sólo tener al marido en la cama es una pesadez, se ponen muy raros a partir de cierta hora de la noche. Muchas madres, pues simplemente son capaces de dejar que el niño mame prácticamente sin despertarse y duermen casi de un tirón aunque el niño vaya mamando. Por lo visto, esto en tu caso no funciona, tú te desvelas del todo y eso no te deja dormir bien. Pero, tampoco funcionaría muy bien lo que me has comentado, es decir, si tú en vez de dar el pecho 5 veces cada noche pruebas decir “mira, yo te quiero mucho pero necesito dormir,...” te desvelarías igual. Tú lo que necesitas es que el niño no se despierte pero si se despierta entre darle la teta que se calla enseguida y empezar a hablar, explicarle, discutir, acariciarle,... probablemente acabes antes con la teta. No sé, a mi no se me ocurre otra manera. Tú lo que necesitarías sería: o conseguir dormir de un tirón aunque el niño mame, y eso no sé cómo se hace, es decir, hay quién lo hace y hay quien no puede pero no se cómo hacerlo cuando no te sale; o conseguir que el niño no se despierte o al menos se despierte menos veces o conseguir que tu marido se haga cargo del niño cuando se despierta. Otra solución sería dormir la siesta.
El famoso método Estivill está copiado de uno que en E.E.U.U. se llama “método Ferver” que es un libro que dice exactamente lo mismo, un minuto, 5 minutos, 7 minutos, si llora,... pero que está bastante mejor, es decir, explica muchas más cosas, explica más lo motivos y los por qué. Que yo sepa no está traducido al castellano, pero si buscas te da el típico método para que el niño duerma en su habitación pero también te da un método específico para estos casos. Yo no se si de verdad funciona siempre, o a veces o qué pero te habla de niños que maman muchas veces cada noche. Y entonces, ya os digo que es muchísimo mejor que el otro, no te recomienda a hacerlo a la bestia. Primero vamos a enseñar al niño a que siga durmiendo con la madre pero sin mamar, y una vez conseguido eso, ya pasaremos a enseñarle a dormir sólo, porque dormir sólo y encima sin mamar ya es el colmo. El lo plantea así, como dos etapas, pero supongo que se puede hacer también una sola etapa y quedarte ahí. Entonces, ya te digo, no se si funciona siempre o a veces, o tal pero lo que recomiendan es hacer parecido a lo de Estivill pero con el mamar. Es decir, cuando el niño pide pecho te esperas un minuto, y la próxima vez esperas 3 minutos, y la siguiente 5 minutos, y mientras tanto le puedes ir diciendo eso: “yo te quiero mucho y estoy aquí pero comprende que es que ahora no te puede dar el pecho no se qué no se cuántos,...”.
A ver, desde luego que con 2 años y medio el niño no va a pasar hambre porque deje de mamar por la noche, es decir, de día ya está comiendo de todo, por lo tanto, no es que necesite el niño mamar tantas veces. Mama porque le apetece, porque disfruta pero no necesita para comer y parece ser que muchos niños, primero se acostumbran a eso y segundo, como despertarse a media noche pero no amamantar no es tan divertido, llega un momento que tampoco se despiertan tanto. Lo que ocurre es que puede haber niños que intentes hacer eso y se pongan a llorar como fieras y entonces, la solución sería que durante un tiempo se llevase el padre de paseo. Pero eso sería con la idea de ver si de esta manera el niño se acostumbra un poco y al cabo de unos días se puede volver a la normalidad, porque evidentemente hacer esto durante meses acabáis más zombis que ahora. La idea sería a ver si de esta manera el niño cambia. Lo que propone este autor norteamericano es, el niño pronto se dará cuenta de que puede decir o en la cama con mamá pero sin mamar o paseando con papá en el pasillo. Pero, lo que no puede elegir es en la cama mamando porque eso no se lo van a dar. Entonces, no estás dejando hacer caso a tu niño emocionalmente, pero a esta hora no se come, lo mismo que no se va a la calle no le das la teta. Y dicen, que la mayoría de los niños se acostumbran a esto y al cabo de unos días empiezan a sentir quedarse con su madre pero sin mamar. Entonces, en vez de despertarse 5 veces, pues sólo le tienes que dar 2 veces.
Ø ¿Tú crees que con 2 años se puede entender eso?
Sí, porque claro, cuando se dice en estos casos “lo entiende” no es que lo entienda, quiere decir que funciona, “entiende” en el sentido de que la rata aprieta la palanca, no es que entiende es que funciona. Es decir, el niño de una manera se condiciona a hacer eso. Le das a elegir entre dos opciones, ninguno de las dos opciones es una crueldad, es decir, estas en la cama con mamá no es una crueldad y llevárselo papá en los brazos tampoco es una crueldad y el niño puede elegir. Y la mayoría de los niños pues elige quedarse con mamá sin mamar y por tanto, ya no se tiene que despertar papa que durante unos días ha tenido que pasar las de Caín. El padre puede hacer también eso de 1,3,5,7 minutos. No hace falta que el padre esté una hora paseando hasta que el niño se duerma. Por ejemplo, en la práctica, el niño se despierta a media noche y entonces tú dices: “no, teta no, que estoy cansada,...” y a ver si se calla. Puede ayudar el ponerte una pijama más cerrado, de manera que sea realmente difícil llegar a la teta y a los mejor se desalientan; ¡hombre, con los maridos funciona!. Entonces, que por las buenas se calla, pues ya está. Que se pone a llorar y a llorar, pues le pegas una codazo a tu marido y él lo coge, y se levanta con él, le dice: “ay, pobrecito, cuchicu, cuchicu,...” se lo lleva por el pasillo y al cabo de un minuto, pum. Vuelve en cuanto el niño ya está calmado y ha dejado de llorar. La chinea un poco, lo vuelve a dejar en la cama y se vuelve a meter. La idea es irse llevando cada vez más rato hasta que al niño esto le sirva de aprendizaje. La mayoría de los niños que duermen con los padres maman varias veces por la noche, la mayoría de las madres lo llevan bastante bien y los padres muy bien porque no se despiertan ni a tiros y la mayoría de las veces no hay muchos problemas. Pero de tarde en tarde te encuentras algún caso desesperante, el tuyo es medio desesperante, el tuyo no es nada especial, eres tú quien no puede más. En algunos casos he visto madres que dicen que aunque les den la teta en la cama, siguen llorando, y que el niño hay que levantarlo a otro sitio, y has niños que es que si no maman de pie no maman, y hay niños que la madre se tiene que sentar en un sillón o en una mecedora porque sino el niño no se duerme,... Yo creo que en estos casos ya un poco extremos, sí que se está ocurriendo lo que te dice “duérmete niño” que lo has acostumbrado. Es decir, el llamar a la madre y querer estar con la madre sí que es una necesidad pero entre estar con la madre los dos tranquilos en la cama sentados o hacer que tu madre se levante y vaya hacer no se qué,... eso yo creo que ya no es necesidad.
Entonces, creo que probablemente lo que nos ha ocurrido a algunos es que precisamente porque hay mucha gente y un libro que critican nuestra manera de tratar a los niños, a veces nos hemos ido al otro extremo. Por ejemplo, no hay absolutamente ningún experto que te diga: “hágale usted pasar hambre a su hijo, que el hambre es buena”. Si tiene hambre le das de comer. Si hubiera alguien diciendo por ahí: “tiene que hacer pasar hambre a los niños, y un día por semana no le den nada de comer y déjelo que haga una limpieza de estómago y que pierda un kilo y entonces,...” por supuesto todos dirían: “pero, ¡qué barbaridad! ¡Cómo pueden hacer sufrir de esta manera a los niños! hay que darle de comer cada vez que pide”. Y es posible que con esta idea de que hay que dar de comer cada vez que pide y que no se le puede hacer pasar hambre a los niños, algún niño empieza a pedir caramelos y la madre le de todas las que quiera. Y a lo mejor, nos encontraríamos con niños que cada día tomaran 50 caramelos. Pero, eso no ocurre porque no ocurre ninguna de las dos cosas. Es decir, ni nadie te dice: “haz pasar hambre al niño” ni a ninguna madre se le ocurre que es bueno para el niño comerse 50 caramelos. Entonces, todo el mundo sabe que sí, cuando tu hijo tiene hambre le das de comer, pero a nadie se le ocurre que hay que darle 50 caramelos al día. Entonces, yo creo que con el tema de dormir con el niño a veces ocurre un poco esto, que nos critican tanto por hacer lo que creemos que tenemos que hacer que nos vemos obligados a poner tan a la defensiva, en el sentido de que “yo a mi hijo le hago caso...”, que a veces damos incluso cuando no lo necesitan, a veces corremos demasiado porque a veces un niño necesita estar contigo pero no necesita que le cantes un mambo. Entonces estás con él pero en la cama estirada, tranquila. Y si él a media noche dice: “quiero que me paseen” pues “lo siento mucho pero a media noche yo no te paseo, quedamos en la cama tranquilos y...”. Ahora, hay gente que se lo toma tan a pecho que “al niño hay que hacer todo lo que me pida, todo lo que quiera...” no, todo lo que quiera no. Esto es distinto de lo que mucha gente dice que a los niños hay que ponerle límites.
Ahora, cuando vas a la sección de libros para padres de una librería hay montones de libros que se titulan “cómo poner los límites a los niños”, “por qué poner límites”, “cómo influyen los límites”... Y la teoría de lo que parten es: los niños cuando no tienen límites son desgraciados. Y esta teoría tiene dos errores: una es decir que la falta de límites hace desgraciados, cuando a los adultos normalmente lo que nos hacen desgraciados son los límites, es decir, tú eres desgraciado porque no tienes para irte de vacaciones, porque no tiene para cambiarte de casa, porque... son los límites lo que te hace desgraciado y no la falta de límites. Pero sobre todo, el error que tienen estas teorías es decir que existen niños sin límites, es decir, dónde has visto tú a un niño que no tenga límites para poder decir que no hay ningún niño que pueda comer cada día todos los caramelos que quiera; primero porque ninguna madre se los daría y segundo porque si se los daría le dolería la barriga y porque no le cabría en la boca todos los caramelos que quiere,... No hay ningún niño que pueda conducir un coche porque no tiene carnet, no hay ningún niño que con 5 o 7 años un día te diga: “hoy no voy a la escuela” y no vaya, no hay ningún niño que diga: “cómprame un caballo” y se lo compren, bueno si vives en una granja y eres rico sí, pero sino no, en la ciudad no hay caballos; no hay ningún niño que diga “yo quiero jugar con el gas y encender y apagar la cocina” y con 3 años le dejen; no hay ningún niño que te pide un billete de 100 euros y se lo des,... es decir, todos los niños tienen límites y los límites algunos nos vienen marcados por la misma naturaleza, es decir, no puedes volar, ya me gustaría a mí volar pero no puedo, no tengo alas, por lo tanto, no puede volar, es un límite que tengo. Otros nos vienen marcados por la preocupación que tenemos los padres por la salud de nuestros hijos, es decir, no les vamos a dar demasiados caramelos, no les vamos a dar demasiados dulces, no vamos a permitir que vivan solamente de patatas Matutano, ni vamos a permitir que con un años coma cacahuetes porque se puede atragantar, ni vamos a permitir que vaya por la autopista en bicicleta porque les puede atropellar un coche,... Hay límites que seguro que todos los padres por más mimado que tengan al niño se los ponen. Hay cosas que porque no tenemos dinero para dárselas, porque nos piden cosas que no están a nuestro alcance. Hay cosas que no les podemos dar porque no se pueden dar, porque no existen, es decir si te dice: “quiero un ovni” y ¿de dónde vas a sacar? Pues no se lo vas a dar,... No hay niños que 100 veces al día no se encuentre con cosas que quería hacer o tener y no puedas hacer o tener. Todos los niños tiene montones de límites. Entonces, lo que sí puede hacer desgraciado a un niño es que hoy dice: “papá, dame un caramelo” y se lo das y mañana dice: “papá dame un caramelo” y le das dos bofetadas. Lo que sí hace desgraciado a un niño es que un día dibuje en la pared y dice: “¡ui, qué dibujo más bonito ha hecho!” y otro día dibuja en la pared y dice: “¡oye!, ¡cómo puedes pintar en la pared, parece mentira con el trabajo que me costó el pintar!”. Lo que le molesta al niño, en todo caso, son los límites cambiantes, los límites que no le permiten saber qué es lo que le dejan hacer y qué es lo que no le dejan hacer. Pero incluso en eso, si tú un día le das un caramelo y al otro, sólo por pedir le das dos bofetadas, eso es malo, pero no es malo porque no le has dado el caramelo, es malo por los bofetones. Pero si tú un día te dice: “quiero un caramelo” y se lo das y otro día te dice: “quiero un caramelo” y no se lo das, eso lo hemos hecho todos, porque si no qué vas a hacer ¿dar todos los que quiera? No lo haces, ¿no darle ninguno? No lo haces. A tu hijo un día le das un caramelo y otro día no se lo das, un día te dice: “quiero ver esta película por la tele” le dejas y otro día porque al día siguiente hay que ir a la escuela y levantarse pronto no le dejas,... Por lo tanto, continuamente los límites están cambiando. Si cambias de una manera educada, si no empiezas a pegar bofetadas ni a reñirle por una cosa que no hace ningún daño, pues parece que tampoco es malo que los límites cambien. ¿Es malo que el límite esté más arriba o más abajo? Tampoco es malo, es decir, seguro que a todos los niños ricos les permiten más cosas que a los niños pobres, seguro que tienen más juguetes, seguro que van más lejos de vacaciones, seguro que montan más a caballo,... y bueno puede haber alguien que por ese motivo tenga problemas no se qué no se cuántos, pero la mayoría de los niños ricos está la mar de bien. Es decir, la gente con problemas psicológicos, la gente que se mete en la droga,... suele ser más bien pobres que los ricos. No es el exceso de cosas, lo que sí que puede haber es padres que malcríen a sus hijos no porque les compran muchas cosas porque son ricos, sino porque les compran muchas cosas para no hacerles caso. Es decir, si tu hijo te dice: “papá, quiero montar a caballo” y tú te vas a montar a caballo con él. Ahora, si tú eres rico y tu hijo te dice: “papá, quiero montar a caballo” y tú le dices: “toma un millón, cómprate un caballo y calla” y no le haces ni caso, le dejas en la pista de equitación y tú te vas a tus cosas y no le haces ni puñetero caso a tu hijo, de esa manera sí que estas malcriando a tu hijo. Y eso, hacemos muchas veces los padres; nos sentimos tan culpables de la cantidad de horas que hemos trabajado, de la cantidad de horas que le hemos dejado en la guardería, que tal y que cual,... que luego para intentar ser buenos padres compran todos los ordenadores, todas las consolas,... hacerle todos los caprichos, lo cual no sería malo si además le hiciéramos caso. Es decir, si tú estás con tu hijo, juegas con él,... y además le compras la play station, pues magnífico, cómprasela. Ahora, si tú le compras la play station para que te deje en paz, para no hacerle caso, para que juegue sólo, para que tú estés viendo el partido por la tele,...entonces sí que la hemos fastidiado, porque lo que le estás enseñando es que es más importante la play station que estar con el padre, le estás enseñando a valorar más las cosas materiales que la relación humana con dos personas.
Todo esto viene de lo que comentaba antes de los límites, es decir, yo lo que no estoy diciendo “al niño tienes que marcarle unos límites porque los niños necesitan límites”. No, los niños no necesitan tener límites y si los necesitan, pues es igual porque lo van a tener seguro porque los límites existen, porque la vida nos da. Lo que estoy diciendo es que pongas unos límites donde de verdad tú estés dispuesto a llegar. Si a ti no te importa que tu hijo duerma en tu cama, déjale que duerma en tu cama, no le haces ningún daño. Pero si a ti te molesta mucho que tu hijo duerma en tu cama, ¿para qué le vas a dejar? Para estar luego todo el tiempo riñéndole, “parece mentida, con la edad que tienes y durmiendo con los padres!”. Pues no, si tú no lo quieres hacer no lo hagas. Lo que no puedes hacer es dejar a tu hijo a hacer una cosa y encima luego, reñirle por haber hecho. Eso es lo que realmente hace daño al niño.
Cuando tú a tu hijo no le quieres dar una cosa, puedes mantenerte firme y no dársela. Pero eso no significa que no le hagas caso. Es decir, no es lo mismo que tu hijo se ponga a llorar (un niño mayor porque los niños pequeños siempre lloran), pero un niño de 10 años puede llorar porque quiere una bici. ¿Es una crueldad no comprarle la bici? No, no es una crueldad, si no se la puedes comprar no le compras y punto. Ahora lo que sería crueldad, es decir: “pues mira, ahora como has estado llorando, pues ahora castigado en tu habitación, hasta que...”. No, no, si no se la compro no se la compro. ¿Qué se sube por las paredes? Es igual, no se la compro, pero le sigo queriendo, sigo jugando, le sigo llevando de paseo pero si no le quiero comprar no le compro, y no hay vuelta de hoja. Si tú tomas una decisión que está plenamente justificada, no tienes por qué cambiarlo simplemente porque el niño se ponga a llorar. De la misma manera que si tomas una decisión que sí que se puede cambiar, pues puedes cambiarla porque el niño te lo pide. Tampoco hay que caer en aquello que te dicen: “no, es que una vez que hayas dicho una cosa no puedes volver atrás porque entonces el niño te pierde autoridad, el respeto y no se qué...”. Todo eso es mentira. A los gobernantes les respetamos normalmente cuando saben ceder. Nos gusta mucho más que habiendo un gobierno democrático nos hagan caso que tener un gobierno dictatorial y que se salga siempre con la suya. Tampoco queremos estar así como en Argentina y que el gobierno cambie cada 3 días. No, no es eso lo que queremos. Queremos una gente con una cierta estabilidad que esté dispuesto a hablar. Si yo a mi hijo le digo una cosa que en principio me había parecido mal pero bien mirado, pues a los mejor sí que podía, pues bueno “mira, cambio de opinión, sí que te lo daré porque veo que...” y los niños entienden eso perfectamente y con eso no te pierden el respeto sino ganan el respeto porque te ven una persona amable y respetuosa.
¡Ay, a dónde hemos llegado, si estábamos hablando del sueño! Es que me han dicho 4 horas y 4 horas de sueño dan tiempo hasta para echar una siestecita, no se qué contaros del sueño.
Ø Claro, así exponiéndolo parece fácil ¿no?. Yo tan claro no lo tengo. Yo no quiero dormir con ellas pero ellas quieren dormir conmigo, yo las quiero y no quiero que sufran, o sea, yo tengo un lío terrible. Yo no duermo con ellas porque nadie me lo dice ni no quiero dormir porque nadie me lo dice, o sea yo un poco lo que siento que las crías necesitan pero claro, a costa de mí. Entonces, yo no se cómo equilibrar ellas, yo,... ¿me explico lo que te quiero decir? Entonces, claro esperas primero un poco la edad, esperas luego al momento... Yo con mis crías tienen 4 y 3 años. He hecho lo del agua, pero no, quiere mi presencia; lo de la luz,... no, quiere mi presencia.
¿Quiere la presencia toda la noche o quiere tu presencia para dormir y luego te puedes ir?
Ø La mayor ya me dijo que yo la duermo y luego me despierto a cenar y a estar sola, eso ya es bastante. Hoy cuando le he contado que venía a hablar con un señor lo del sueño, ella me decía que igual me dirías que se levante ella también conmigo. O sea, ella por ella sola en la cama no. Ya está. Entonces, yo me levanto, ceno, no se qué no se cuántos,... me voy a la cama, me viene una, luego me viene la otra, vamos a dos camas, luego yo me voy a mi cama a escondidas pero terminan viniendo. Y claro, hay noches que duermes pero hay otras que te subes por las paredes. Yo hago cosas como que me pego un mes durmiendo con ellas, bien, pero de repente me doy cuenta de que no quiero dormir con ellas.
¿Cuándo puede ser un momento que digamos que lo hagas y que tampoco pases por encima de su cadáver?
Es que es eso, no se puede saber porque depende del niño y es una negociación constante. Es decir, depende de la insistencia que tengan ellas en llamarte y en la insistencia que tengas tú en no ir. El día que realmente digas, “pues no, pues hoy no voy” pues no irás, y el día que digas “ay, pobrecitas. Venga voy a ir”, pues irás. Si tú lo que quieres es que tu hija que te está llamando te deje de llamar o tú de ir, es que no es el momento, es que si fuera el momento no te llamaría. Pero bueno, a ver, una cosa es que ella espontáneamente decide llamar y otra cosa es que, bueno, con esas edades y si se le explica bien pues a lo mejor no hace falta que vayas dos veces. Ese es el asunto, no sé.
¿Le estás haciendo daño? Hombre, a ver, si hubiera una reunión de niños a los mejor tu hija diría: “Es que mi madre me tiene un poco preocupada porque últimamente cuando la llamo parece que se pone nerviosa y yo no sé hasta qué punto le estoy creando un trauma? Usted doctor, cree que la tendría que seguir llamando o es mejor que en una temporada no la llame?” .Y le diría, “hombre, pues no sé, depende de cómo la veas desesperada y depende de las ganas que tú tengas de que venga. Si para ti es realmente imprescindible que venga pues, llámala. Si ves que puedes aguantar un poco, procura no llamarla tanto, pobrecita”. Es que es lo mismo. Es una negociación por las dos partes en que se va llegando a equilibrio.
Yo sé lo que me ha servido a mí pero por supuesto lo que le sirve a uno puede que no le sirva a otro, cada uno tiene sus necesidades. Yo he probado con distintos niños las dos orientaciones principales, que serían, ponerlo en su habitación desde el primer día para que duerma sólo y ponerla en tu cama desde el primer día para que duerma contigo. Me ha salido mucho mejor con el segundo; pero vamos con diferencia. Mi idea personal, pero no conozco ningún estudio científico que lo demuestre o que lo confirme, es que el niño cuando más intentos haces por separarte de él, más se engancha. Y que es mejor hacer de una tacada y ya se le pase. Y por otra parte, es lógico si lo analizamos porque es así también como funcionan nuestras relaciones interpersonales. Según un psicólogo inglés muy famoso, éste estableció la teoría del apego y decía que esta primera relación con la madre es la que configura todas las demás relaciones y que de alguna manera todas las relaciones que tú tienes en la vida con otras personas provienen de esa relación que tuviste con la madre. Y entonces, nos es más fácil quizá ver cuál es la relación de nuestros hijos y nosotros si nos damos cuenta de cuál es nuestra relación con otras personas. Por ejemplo, imagínate que tú estas una tarde con tu marido en casa y él va para una habitación y tú para otra y os cruzáis por el pasillo, ¿qué le dices? Generalmente no le dices nada, con un poco de suerte, si el pasillo es estrecho le dices: “aparta”, no le saludas al cruzarte en el pasillo. En cambio, si tu marido sale de trabajar y vuelve a casa, pues vas a la puerta y le saludas y esperas que él te salude a ti. Y si él pasa a tu lado sin decir “esta boca es mía” te enfadas. Es decir, cuando ha existido una separación tú le exiges que tenga una serie de conductas ritualizadas que sirven para compensar la separación anterior. No puede irse a trabajar y volver sin decir “hola, qué tal estás” y darte un beso. Y de recién casada esperabas que además te contase cosas porque las mujeres sois así, a la larga os dais cuenta que no contamos nada, y a la larga lo dais por imposible. Entonces bueno, el tío te dice “hola” y te da un beso, va para la tele y tú “bueno, qué le vamos a hacer, si en el fondo es buena persona”. Ahora, imagínate que tu marido se va a Nueva York de viaje de negocios, y vuelve al cabo de una semana. Llama a la puerta, le abres, “hola, ¿qué tal?”. “Bien”, te da un un beso y se va para la tele. Lo matas, “¿cómo, cómo, has estado una semana en Nueva York y no me cuentas nada? ¿Cómo te ha ido”, “Bien”, “¡Cómo que bien! Pero, ¿Dónde has estado? Pero ¿Qué has hecho? Pero ¿qué has comido? Pero ¿Viste las torres gemelas?”. Cuando la separación ha sido sido más larga necesitas muchas más conductas ritualizadas para establecer otra vez el contacto. No se conforma con un beso y ya está. Necesitas una atención especial, necesitas que traiga un regalo de Nueva York, un regalo que no vale por lo que vale, que lo puede haber comprado en la tienda de la esquina y de hecho muchas veces lo ha hecho así; necesita la prueba de que estuvo pensando en tí mientras estaba en Nueva York. Ahora bien, tú sabías que se iba a Nueva York y qué día volvería. Pero imagínate que tu marido siempre viene a las 5/00 y un día pasan las 5/00, las 5/15, las 5/30, hasta las 6/00 y no ha llegado. Y de pronto a las 6/00 aparece. Si te explica “es que en la oficina había no se qué, que tal, que se ha retrasado, que se encontró con no se quién y se fue a tomar una cerveza que hacía mucho mucho tiempo que no le veía,...” dices, “bueno, no pasa nada”. Pero imagínate que en vez de una hora te tarda 5. ¿Qué te va a contar? “De que había huelga de autobuses, que se encontró con no se quién..” Y tú: “¡pero será posible, no podías llamarme, tú sabes lo preocupada que he estado, pero, pero, esto no lo vuelvas a hacer, pero cómo te atreves retrasarte 5 horas sin decirme nada!”.
Cuando es una separación más larga y además inesperada, el cabreo es tremendo y obligas a tu marido a hacer muchas cosas para perdonarle. Es decir, la reacción ante una persona mala es la ira. Cuando la persona a la que amas se ha ido y luego vuelve, no le recibes con los brazos abiertos, no le recibes enfadada. Eso es lo que hacen nuestros hijos con nosotros. La diferencia es que lo que para ti es una hora, para tu hijo es una eternidad y por lo tanto, tú con una hora dirías “bueno, va, una hora no pasa nada” pero tu hijo se enfadaría mucho porque para él ha sido demasiado tiempo. Y lo que pasa es que tu hijo nunca sabe a qué hora vas a volver. Tú no te enfadas cuando tu marido viene a las 5/00 porque sale de trabajar a las 5/00, claro, si es normal, cómo te vas a enfadar. Pero tu hijo no sabe que tú sales de trabajar a las 5/00, tu hijo de un año, año y medio lo que sabe es que su madre se fue y de pronto aparece, aquí sin venir a cuento, “y de dónde me sale esta tía? ¿por qué se ha ido?” y se enfada. Y es lógico que por una parte que te quiera ver, que te quiera tocar, que te quiera besar, que te quiera abrazar, pero por otra parte, que se enfade contigo, que llore contigo, que se ponga nervioso, que ahora parece que me rechaza, ahora parece que no me mira, la madre termina de trabajar, vuelves con toda la ilusión a ver a tu hijo y te hace como que no te ha visto y cosas de este tipo.
Imagínate que tu marido no viene en toda la noche. Te pones a llamar a las ambulancias, te pones a llamar al teléfono 112. Cuando más larga sea la separación peor.
Imagínate que tu marido un día te llega 3 horas tarde y te cuenta que el trabajo que no se qué que no se cuántos, que había un control de carreteras, que estaba cortado que tal y que cual. Bueno, vale. Imagínate que esto pasa todos los jueves. ¿No contratas un detective privado, a ver dónde va los jueves? Es decir, una separación repetida hace que te enfades todavía más y que estés más sensible ante nuevas posibles separaciones. Y esto es muy típico cuando un niño ha estado en un hospital. Un niño que ha estado en el hospital, incluso ahora que te dejan ir con él y estás muchas horas y tal y cual, pues no has estado todas las horas que querrías. También tienes otros niños con los que estar, no puedes estar sólo con uno, quieras que no ha habido una separación acompañada además de angustia, sufrimiento y dolor. Cuando tu hijo vuelve a casa, lo normal es que se comporte como un niño más pequeño, que si hablaba hable menos, que si caminaba camine menos , que quiera dormir contigo aunque antes había empezado a dormir sólo, que te pida que de des de comer cuando ya comía solo, y que quiera estar todo el día enganchado. ¿Qué te va a decir la gente? Que lo estas malcriando, que estas acostumbrando, no se qué no se cuántos. Si lo intentas acostumbrar no hacerle caso porque esto es vicio, porque... lo que haces es machacar sobre la ira. Después de una separación más separación y el niño se pone cada vez peor. Si en vez de eso lo que haces es aceptar que ha habido una separación, que el niño necesita algo para compensar, lo coges en brazos, lo vuelves a meter en tu cama, le das la comida, no sé qué no sé cuánto... el niño se pasa así 7-10 días y luego, poco a poco se le va pasando la angustia, va mejorando y vuelve a la normalidad.
Si tu marido se va de casa pero tú sabes que se ha ido a trabajar y que va a volver, no te pones a llorar. Y por eso, cuando tú te vas y tu hijo se pone a llorar tenemos tendencia a pensar: “ui, estos niños, qué poca paciencia tienen, qué exigentes que son, qué malcriados que están. Es que me voy un momento y se pone a llorar...”Tú sólo te pones a llorar cuando pasan 5-7 horas que no ha vuelto tu marido y no sabes qué pasa,... y entonces sí que te pones a llorar, sino no. Pero imagínate que tu marido te dice: “ya está bien, estoy harto, no hay quien te aguante, me voy de aquí...”. Le ves que mete la ropa en la maleta y se va. ¿Tú te esperas 7-8 horas para ponerte a llorar? Te pones a llorar en ese mismo momento. No te pones sólo a llorar, es que te sales persiguiendo por las escaleras y si tienes que hacer una escena, lo haces y aunque salga la vecina del 4º, tú te pones delante de tu marido y le preguntas “qué pasa, pero cariño mío,...” montas la escena para que no se vaya, a no ser que tú estés harta de tu marido y ya estés contenta de que se vaya. Pero eso sólo ocurre cuando la relación ya era mala. Si tú tenías una buena relación con tu marido y un día sin saber por qué te dice que se va, que no te quiere ver más, lo que haces es salir corriendo, no te importa hacer lo que sea con tal de que vuelva. Y ¿por qué nuestro hijo hace eso siempre que nos vamos, cuando tú sólo haces cuanto tu marido se va de casa para toda la vida? Porque tu hijo no sabe que tú vas a volver. Cuando tú te vas y dejas un niño de 6-8 meses, de un año y medio, él no sabe que tú vas a volver y aunque se lo digas, no lo entiende, el concepto hoy, mañana, dentro de 6 horas, por la tarde... eso no lo entiende. Cuando tenga 3 años lo entenderá. El escándalo que te arma un niño de un año y medio cuando le dices que te vas, que muchos padres los que hacen es irse cuando el niño no mira para que no se entere, no te lo hace a los 3 años y mucho menos a los 5. Tú a un niño de 5 años le dices “me voy a comprar, me voy al cine, me voy a dónde sea” y te dice “adiós” y tan feliz porque ahora ya ha entendido que vas a volver, antes no lo sabía.
La separación como padre ¿Cómo se tendría que hacer?
Es que esto con el padre no ocurre tanto porque no nos engañemos que no es lo mismo. Es decir, para el niño no se parece en nada quedarse con el padre mientras se va la madre o quedarse con la madre mientras se va el padre. Ahora, si es mucho tiempo y tal, también desde luego te echan de menos y también verás que probablemente si te vas para varios días seguidos y todavía el niño es pequeño, pues cuando vuelvas estará que quiere que le cojas, que le cuentes un cuento y tal y cual. Y bueno, pues hay que reanudar esto. Pero desde luego, no se puede ni comparar. Cuando la que se va es ella, te dejan en velas, pero bueno se puede quedarse con el padre porque desde luego lo peor de todo es que se vayan todos. De todas maneras si se tiene que ir la madre, que a veces no hay más remedio, pues es mejor que se quede con el padre o con la abuela porque si encima se queda con desconocidos, o con un pariente que no le ha visto casi nunca, entonces la cosa es más grave y peor lo pasa.
Una pregunta sobre el llanto del niño. Pensamos que con el llanto del bebé ellos tienen siempre un problema pero, ¿puede ser que esté simplemente llorando porque quieren llorar, para quitar tensión?
A ver, yo creo que si un niño llora es porque lo está pasando mal. Es decir, no estaría de acuerdo con una teoría de “es que el niño llora porque de vez en cuando necesita llorar, y no hay que dar demasiada importancia”. Ahora otra cosa es que no siempre que lloran sabes por qué o sabes cómo calmarlo. Entonces, puede haber momentos en que tu hijo llora y tú le cantas, le bailas, le das de comer, le das teta, no sé qué no sé cuántos... y sigue llorando. ¿Y qué haces entonces? No creo que haya que caer en una especie de encarnizamiento de que tiene que callarlo como sea porque a veces lo único que té queda es taparle la boca pero tampoco creo que puede decir: “bueno, como total no pasa nada, lo dejo aquí y me voy”. No, le haces compañía, pues bueno, va a seguir llorando. Lo mismo que nos pasa a los adultos. Es decir, si ahora a tu mejor amigo se le muere la madre, te lo vas a encontrar llorando. Y tu objetivo no va a ser ponerte a hacer payasadas hasta que se ría. ¿Qué te vas a hacer el imbécil ahora a uno que se le acaba de morir su madre? Eso no tiene sentido, va a seguir llorando. Ahora, tú le vas a acompañar mientras llora, y le vas a abrazar y vas a dejar que si necesita hablar te hable y si no necesita hablar, si lo que quiere es estar callado pues vas a estar a su lado callado pero haciéndole notar que eres su amigo y que estás ahí para lo que necesite. Yo creo que lo mismo se puede hacer con los hijos. Y esto ocurre mucho por ejemplo con las rabietas. Ocurre a veces que los niño no sabes por qué, de pronto sin motivo aparente o con muy poco motivo se ponen a llorar pero una cosa tremenda, se tiran por el suelo, empiezan a patalear y no sé qué no sé cuantos,... Yo creo que en el fondo están hasta las mismísimas narices. Un niño tiene tantísimas frustraciones a lo largo del día, pero tantísimas, tan continuas, tan imparables, incluso los que dicen que están mimados, consentidos,... hay tantísimas cosas que se le impiden hacer, y tantísimas cosas que les han salido mal, que les falta una gota para colmar el vaso. Y de vez en cuando montan una escena que en algunas ocasiones puedes acogerlo en brazos pero en otras ocasiones no puedes, es decir, te rechaza, se enfada,... En algún libro, incluso que por lo demás son muy respetuosos con el niño, te dicen que en esos casos lo que tienes que hacer es dejarlo llorar que ya se le pasará. En otros te dicen con buena intención que si el niño no quiere que ni le cojas, ni le cantes, ni le hables... “pues será que quiere que le dejes solo, pues déjalo”. Bueno, esa es una postura que más o menos de acuerdo pero que es respetuoso con el niño y otra postura, que no es nada respetuosa es los que te dicen que “ el niño lo que esta haciendo es teatro; Quítale los espectadores y ya verás como se cansa”. Yo no creo que sea teatro, yo creo que lo está pasando mal. Entonces, a mí en casos de rabietas, personalmente con mis hijos, luego cada niño es distinto, lo que me ha dado buenos resultados en estos casos que no deja el niño ni que le cojas, ni que le digas nada, es ponerte a hablar de él. Le dices a tu esposa: “¿Sabes que fulanito ha hecho un dibujo?” Y tu esposa: “¿Ah sí?” Y tú: “sí un dibujo muy bonito de una casa”. Y tu esposa: “pero ¿una casa con ventanas?” Y tú: “Sí, sí con unas ventanas muy grandes y con una chimenea”. Y ese mismo niño que si tú le decías algo se enfada más, ves que de pronto dice: “y el tejado era rojo”. Y a partir de ese momento, muchas veces se le empieza a pasar la rabieta. Otras veces, lo que puedes hacer es sentarte ahí, al lado y esperar pacientemente. Pero yo personalmente pienso que es mejor esperarte al lado y no dejarlo en el suelo. Que sepa que tú estás ahí.
Trascripción de la charla ofrecida en Basauri en Marzo del 2.002
Carlos González Rodríguez (Autor del libro "Bésame Mucho" y “Mi niño no me come” - Ediciones Temas de Hoy)

    :117: Psicóloga
    :pe: Creadora de DormirSinLlorar.com (2004)
    :55: Coautora del libro Dormir sin llorar (2014)
    :pe: Docente en Curso Sueño Infantil para Profesionales en TerraMater.es (2018)
    :pe: Codirectora en Centro de Estudios Sueño Infantil CESI
    :110: Monitora de Lactancia Materna

:121: Telf. (0034)600425102
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